Lectura 5:00 min
Levantamuertos, la road movie con un cadáver parlante
El segundo cortometraje del realizador José Eduardo Castilla Ponce relata la historia de un embalsamador y el cadáver de su antiguo bully. Juntos emprenderán un viaje lleno de absurdos y cumbias rebajadas.
Chuy es un embalsamador adicto a las sopas instantáneas y a las cumbias. Se come una tras otra sopas de ésas contenidas en vasos de unicel, incluso cuando está en la chamba. También escucha sus rolas favoritas mientras le da vajilla a los cadáveres con sus cosas de valor, desde los collares hasta los dientes de oro.
Pero no sólo eso. Chuy puede hablar con los muertos. Les abre los ojos y parece que los escucha en la mente, les explica que han pasado a mejor vida y ahora él es encargado de alistar sus cuerpos para la última despedida.
Un buen día en el decoroso trabajo de convivir con los tiesos, nuestro protagonista se topa con el cadáver de Kevin, un bully de la juventud, quien ha fallecido al intentar cruzar a Estados Unidos.
Kevin lo reconoce y le recuerda que le decían “Mongolito”, pero le explica que ya no es como antes, que se ha convertido gracias a la palabra de Dios y ahora pregona el perdón, y le hace una propuesta económica que Chuy no podrá rechazar, pero para ello tendrán que hacer juntos, un hombre vivo y un cadáver, un extraño viaje en carretera.
Se trata de la cinta Levantamuertos, el segundo cortometraje del realizador mexicano José Eduardo Castilla Ponce, formado en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC); una comedia del absurdo y la contradicción a ritmo de una exquisita selección de cumbias rebajadas.
No hay secuencia en este cortometraje donde no haya comedia, una herramienta de distensión y también efectiva para mostrar las discordancias de la vida misma, con todo y sus incoherencias.
La cinta es protagonizada por David Illescas, quien da vida a Chuy y quien es ganador del Premio Ariel 2021 a Mejor Actor de Reparto por su trabajo en Sin señas particulares; Vitter Leija, con una trayectoria ascendente en el cine y la televisión, y Lyn May, nada más y nada menos que la legendaria vedette mexicana.
El cortometraje debutará en las pantallas en la próxima edición del Festival Internacional de Cine de Róterdam, en Países Bajos, a llevarse a cabo del 30 de enero al 9 de febrero de 2025, dentro de la sección Short and Middle Lenght.
Curiosamente, el filme fue titulado en inglés como Cumbia for the dead.
El tabú de morir y ver un muerto
“Es una historia que empecé a construir hace bastante tiempo. Quería hablar de la muerte de una manera no tan solemne. En el momento de la gestación de la idea estaba atravesando por una especie de crisis que me hacía temer a la muerte. Además, me di cuenta de que en el cine mexicano, o en el cine en general, se habla de ella de una manera muy solemne y pesimista. Quiero decir, con justa razón, hace mucho sentido. Sin embargo, en la vida real también es cierto que la muerte se celebra: en los funerales se hacen chistes, la gente en los pueblos hace fiestas con banda para celebrar lo que fue la vida. Y ese contraste me empezó a interesar muchísimo. Pero solamente fue mi punto de partida”, comenta el realizador en entrevista.
Otra de esas imágenes cotidianas que todos los días habitan este México mágico, musical, relata el realizador, fue “una noticia de un güey que trasladó a su abuelito muerto de regreso a su pueblo de origen porque era un problema burocrático hacer el traslado del cuerpo (de manera legal). Esa imagen me pareció poderosísima, además de un contraste y un evento totalmente mexicano”.
De ahí surgió la idea de una película donde el absurdo dicta las notas del tempo de la narración, el tempo de unas buenas cumbias.
“A mí me encanta la cumbia y el sonidero. Lo fascinante es que el género muchas veces tiene letras que luego son muy oscuras, que hablan de asesinatos, amores rotos o infidelidades, al mismo tiempo que los coros y la propia música te invitan a bailar todo el tiempo. Y ése es el tipo de contraste que quería para esta historia”.
En una de esas rolas, precisamente en la parte en la que sale el personaje de “Cleopatra”, una bailarina exótica encarnada por Lyn May, se escucha el rolón “El Cumbé”, de la agrupación Amantes del Futuro, que dice así:
¿Por qué todos se matan / pudiendo bailar la cumbia? / ¿Por qué todos se matan / pudiendo vivir tranquilos?.
El director comenta: “el proceso fue muy bonito. Hubo mucho trabajo de mesa con los dos actores. Fuimos a una morgue real, con un embalsamador. Vimos cómo trabajaba los muertos y cómo éstos todavía se mueven. Fue un trabajo muy dedicado para buscar lo que queríamos construir con nuestros personajes. Ésa es la razón de por qué hay una química tan potente entre ellos”.
El Festival Internacional de Cine de Róterdam es uno de los cinco más importantes de Europa junto con Cannes, Venecia, Berlín y Locarno.
En Róterdam, Levantamuertos iniciará un recorrido por festivales del mundo y del país, para buscarse un lugar de exhibición con el público. El director no descarta que esta cinta se convierta en un largometraje.
Porque es para destacar
- Las cumbias que suenan en la cinta
- “Cumbia de las Estrellas” Alberto Pedraza & Big Javy
- “El Cumbé” Amantes del Futuro
- “El llanto de los sapos” Grupo Soñador Beto Tlahuetl
Un vistazo al tráiler del cortometraje
Levantamuertos
- 2025
- Director: José Eduardo Castilla Ponce
- Elenco: David Illescas (Chuy), Vitter Leija (Kevin), Lyn May (Cleopatra), Ruben Cristinay (Sacerdote), Kala Martínez (Bulma)
- Producción: Magnolia Orozco, Claudia Garcés, Jose Eduardo Castilla Ponce
- Fotografía: Carlos Vega Ardón
- Guion: Victor Duarte Mata, Jose Eduardo Castilla Ponce