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Arte e Ideas

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Vuelve El Chopo

Después de casi cuatro años de polémica espera por fin se reinaugura el Museo Universitario del Chopo. Y la espera valió la pena.

It's alive! Así, citando el Frankenstein de James Whale, película varias veces exhibida en su cinematógrafo, podemos anunciarlo: el Museo del Chopo vuelve.

Después de estar cerrado desde el 2006 y de haber sido declarado prácticamente desaparecido por la comunidad artística del DF, que ya hasta duelo le guardaba, por fin se presentó el museo listo para su reapertura oficial este 19 de mayo.

Alma Jiménez, la directora del museo, lo tuvo bien claro desde que empezó el proyecto: El Chopo es más que disparate arquitectónico, más que una rareza citadina. El Chopo es, sobre todo, una comunidad, un refugio (durante décadas, único) para la contracultura y los discursos minoritarios. Había que conservar el espacio con todo su impulso liberal, pero volverlo más útil y más adecuado para seguir siendo contemporáneo.

Tal como lo dejó el arquitecto Enrique Norten, El Chopo cambió. Y qué bueno. ¿Se acuerda del edificio aquel muy bohemio y romántico, pero oscuro, pequeño, incómodo y obsoleto, oloroso a humedad y con pésima acústica?

Olvídese de eso. Del emblemático edificio, Norten conservó la fachada y los enormes ventanales. Siguen sus dos torres, pero el norte fue tirado para construirle una extensión a la sala principal.

El resultado es bellísimo, aunque algunos puristas de la arquitectura decimonónica pongan el grito en el cielo. Es un espacio ideal para el arte contemporáneo: un gran cubo blanco con luz blanca, rodeado de cristales traslúcidos y paredes de mampostería. Es como si una galería de arte neoyorquina se hubiera metido en el corazón del antiguo museo.

Además, renovaron el sistema de sonido y todas las butacas del Foro del Dinosaurio, que también estrena apellidos. Ahora su nombre completo es Foro del Dinosaurio Juan José Gurrola (el chiste es intencional) y será estrenado con un concierto del flautista Horacio Franco el 26 de mayo.

También vuelve el tradicional Cinematógrafo del Chopo, siempre el espacio más vital del museo, que seguirá albergando festivales, exhibiciones únicas y ciclos de cine de vanguardia, como siempre.

Y la renovación no sólo es de los espacios de exhibición. El Chopo será uno de los pocos edificios públicos con un proyecto sustentable, pues se abastecerá (en un 25%) de energía eléctrica generada por celdas captadoras de energía solar y tendrá un sistema de reutilización del agua de lluvia.

El gran regreso se corona con tres fascinantes exposiciones de arte contemporáneo. Pero de ellas ya le hablaremos la próxima semana para que vaya a darle la bienvenida a este espacio lleno de historia, pero hoy totalmente nuevo.

cmoreno@eleconomista.com.mx

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