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Ruta 4X4: aventura en tierras tapatías

Luego de la demandante Baja 1,000, los organizadores confeccionaron una travesía en el estado de Jalisco. Vehículos 4x4 de diversas marcas y conductores con diferente nivel de habilidad off road conformaron esta prueba.

Las trampas de lodo fueron el principal reto de la jornada. En muchos casos estaban ocultas bajo los charcos que se formaron por la lluvias que se presentaron justamente en los días previos a la ruta. Por esta razón, el reducir la presión de los neumáticos, activar el modo de tracción 4Lo y acoplar el bloqueo de diferencial hicieron la diferencia. Foto: Cortesía.

Para la prueba de este mes me uní a la expedición organizada por el equipo de Bosco´s Camp y de su líder Juan Bosco. Luego de recorrer casi en su mayoría el territorio mexicano, la agenda marcó como destino el estado de Jalisco para completar una ruta en una de las zonas más atractivas de mercado.

Como punto de partida de esta jornada, los participantes nos reunimos en la tienda BigCountry, la cual fue la anfitriona del evento y en donde muchos entusiastas conocieron de primera mano una gran cantidad accesorios para sus modelos 4x4, desde sistemas y equipamiento mecánico como cajas de transferencia, ejes, amortiguadores, resortes hasta dispositivos como canastillas, tumbaburros, defensas, protectores para salpicaderas, entre otros.

La mañana del sábado 22 de octubre la cita fue en punto de las 7 de la mañana. Además de iniciar con el desayuno conviviendo con el resto de los participantes, los asistentes escuchamos las indicaciones del staff tales como reglas de seguridad para la ruta, lugares estratégicos para descanso o cambiar de ruta, todo con la finalidad de dar un ligero adelanto de lo que sería esta nueva aventura.

En punto de las 9:00 de la mañana, todo el contingente partió rumbo a Atemajac de Brizuela, justo al sur del estado y que se encuentra a más de 2,250 metros sobre el nivel de mar.

Los primeros kilómetros lo recorrimos a una velocidad constante pero respetando el límite establecido y que sirvieron para que los conductores comprobaran el buen estado de sus unidades al transitar por caminos pavimentados porque en estas condiciones es posible escuchar si existe algún sonido extraño que podría desencadenar en una avería seria.

Cuando llegamos al sitio en donde abandonamos la carretera y nos adentraríamos a la terracería, el staff de los organizadores nos dieron la indicación de bajar la presión de los neumáticos de nuestros vehículos 4x4.

La orden fue llevar el manómetro hasta las 18 libras en cada uno de los neumáticos de los ejes trasero y delantero. Esta acción fue necesaria porque con ello se obtiene una mayor huella o pisada misma que es necesaria para circular con caminos resbaladizos como los que tienen barro, lodo, arena, nieve, entre otros. Uno a uno, los 4x4 activamos la reductora (4 low), y el bloqueo de diferencial trasero, de manera que sin dejar acelerar en modo manual y con tercera o cuarta velocidad, los pilotos de cada una de las unidades mantuvieron en trayectoria a sus vehículos, saliendo de aquella zona complicada donde patinaban las llantas y perdían tracción.

En mi caso la ventaja fue que fui uno de los primeros en pasar por esa zona accidentada lo que garantizó que el camino no estuviera en muy malas condiciones ya que en estos casos lo más común es que se hagan surcos que, cuando son muy profundos, llevan al vehículo por otra trayectoria y pueden atraparlo al quedar varado.

Gracias a la sesión de inducción de esta ruta, los pilotos pudimos aplicar la técnica de conducción apropiada, dejando atrás todo el lodazal que las lluvias de los días anteriores dejaron prácticamente sin paso a las comunidades cercanas. Al anochecer se utilizaron los sistemas de iluminación Rigid para permitir una correcta visibilidad y navegar a través de caminos y lodazales en la trayectoria correcta.

En esta ruta, tuvimos la presencia de la Mitsubishi L200 GLX 4x4 Diesel la cual fue sometida por el líder de ruta a pruebas extremas como lodo, cruce de agua, zanjas y terracerías.Este modelo de los tres diamantes cuenta con un motor 2.4 lts Turbodiesel de 4 cilindros en línea, capaz de desarrollar 178hp y 317 lb-pie de torque. La transmisión es manual de 6 velocidades.Este modelo se unió a todo el contingente, el cual constaba de 9 Jeep Wrangler Rubicon, 3 Ford Bronco Badlands, 2 FJ Cruiser Toyota, 1 Jeep JT (Pick Up) y 1 Suzuki Jimny.

De esta forma los participantes no sólo tuvieron la grata experiencia de disfrutar de una nueva ruta, sino que también conocieron México de una manera diferente y sobre todo, bajo la guía puntual del experto en 4x4 en México: Bosco’s Camp.

marcos.martinez@eleconomista.mx

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