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Vuelve Timo ‘El vigilante’ para quedarse en El Economista
Grupo Nacer Global adquirió las dos esculturas que exhibe en el acceso de su sede en el Pedregal. Con un atado de periódicos como nuevo asiento, la pieza se convierte en una instalación conmemorativa, dice el escultor.
Timoteo ‘El vigilante’, Timo, ya es parte del acervo artístico de El Economista. El emblemático personaje, creado por el artista Rodrigo de la Sierra, que se ha hecho casi omnipresente en varias ciudades de México, y que por año y medio, desde noviembre de 2019, resguardó el acceso al edificio en la avenida San Jerónimo, en Jardines del Pedregal, fue adquirida por el Grupo Nacer Global, propietario de este diario que preside Jorge Nacer Gobera, por lo que ha vuelto a esta casa editorial, donde residirá de manera permanente.
Timo ‘El vigilante’ es una pieza que se fusiona con su entorno, dice Rodrigo de la Sierra. Puede estar sentado a 25 metros de altura, como se exhibió en el edificio de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla o sobre una banca hecha de roca volcánica en el Boulevard de la Luz, cuyo material remite a un signo identitario de El Pedregal.
“En este caso, el personaje de Timo ‘El vigilante’ no cambia, es el mismo, aquí lo que cambia es el entorno, y en este caso el nuevo montaje se convierte en una instalación: Timo “El Vigilante” conmemorando a El Economista”, agrega el autor.
La escultura estaba programada para seis meses de exhibición en ese espacio, para ahora que El Economista decidió quedarse con la pieza, el artista y los directivos decidieron personalizarla, “y entonces lo sentamos sobre un atado de periódicos, que constituye en sí una nueva escultura”, dice De la Sierra.
“Un día estábamos tomándonos un café, Andrés (Chao, vicepresidente del diario) y yo, y allí comenzamos a bocetar. Originalmente la pieza se montó sobre una silla y así permaneció varios meses, pero ahora que se queda en ese espacio de manera permanente, le hicimos un nuevo asiento: un atado de periódicos, en homenaje a El Economista y también a los repartidores y voceadores del periódico”, detalla el artista.
En la carátula de los periódicos que dan asiento a Timo quedaron inscritas dos fechas importantes, la de la fundación de El Economista, 5 de diciembre de 1988, y la del día que fue adquirido por el Grupo Nacer Global, 30 de diciembre de 2008.
De acuerdo con la directora del estudio del artista, Frida Mortera, la pieza escultórica, que ahora comparte espacio con “El animal de El Pedregal”, de Mathias Goeritz, y con “Horizonte” del mismo De la Sierra, fue creada en resina, fibra de vidrio y metal, en 2015, y mide 4.70 m de alto por 2.30 de ancho y 2 m de fondo, y en conjunto su peso rebasa los 1,350 kg.
La imagen de Timoteo –dice el arquitecto y escultor– remite a un hombre cotidiano que puede ser cualquiera de nosotros. “El objetivo de ‘El vigilante’, por su gran tamaño y su actitud relajada es la de un protector”, explica De la Sierra, pero Timoteo también posee cierta ironía, y con ella pretende recordar a todas las personas que lo encuentren en su camino, todo lo que se olvidan de vivir por llevar un agitado ritmo de vida.
Con el ‘Horizonte’ hacia Venecia
La pieza contigua, “Horizonte”, que también fue adquirida por el diario, representa una barca a punto de ser hundida por varios Timos agrupados en la popa, pero uno de ellos sobresale en la proa. Y aunque fue creada en 2017, el escultor señala que en estos momentos de pandemia adquiere un significado muy particular: “Puede representar la resiliencia, la capacidad de separarte de las adversidades y mirar hacia el horizonte”, nos dijo Rodrigo en 2021.
Ahora nos comparte que esta escultura, manufacturada en bronce a la cera perdida, que mide 5 metros de largo, 2 de ancho y 2.5 m de altura, formará parte de la exposición colectiva Personal Structures que organiza el European Cultural Centre dentro de la Bienal de Venecia 2022 y estará expuesta un año en un espacio público, para luego itinerar por algunas ciudades de Europa.
Además, Rodrigo de la Sierra prepara para este año una muestra con 35 de sus obras en el Museo Macay, en Mérida, Yucatán, entre marzo y abril, y una más en una galería en Xalapa, entre mayo y junio.