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Alemania comprueba ?la teoría de la felicidad

Lo que han dicho Einstein, Kant y Nietzsche lo hace suyo el equipo de Löw y termina con una corona.

Botón Mundial Brasil 2014

Hace algunos años historiadores descubrieron en un semanario una pequeña nota periodística donde entrevistaban a Albert Einstein. El documento está fechado en el invierno de 1929, una década después de que el mundo había pasado su primera guerra mundial y la felicidad era un problema a tratar para los filósofos y los científicos de Alemania como parte de la reconstrucción nacional; en aquel entonces ellos eran los ‘malos’ y lo siguieron siendo hasta después de 1945.

En 2013 un instituto realizó un estudio para medir la felicidad en aquel país y la conclusión era que 75% lo eran. ¿Qué hace feliz a los alemanes? Aquella entrevista del 7 de diciembre del 29 daba una receta. Einstein decía que la fórmula era la siguiente: A=x+y+z, donde A es felicidad, x es trabajo, y el azar y z el silencio.

Quizá Joachim Löw y su equipo – sin quererlo- han comprobado esa teoría. La antigua Germania ha vivido el siglo XX con reproches sobre las atrocides que han realizado sus gobernantes, de separación, de una frontera que derramó millones de lágrimas y terminó con familas enteras. Por eso año con año en aquella nación hacen estudios sobre qué tan felices están en casa.

La selección alemana no sólo ha comprobado la fórmula de Einstein -porque ha trabajado, contado con una dosis de azar y ha ido callada sin presumir su trabajo-, también dio vida a frases que se construyeron en el siglo pasado y que tienen ahora más vigencia que nunca.

Para empezar –en las calles alemanas-, según el Instituto Demoscópico Allensbach, sólo 20% creen que la felicidad depende de un golpe de suerte .

Y fue Einstein –quien ha pasado a la historia por la teoría de la relatividad- quien también afirmó: Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad .

Y la voluntad tiene nombre y se llama Bastian Schweinsteiger, el mediocampista al que Löw le ha confiado el alma a su equipo. Terminó con un corte debajo del ojo derecho, más de 20 patadas en las piernas, la camiseta sucia,15 kilómetros recorridos y lágrimas en los ojos.

A los científicos, sociólogos y economistas les ha llamado la atención que para apenas 15% de los encuestados el dinero sea el motivo de una sonrisa o de su bienestar emocional. Y eso se explica también con el equipo de Löw; que es mucho más ideológico, más enfocado en respetar un estilo, un proyecto, antes que cualquier título.

Más de la mitad de la plantilla de esta selección ha recibido ofertas económicas que superan el doble del salario que perciben. Pero, como el caso del defensa Hummels, han preferido quedarse en casa para consolidar la idea del Borussia Dortmund.

El futbol alemán aprendió de sus errores. Probablemente el paso más importante fue aceptar que el modelo que lo hizo exitoso entre 1950 y 1990 había llegado a su fin y cambió.

Löw tomó el principio de Immanuel Kant para mejorar: La felicidad no brota de la razón sino de la imaginación . Hoy la selección tiene a chicos que son capaces de tratar el balón con respeto y eso garantiza para todos los que les miran calidad y espectáculo.

Pero todo esto no ha sido nada sencillo, para ello debieron andar por el fracaso en el 2006 en el Mundial que ellos organizaron, cuatro años después en Sudáfrica y en medio en las Eurocopas y siempre Löw se ha sentido seguro para trabajar porque todos han entendido que la imaginación de una revolución valía mucho más la pena que cualquier corona.

El proyecto ya había dado indicios de calidad. En el 2010 fueron el segundo equipo que más precisión tuvo en sus pases -apenas superados por España, a la postre campeones-; ahora tras Brasil terminaron como los mejores: ocho de cada 10 pases son correctos. Nadie tan goleadores como ellos: en dos copas suman 34 goles y 200 tiros al arco rival y eso lo hicieron con el precepto que enarboló Kant: la imaginación.

Ahora bien, Friedrich Nietzsche dice que la felicidad no es estado permanente y de eso el pasado campeón mundial España ya lo sabe; y también lo tiene que entender el equipo de Löw para el futuro, que a veces es demasiado cruel.

PD. Los alemanes pueden agregar una definición más de felicidad: Göetze marcando un gol.

ivan.perez@eleconomista.mx

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