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Si los Stones conmigo, ¿quién contra ellos?
Yo crecí con los Rolling Stones. De niño veía a Mick Jagger y pensaba que se parecía a mi papá.
Una tormenta se asoma en el horizonte, comenzó hace unas semanas desde el sur del continente y va subiendo poco a poco, mientras escribo. Ya tuvo su paso por Uruguay.
Esta tormenta se llama The Rolling Stones.
A veces siento que este tipo de eventos los venden con tanta anticipación que parece que la fecha jamás se va a cumplir, pero en este caso se fue muy rápido.
Hay algo que me hace sentir el niño que escribía su carta de reyes y pedía lo inimaginable para que, al final, me trajeran lo posible y con ello era feliz (gracias, mamá).
Siempre he citado a mi madre en mis influencias musicales. Es lógico, son las cosas que se maman, en el buen sentido. Mi historia con este grupo comenzó cuando mi padre se fue y yo era muy pequeño. Mi mamá los ponía constantemente, pues a mi papá no le gustaban. Supongo que fueron su himno de libertad.
Puedo decir que Sticky Fingers, Still Life y Through the Past, Darkly son los discos con los que crecí. Recuerdo que extrañaba mucho a mi papá y cuando crecí escuchaba los discos mientras veía en el interior las fotos.
El póster de Sticky Fingers muestra a los muchachos medio crudos o desvelados, por decir lo menos. Yo sentía que mi papá se parecía a Mick Jagger y a Bill Wyman. Creo que físicamente se parece Bill, pero soñaba que se pareciera a Mick con la esperanza de que me tocara algo del genio.
Cuando crecí y supe poner acetatos en el tocadiscos ponía todo el tiempo el Through the Past, Darkly. Recuerdo que mientras sonaba Paint It Black me sentía liberado, al mismo tiempo que oscuro y peligroso.
Decidí que quería hacer un grupo cuando escuché Out Of My Cloud ; tiene un sonido retro y un tono que la hace sonar caprichosa en el estilo vocal de Mick. Cuando entendí la letra, me di cuenta de que Jagger es un genio. Estas canciones las escribió momentos antes de grabarlas, no puedo creer cuán desarrollada tenía su capacidad de composición. Tomando en cuenta que cada disco salía casi cada seis meses, en los que estaban de gira y grabando.
¿A qué hora podrían haberlo escrito? Se me hace impactante que lograran tantos clásicos de una forma tan común.
En su primer visita a México, el 16 de enero de 1995 en el Foro Sol, salí de la escuela para ver a mi mamá y de ahí, ir al concierto. Éste lo abrieron los Caifanes. Unos señores de la fila delantera les gritaban: Ya dejen de tocar sus pinches cumbias . Mi historia con los Caifanes es especial y los quería, pero cuando se fue Sabo Romo, se acabó.
Todos en el recinto estaban parados en las sillas, de pronto se apagaron las luces. Les juro que recuerdo esto y aún me emociono como si lo estuviera viendo nuevamente.
Charlie Watts comenzó a tocar Not Fade Away de Buddy Holly. El ritmo fue subiendo y de la nada brinca Mick Jagger, mi héroe, quien toma el micrófono para cantar el primer verso: Im Gonna Tell You How Its Gonna Be , como si nos estuviera leyendo las reglas del juego. De pronto, sale Keith y mi corazón no podía más.
En ese entonces, decían que eran los abuelos del rock y se burlaban diciendo que iban a llegar en bastón y andadera. Pero como siempre, demostraron que son la mejor banda del mundo y uno de los mejores actos en vivo. Mick no dejaba de correr y apoderarse del escenario.
Out Of Tears es una canción que me bajonea cañón, escucharla fue algo que me sobrepasó. Después, mientras tocaron Honky Town , en la pantalla ponían videos pornos que sí prendían, pero con mi mamá a un lado, la verdad fue un momento bochornoso.
Tocaron Simpathy For The Devil mientras inflaban unas figuras gigantes de Elvis, Marilyn, y otros iconos pop, quienes bailaban al ritmo de esta invocación.
Este concierto cambió mi vida, yo no podía pensar en otra cosa que no fuera hacer una banda. Soñaban con captar la atención como lo hacía Mick Jagger y mantener la frialdad y voz que tiene Keith Richards.
Cuando supe que venían por cuarta vez, sabía que tenía que estar ahí. No sabía cómo, pero lo iba a hacer. En este caso un ángel (mi hermano) me hizo favor de invitarme. Creo que si algo nos unió desde el día uno fue The Rolling Stones. Teníamos charlas interminables acerca de ellos.
Yolanda, su mamá, me regaló una chamarra del concierto, porque sabía que me gustaban y ella entendió que The Rolling Stones eran el puente entre mi hermano y yo.