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Capital Humano

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Permiso de paternidad, ¿cómo le hacemos a partir del sexto día?

“Al ser mucho más extensa en la ley la licencia de maternidad que la de paternidad, son las mujeres quienes desde un inicio asumen en mayor medida las tareas de cuidado. Así, desde los primeros días de vida del bebé comienzan las cargas desiguales, la imposición de la doble jornada y la falta de incentivos para la corresponsabilidad”.

Ilustración EE: Archivo / Nayelly Tenorio

En caso de tener un empleo formal con seguridad social y respeto a sus derechos laborales, los hombres tienen un permiso de paternidad de únicamente cinco días laborables con goce de sueldo por el nacimiento de sus hijos. Pero ¿cómo le hacemos las mujeres a partir del sexto día cuando el papá regresa al trabajo?

Lo que ocurre (o más bien se asume que ocurre) es que podremos arreglárnoslas solas, pero en realidad no siempre es así. En algunas ocasiones las mujeres tienen la oportunidad de contar con el apoyo de sus familiares, casi siempre de otras mujeres: hermanas, mamá, suegra, primas. En el mejor de los supuestos, de contar con los recursos para contratar a alguien que brinde apoyo. En otros muchos casos, las mamás se ven obligadas a buscar la forma de lidiar sin soporte alguno con el post parto y atender a el o la bebé recién nacida.

Tanto la Ley Federal del Trabajo como la Ley del Seguro Social prevén que las mujeres disfruten de un descanso pagado de doce semanas, seis semanas antes del parto y seis después de éste. Lo anterior, porque son precisamente 42 días los que una mujer tarda en recuperarse plenamente de un parto natural. En caso de que la madre se tenga que someter a una cesárea el periodo de recuperación es de aproximadamente tres meses. Durante este tiempo de restablecimiento, las mujeres necesitan apoyo para realizar actividades básicas como ir al baño, asearse, e incluso para desplazarse.

Adicionalmente, al ser mucho más extensa la licencia de maternidad que la de paternidad, son las mujeres quienes desde un inicio asumen en mayor medida las tareas de cuidado. Así, desde los primeros días de vida del bebé comienzan las cargas desiguales, la imposición de la doble jornada y la falta de incentivos para la corresponsabilidad.

Es evidente que la licencia de paternidad es insuficiente, ¿por qué no modificar la ley para incrementarlas? Tan solo durante la actual LXV Legislatura, en la Cámara de Diputados se han presentado 17 iniciativas de reforma en esta materia. Las propuestas son variadas, van desde ampliar los permisos paternidad de cinco a 15, 45, 60 y hasta 90 días laborables. Por su parte, en las comisiones del Senado ya se aprobó un dictamen para ampliarlos a 20 días, sin embargo, la discusión no ha pasado al pleno.

Pero la solución no es tan sencilla, hay un tema que no es menor ¿quién paga los días de paternidad en caso de que se amplíen? Actualmente, corresponde a la parte patronal pagar los cinco días de permiso de paternidad, mientras que las 12 semanas de maternidad son cubiertas por el IMSS. Entonces, una de las discusiones principales para ampliar la licencia de paternidad es precisamente quién cubriría el sueldo del trabajador durante ese periodo.

¿De cuánto dinero estamos hablando? De acuerdo con una solicitud de información al IMSS, durante el 2022 el importe contable por los certificados de incapacidad temporal para trabajo por maternidad otorgados a las aseguradas fue de 6,692 millones de pesos. Montos similares que no bajan de los 6,000 millones de pesos fueron erogados los últimos cuatro años para pagar los salarios por licencias de maternidad.

En el supuesto de que el permiso de paternidad se quisiera igualar con el de maternidad y que el IMSS cubriera el sueldo de los padres, se tendría que asignar un presupuesto similar a éste (muy posiblemente más elevado debido a la brecha salarial entre hombres y mujeres).

Esta administración ha destinado sumas importantes de dinero para programas encaminados a cerrar brechas de desigualdad. Tan solo en el PEF 2023 se consideraron 339, 341 millones de pesos para la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores y 83, 638 millones de pesos para las Becas para el Bienestar Benito Juárez. Esto equivale a 56 y 13 veces, respectivamente, a lo gastado el año pasado en licencias de maternidad.

Si bien han habido esfuerzos desde instituciones públicas como la Suprema Corte, o desde empresas privadas como NU Bank, lo cierto es que contar hoy con una licencia de paternidad de la misma duración que la de maternidad es un privilegio al que muy pocos tienen acceso y que depende de la buena voluntad de la persona empleadora, no de la ley.

Los beneficios de un permiso de paternidad más amplio, idealmente de la misma duración que el de las mujeres y con goce de sueldo son muchos. El tener un arranque parejo del padre y la madre en las tareas de cuidado del bebé, incentivando así la corresponsabilidad y reduciendo brechas de desigualdad e imposición de dobles jornadas a las mujeres. Más tiempo para que el hombre esté junto a su pareja durante su recuperación del parto. Mayor atención al recién nacido y los beneficios que ello implica para éste y su desarrollo, entre muchos otros puntos positivos.

Es momento de dejar de asumir que a partir del sexto día las madres encontrarán mágicamente la forma de arreglárselas solas porque todo lo pueden. La distribución equitativa de las tareas de cuidado, el cuidado adecuado en la recuperación de la mamá que acaba de dar a luz y el derecho del papá a pasar mayor tiempo de calidad con su hijo o hija durante sus primeros días de vida son grandes retos que, de atenderse adecuadamente, generarán enormes beneficios a la sociedad.

¿Cuánto tiempo más vamos a dejar pasar para comenzar a discutir sobre la ampliación de licencias de paternidad con la seriedad que el tema amerita?

*Ana Laura Velázquez Moreno es abogada, integrante del Círculo Feminista de Análisis Jurídico (@CirculoAnalisis) y futura mamá.

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