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¿1 de mayo o 31 de julio? Los detalles del plazo límite para validar contratos colectivos
La reforma laboral de 2019 estableció un plazo de cuatro años para que los sindicatos legitimen sus CCT mediante el voto personal, libre, directo y secreto de sus agremiados. La fecha para ese trámite vence el 1 de mayo, ¿a qué se refiere entonces el límite del 31 de julio que analizan las autoridades laborales?
El 1 de mayo vence el plazo para que los sindicatos registren oficialmente las consultas para legitimar sus contratos colectivos de trabajo (CCT) vigentes, aunque tendrán hasta el 31 de julio para realizar dicho ejercicio. Esto es lo que se plantea en un acuerdo del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL) para el desahogo de estos procesos.
Esta decisión generó polémica en torno a si esto se trata de una prórroga para los sindicatos que aún no consiguen legitimar sus contratos. El acuerdo se encuentra en análisis en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) e instruye al CFCRL para realizar las gestiones necesarias para que las consultas se realicen a más tardar el último día de julio de este año.
“La fecha para registrar eventos de consulta de legitimación vence el 1 de mayo del 2023, por lo que se darán por terminados todos los contratos colectivos que no hayan registrado fecha para su legitimación antes de ese plazo. Por su parte, la fecha para realizar las consultas de legitimación que se registren antes del 1 de mayo de este año, vence el 31 de julio de 2023”, aclaró la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) en un comunicado.
A decir de especialistas consultados, el plazo que tendrán los sindicatos para realizar las consultas no es una prórroga, sino que obedece a factores vinculados con la capacidad operativa del propio CFCRL. Carlos Ferran Martínez, socio de la firma Ferran Martínez Abogados, califica la polémica suscitada en los últimos días como un “falso debate”.
“Se tiene para el desahogo de las consultas un término más amplio. El primer acto en este juego de la legitimación es registrarla, ese plazo vence el 1 de mayo, y lo otro es hasta cuando se verifique la consulta. Simplemente lo que nos dicen es que la consulta puede tomar más tiempo por la propia organización y carga del centro, nada más”, explica el especialista.
La legitimación de contratos colectivos es una obligación legal para los sindicatos que forma parte de la reforma laboral del 2019. El objetivo del ejercicio es que los propios trabajadores decidan, mediante su voto personal, libre, directo y secreto, si respaldan su CCT y las condiciones laborales bajo las que se encuentran.
“Los contratos que se van a legitimar son los que hayan registrado su consulta hasta el 1 de mayo. Lo que se extiende es el plazo que tiene el Centro Federal para desahogar las consultas, esto era de esperarse porque al principio hubo un desconocimiento en torno al proceso, después llegó la pandemia que nos obligó a encerrarnos en casa y los sindicatos no se sentían cómodos pensando en legitimar en ese momento. Sí se ve con buenos ojos que el plazo para desahogar las consultas se extienda”, opina Nadia González Elizondo, especialista en Derecho Laboral.
De acuerdo con datos del CFCRL, hasta el momento se han legitimado 13,048 contratos colectivos de trabajo (con corte al 17 de febrero), lo que representa el 9.4% de los 139,000 CCT que las autoridades estiman que están registrados en México.
“En mayo se acaba la posibilidad de realizar una solicitud de legitimación. Para la consulta, ni la Ley Federal del Trabajo ni el propio protocolo de legitimación prevén los tiempos que se puede llevar, incluso no hay fecha definida para la resolución final. Después del 1 de mayo ya no se reciben solicitudes de legitimación y no puede ser de otra manera”, señala Alfonso Bouzas, coordinador del Observatorio Ciudadano de la Reforma Laboral.
Las autoridades laborales estiman que más del 85% de los contratos colectivos no se legitimarán porque se tratan de documentos de protección patronal o que ya no están vigentes porque se realizaron para obras en específico, como ocurre en la industria de la construcción.
A decir de Alfonso Bouzas, el avance ha sido lento, aunque esto era algo esperado. “Los que no se legitimen, nos habla de diversas realidades, una es de contratos que fueron registrados y las empresas desaparecieron y, por supuesto, habrá contratos que no serán legitimados porque se tratan de registros absurdos, por ejemplo, sindicatos de cooperativistas de pescadores, o contratos que ponían placas en las obras de construcción y firmaban un machote y lo registraban ante una junta”.
El día después del 1 de mayo
Desde la perspectiva de Nadia González, los sindicatos que realmente han tenido interés en legitimar sus CCT son los que tenían una vida sindical activa, pero son pocos. En este sentido, después del 1 de mayo nuestro país entrará en una etapa donde el sindicalismo que sobrevivirá será el que sea más cercano a la fuerza laboral, además de que de ahora en adelante habrá más pelea por la titularidad de los contratos.
Para Carlos Ferran Martínez, el cambió será tan radical o menor dependiendo del centro de trabajo. “Si hablamos de una pequeña empresa que tenía un contrato de protección, pero realmente no hubo ni hay interés de la gente en sindicalizarse, pues no cambia nada, sólo el patrón se ahorrará una lana que le daba al sindicato. Pero habrá casos donde sí hay un interés genuino de sindicalizarse y si se termina el contrato colectivo, sí veamos una nueva disputa”.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), sólo el 12.6% de los trabajadores en el país están afiliados a un sindicato. Sin embargo, desde el 2019 el nivel de sindicalización ha mantenido un crecimiento constante, antes de ese año su comportamiento era volátil.
Alfonso Bouzas afirma que después del 1 de mayo quedará en evidencia la representación real de diversos sindicatos. “Se ubicará en su verdadera dimensión la representación de la clase trabajadora y eso va a recomponer las relaciones laborales e incluso con el poder político”.
Pero también se fomenta un escenario para que otros trabajadores se organicen y creen nuevos sindicatos. “Esa puerta se abre para todos y serán los trabajadores los que definirán los pasos siguientes”, apunta.
¿Es probable un escenario sin sindicatos?
La desaparición de contratos colectivos que no serán legitimados y la pérdida de representación que pueden tener algunas organizaciones gremiales ha puesto en el debate la posibilidad de que más empresas logren un ambiente libre de sindicatos. Pero, aunque se dice fácil, esto implica un gran desafío.
Carlos Ferran Martínez no descarta que esto sea posible, pero llevarlo a la práctica requiere de empresas más cercanas a las personas trabajadoras. “Si vas a adoptar una política de no sindicalización, partiendo de una base de que a los empleados no les interesa, la mejor recomendación es estar más cercana que nunca, con mejor comunicación y tiempos para revisar mejores condiciones, porque de otra manera, se va a sentir la necesidad de un sindicato”.
En esto coincide Nadia González. Este escenario, afirma, plantea el reto de fortalecer los departamentos de Recursos Humanos. “Se tiene que hacer una mejor labor en cumplimiento y más trabajo de gestión, no solamente cumplir la ley, sino implementar políticas que permitan tener un diálogo constante con la fuerza de trabajo y que los trabajadores estén tranquilos al canalizar sus dudas, eso es lo que realmente evitará que los candidatos sientan que tienen necesidad de una representación sindical”.
Sin embargo, opina Alfonso Bouzas, aunque las empresas busquen aprovechar la coyuntura para evitar la sindicalización, las reglas que introdujo la reforma laboral de 2019 hacen sea imposible contener la libertad de asociación que tienen los trabajadores.
Aunque, reconoce el especialista, el mayor desafío que enfrenta dicha reforma, al menos en el terreno de la negociación colectiva, es que existe una “pasividad, consecuencia de décadas de dominación que han llevado a los trabajadores a perder interés y motivación por buscar la defensa colectiva, además de la incapacidad de los sindicatos para ofrecer alternativas”.