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Sobre el espionaje
La red, los medios y lo que no sabemos cuando damos nuestra información.
Ahora que en diversos reportajes y columnas se ha hablado seriamente sobre?el tema de el software Pegasus y el posible caso de espionaje ilegal a varios periodistas y activistas, han salido a la luz varios asuntos que evidencian una urgente revisión a las leyes de privacidad en nuestro país y muy probablemente en el mundo entero.
El tema del derecho a la privacidad y datos personales ha tomado relevancia ya que a medida que las instituciones han migrado hacia lo digital, el intercambio de datos personales entre empresas, instituciones financieras e instancias gubernamentales ha incrementado.
En algunos casos las autoridades han justificado este ultrajoso arrebato de la intimidad en aras de combatir el crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de dinero.
Si bien dicha postura por parte de las autoridades no carece de fundamento, lo cierto es que se ha aprovechado de este supuesto noble fin para invadir la privacidad de la ciudadanía y utilizar información para otros fines no tan loables.
Cabe aclarar que las autoridades no son los únicos culpables, ya que las empresas de medios digitales y de telcos han logrado extirpar la vida de los seres humanos y prácticamente digitalizarla.
Un caso preocupante es el de las empresas de redes sociales, que gran parte de niños y jóvenes utilizan. Y es precisamente este sector de la población quien, sin contar con toda la información y sin conocer las repercusiones, entrega su vida entera a estas empresas.
Desde luego el peligro más evidente es que dicha información está disponible para todo tipo de criminales o estafadores que la utilizan para abusar de sus víctimas.
La cantidad de información que distintas empresas han logrado reunir sobre los usuarios es alarmante. No sólo información financiera, sino patrones de comportamiento y consumo, imágenes, perfiles de amistades y relaciones de trabajo, preferencias de todo tipo e incluso geolocalización.
Desde luego es responsabilidad de los usuarios y de los padres de familia, en el caso de usuarios menores de edad, informarse y asesorarse antes de suscribirse a plataformas o cualquier otro servicio que pueda poner en riesgo su privacidad.
Curiosamente, un caso sonado en las últimas semanas es el de Roku Inc y Cablevisión.
Aunque en primera instancia lo que busca Cablevisión es que se castigue el robo de contenidos, lo cual no sólo afecta a la propia empresa, propiedad de Televisa, sino a toda la industria y productores de contenido en México y el mundo, es importante también que Roku Inc tome las medidas necesarias para blindar sus dispositivos, los cuales son el instrumento usado por los piratas.
Una de las afectaciones más graves en este nuevo modelo de piratería es a la que se ven expuestos los usuarios de esta plataforma, al proporcionar sus datos personales a delincuentes que pueden usarlos para cometer otros delitos como el robo de identidad, clonación de tarjetas y extorsión, entre otros.
Cabe aclarar que el proceso no es contra Roku Inc, sino contra empresas e individuos que distribuyen y comercializan aplicaciones que, a través de Roku, ofrecen acceso a contenidos pirata.
En el proceso, el Tribunal Colegiado Federal resolvió implementar medidas de aseguramiento, entre ellas, detener la venta de los dispositivos Roku en México, al reconocer que es un instrumento utilizado para violar la ley autoral.
Y aunque Roku interpuso un recurso de suspensión, este fue revocado días después, volviéndose a implementar las medidas previamente dictadas y continuar con la prohibición de venta del dispositivo.
Muchas empresas e instituciones han mostrado su apoyo y se han sumado, como el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, que ya ha comenzado a bloquear sitios dedicados a la promoción de estas aplicaciones pirata.