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Vivian Maier, una fotógrafa del territorio
El Museo Franz Mayer exhibe por primera vez en México –y en América Latina– una “radiografía total” de la obra de la artista neoyorquina autodidacta, considerada un ícono de la street photography, bajo la curaduría de Anne Morin, quien desarrolló la investigación por más de diez años.
El Museo Franz Mayer presenta por primera vez en Latinoamérica, las obras de una de las fotógrafas más importantes y sobresalientes del siglo XX. Con la exposición “Rev(b)elada. Vivian Maier, fotógrafa”, se muestra el trabajo retrospectivo de esta ícono de la street photography –fotografía callejera– que no solo capturó su propia imagen de manera contundente y novedosa, sino también las desigualdades sociales y económicas, las infancias y la vida en las calles de Nueva York y Chicago entre 1950 y finales de la década de los 80.
Anne Morin, curadora de la exposición, galardonada en 2022 como Curadora del Año en los Premios Lucie con sede en Nueva York, asegura que esta es una de las investigaciones más profundas que ha podido realizar a lo largo de su trayectoria, y explica que “se trata de una radiografía total del archivo de Vivian Maier”, que describe como “un archivo colosal”, pues abarca 150,000 fotografías, alrededor de 300 películas Súper 8, más de 20 horas de audio y una colección de objetos sobre su vida, entre los que se seleccionaron más de 200 piezas que se exhibirán a partir de este viernes 9 de febrero en el museo.
Esta exposición ha sido vista en París, Turín y Seúl, y ahora llega por primera vez a México, gracias al apoyo de Grupo Habita, Aeroméxico y EPSON, para después viajar a Nueva York. Esta muestra, junto con “En el sueño, la vigilia. De Alejandra España” y “Lola Cueto: hilo, papel y tijera”, forma parte del proyecto Mujeres en las salas del Franz, una de las líneas de la programación del recinto.
¿Qué hace que Vivian Maier sea más que una fotógrafa?
Vivian nació en Nueva York en 1926, hija de la francesa Maria Jaussaud y del austriaco Charles Maier, no tuvo una infancia feliz, tampoco una residencia fija, hasta que en los años 50 se instala en su ciudad natal y es cuando empieza su trayectoria fotográfica, luego se muda a Chicago. Ella adquirió una gran cultura visual, es curiosa, alguien que se preocupa por el mundo, que va al cine, lee los periódicos y esto lo lleva a su lenguaje fotográfico “esto es fascinante, ella era una autodidacta y ha hecho que su lenguaje fuera totalmente transversal”. Morin detalla que su trabajo en realidad se conoce hasta 2007 y es en 2010 que comienza a generarse un fenómeno viral, así sus primeras exposiciones se dan en 2011.
Para Morin, Vivian es única porque representa tres vertientes extraordinarias: “Primero porque tenemos una obra colosal, ella era una nani y no tenía más perspectiva y ambición en su trabajo fotográfico que realizar sus fotografías cotidianamente con lo que se encontraba en las calles”, incluso abunda en la autorrepresentación, que no es lo mismo que hacer selfies, “es el corazón palpitante de Vivian ¿Por qué tenía tanta necesidad de autorrepresentarse?, porque ella antes de ser fotógrafa era una nani, que era cancelada y marginada por una sociedad”, ella tomó unos 500 autorretratos al año durante 45 años, claro que perseguía la necesidad de ser autorrepresentada”.
Un segundo aspecto habla del enigma que era ella, porque vivió en silencio de los demás, al ser nana cambiaba de domicilio, no tenía raíces, ni familia, eso traía una falta de identidad que la hacía invisible “era la otra vertiente del American Dream, pertenecía a la clase obrera, no era digna de ser vista y eso ella lo usó a su favor, ella se ocupaba de esta cara que nadie veía”.
Un tercer eje que hace de Vivian una mujer excepcional, es que ella misma es un descubrimiento in extremis “ella por ejemplo tenía una propensión a acumular, llegó un momento en que todo se desbordaba y al final de su vida, cuando llegó la vejez y con ello estar a los márgenes de la sociedad porque ya no podía trabajar, incluso llegó a la miseria y puso todas sus pertenencias en una bodega, en 2007 el dueño pidió deshacerse de todo ello, incluyendo su material fotográfico, así se organizó una subasta”. Por una coincidencia muy afortunada, John Maloof, joven fotógrafo y cineasta buscaba fotografías de los años 50 para ilustrar un libro, así con 300 dólares adquirió el primer lote de Vivian, con mucho material fotográfico, pero también cosas extrañas como un mechón de pelo, cepillos de dientes, entre otras cosas.
“Él comenzó a investigar la historia de Vivian, pues nadie sabía absolutamente nada de ella, a la par comenzó a compartir fotos de ella en redes sociales y desde ahí no ha parado de tomar fuerza el movimiento”, Morin lo describe como “la tormenta perfecta”. ¿Quién es esta señora? ¿Qué es este trabajo que surge de las profundidades de la historia?
En 2011 Morin toma el material y comienza su investigación “es un trabajo que he efectuado con máximo respeto, máxima delicadeza y sin inventar una vida que en ella no existiera. Cuando conocí todo su material quedé impresionada y me dije `tenemos que rendirle un homenaje a esta señora´ y aquí está el homenaje”.
¿Qué vamos a ver?
“Vivian Maier es más una pescadora de imágenes que una cazadora, ella sabe esperar, tiene la capacidad de intuir, y con ese instinto adelantarse a lo que se está perfilando, tiene la capacidad de prever la fracción de segundo que va a llegar. Vivian no tiene necesidad de ir a buscar algo extraordinario o lejano, lo extraordinario lo encuentra en la banalidad, simplemente porque tiene esta capacidad de ver al otro”, afirma la curadora.
Morin comparte que era un ‘animal’ de su territorio, tenía una agudeza visual y entendimiento de su ecosistema. “Espero mucho del público, que vengan y que se dejen llevar por muchas emociones, por la frescura de esta obra, este carácter sin retorno y con ideas muy claras, lo vemos en sus personajes callejeros, ella no tiene dudas y deja un legado inmenso de la América del Norte de los años 50 a los 80”.
Para la curadora, esta exposición se construye como un travelling cinematográfico, “empezamos por la calle, un gran ángulo, la narración, la anécdota y poco a poco se va enfocando en los detalles ampliados pero muy cercanos. Pasaremos por la ciudad, quienes habitan en ella, algunos gestos, luego la confluencia de Maier como nani, en este juego con los niños experimenta el color y movimientos propios, por eso pasa de la fotografía al cinematógrafo”.
Al final, Vivian experimenta una decadencia “de tanto ir a la profundidad del tejido semántico que es la ciudad, de buscar los pequeños detalles, pierde todo el contenido narrativo, elimina el detalle, la figura, ahí ella supo que tenía que parar, que estaba agotada, lo empujó hasta sus límites, pero en un acto de honestidad paró para no intentar reconducir algo que no hay”. Vivian Maier falleció en 2009, después de una caída en la calle, se rompió la cadera y ese fue su fin.
Rev(b)elada. Vivian Maier, fotógrafa
Curaduría: Anne Morin
Museo Franz Mayer
Av. Hidalgo 45, Centro Histórico Ciudad de México
Del 9 de febrero al 19 de mayo
Horarios: De martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas
Entrada general: $120
Afiliados, INAPAM, estudiantes, profesores: $60
Niños menores de 12 años entran gratis
Boletos en línea: https://franzmayer.org.mx/revbelada-vivian-maier-fotografa/