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Arte e Ideas

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Grupo Galpão hace cabaret decadente, ácido y de crítica política

La compañía brasileña con más de cuatro décadas de vida presentó en el FIC su Cabaret coraje, una puesta en escena que vuelca del divertimento a la profunda crítica social, resultado de los años recientes de radicalidad política en el país sudamericano.

Radicalismo político. Grupo Galpão pone en el escenario el pasado político muy reciente de Brasil, que sufrió un “gobierno terrible, perseguidor de artistas”. foto: cortesía Gabriel Morales

Guanajuato, Gto. Al pie del monumento decimonónico de la concurrida Plaza de la Paz, en la explanada próxima a la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, aquella fotogénica de fachada amarilla, hay un cuerpo tirado a la mitad del jardín.

No son pocos los paseantes que se abalanzan hasta donde lo permite la cinta preventiva. Es sábado por la tarde y la capital guanajuatense comienza a ebullir de turistas. En el balcón de la Casa del Artesano, el edificio próximo a la Presidencia Municipal, se arremolinan los periodistas y fotógrafos porque desde ese punto se alcanza a ver la sábana blanca que hace unos instantes alguien extendió sobre los restos de un hombre de unos 60 años fallecido ahí mismo a causa un infarto. Eso se sabe de manera extraoficial, por la información que se va esparciendo entre la gente de la plaza.

Un grupo de periodistas cruzamos la Plaza de la Paz de camino al Teatro Principal, a un par de cuadras. El tiempo apremia, faltan impiadosos 10 minutos para el inicio de la única función de “Cabaret coraje” (Cabaré Coragem) que el Grupo Galpão ofrecerá en México como parte de la delegación de Brasil, Invitado de Honor del Festival Cervantino para este año. Se trata de una de las compañías teatrales más importantes del país sudamericano. Hay que seguir el camino.

Pero hay que averiguar más sobre el deceso en cuestión. Después de todo, el hecho está de camino y la turba no pregona precisamente la discreción. Parece ser que se trata de un vecino de la zona que tenía por costumbre ir a recostarse sobre los pastos del Monumento de la Paz. No obstante, algún comensal o paseante se percató de que el señor ya no se movía. El resto puede inferirse.

“Me cansé de ser sexy, ahora sólo soy vulgar”

El Teatro Principal de Guanajuato se ubica sobre la calle de Cantarranas, que conduce hacia la zona de la Basílica. Es precisamente por esta calle, desde la entrada del teatro, faltando dos minutos para las seis de la tarde, que vemos transitar, a toda prisa, el vehículo del Servicio Médico Forense. Son los paralelismos, las caras superpuestas de la vida.

El teatro está lleno. Las y los integrantes del Grupo Galpão pasean por el escenario y el patio de butacas. Mientras los últimos asistentes encuentran su localidad, suenan unas rolas en español, típicas de cabaret mexicano, como el bolero “Perfume de gardenias”, de la Santanera. Y entonces comienza la función.

El planteamiento, una típica noche de cabaret en decadencia, con monólogos, números musicales, un acto de malabarismo deliberadamente de poca monta, uno más de ventriloquía y otro intento de ilusionismo e hipnosis. Los personajes visten estrafalarios atuendos de chaquira, mallas de red, pelucas, plumas y bombachas.

Entre los números, se dicen frases y uno que otro chiste fácil, como: “Me cansé de ser sexy, ahora sólo soy vulgar”; “Acá cuanto más pagas, más bailamos”; “¿Te sabes el chiste del fotógrafo? ¿No? Es porque no ha sido revelado”.

Casi todos los diálogos se dicen en español y los que no son subtitulados sobre una pantalla al fondo del escenario. Se nota el esfuerzo de la compañía para hablar en lo que llaman “portuñol” (español y portugués), para evitar que se pierda gran parte del humor conversacional. Parece una puesta en escena desenfadada, una fiesta, un cabaret a todas luces; pero, de pronto, sobre todo hacia la segunda mitad de la puesta, todo este desenfado comienza a volverse espeso.

“Hablar de comida es bajo”

Lo que era una pachanga, a medida que avanza, se vuelca a una metadiégesis sobre la lucha de clases, el capitalismo, la guerra y la explotación y la alienación del hombre. Entre risas estridentes, se hace crítica política y social. Se intercalan variaciones de los textos del poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht, como:

“Robar un banco es un delito, pero más delito es fundarlo”; “Miserable no es un país que no tiene héroes, miserable es un país que necesita héroes”; “Pero, ¿qué es realmente un hombre? Yo no sé, no quiero saber. De él sólo conozco el precio”; “Para quienes tienen buena posición social, hablar de comida es bajo. Y es comprensible, porque ya comieron”.

Hasta este punto, la obra ya es otra. Es un manifiesto social, pero sin desdeñar los números musicales, las sonrisas, porque, después de todo, pese a las tragedias personales y colectivas, el show debe continuar. La dimensión ahora es sobre la de la decadencia como condena de las clases bajas, la facilidad de convertir a un hombre bueno en una máquina de matar entre los periodos de guerra. Es, pues, una crítica humorística de la estratificación del trabajo y la producción, eso sí, con humor, como se hace en el buen cabaret.

“Todo acto humano es un acto político”

La obra en cuestión es resultado de prácticamente cuatro décadas de trabajo de esta compañía que comenzó haciendo teatro en las calles y ha sabido mantener la crítica social y política como su eje rector.

“La obra tiene muchos diálogos y monólogos basados en los poemas y piezas de Brecht (...) nosotros empezamos en la calle y por eso nuestro trabajo se caracteriza por ser un teatro popular, con un espectáculo íntimamente ligado con el público, con los intereses de la comunidad. Trabajamos para atraer a la gente de la calle al teatro, pero también llevamos el teatro a la calle”, comenta Eduardo Moreira, cofundador de Grupo Galpão, y complementa:

“Nuestro teatro es cada vez más político. Ahora, está claro que todo acto humano es un acto político, y no hay cómo escapar de esto. Nuestro teatro incide mucho en la crítica social, porque es muy característico del cabaret, abordar el momento político. En Brasil recientemente tuvimos un gobierno de extrema derecha que persiguió terriblemente no sólo a los artistas sino a los activistas por el medio ambiente, a las organizaciones populares. Fue un gobierno muy terrible. Por esto, de cierta manera, en este montaje hay un radicalismo político que es también una respuesta a ese momento político en Brasil”, añade.

Y añade: "El espectáculo es un reflejo de la situación tan exasperada de la política reciente en Brasil, la polarización que en realidad vivimos en todo el mundo. Por eso esta obra tiene una fuerte radicalidad”.

Y afuera, en la calle, como en el teatro, también conviven, codo a codo, los dos extremos de la vida: el ocio, la alegría de un festival y la tragedia personal.

“Cabaret coraje”

  • Compañía: Grupo Galpão
  • Año: 2023
  • País: Brasil
  • Dirección: Júlio Maciel
  • Duración: 90 minutos

Más sobre la compañía

Grupo Galpão nació en 1982 a partir del encuentro de dos actores con dramaturgos alemanes y la construcción de un montaje de Brecht. Actualmente está integrado por 12 artistas. La compañía, a decir de su carta de presentación “ha forjado su lenguaje artístico a partir de estos diversos encuentros, creando un teatro que dialoga con lo popular y lo erudito, la tradición y la contemporaneidad, el teatro de calle y de escenario, lo universal y lo regional brasileño”. El grupo mantiene un centro cultural en la ciudad de Belo Horizonte, aunque sus giras son recurrentes, tanto al interior de Brasil como en festivales de América y Europa. A lo largo de su trayectoria, ha recibido decenas de premios.

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