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Ashleigh Barty dice adiós en el top 15 de más ingresos de la WTA
Con 12 años en el máximo circuito, la australiana generó ganancias por encima de los 20 millones de dólares que incluso la consolidaron en el ranking de atletas femeninas mejor pagadas del mundo.
Ashleigh Barty se despidió del tenis no sólo como la reina del ranking mundial, sino como una de las jugadoras con mayores ingresos de la historia. La australiana, que deja este deporte posicionada como la número 1 del planeta, participó a lo largo de 12 años en el máximo circuito femenil de la WTA (debutó en 2010) y en ese lapso logró un acumulado de ganancias por 23,829,071 dólares.
Esa cifra la posiciona como la número 14 en la historia de la WTA con mayor premio en metálico, no tan lejana de entrar al top 10, ya que la décima en la lista es la rusa Svetlana Kuznetsova, que logró una ganancia de 25,816,890 dólares.
Sin embargo, Barty se quedó lejos del primer lugar de esta lista, que ocupa la estadounidense Serena Williams con 94,518,971 dólares, producto de 27 años activa y 23 títulos de Grand Slam (está a uno de empatar el récord mundial de Margaret Court). El top 3 de ingresos lo completan Venus Williams con 42,280,540 y Maria Sharapova con 38,777,962.
El repunte financiero de Barty fue a la par de su rendimiento deportivo, siendo los últimos tres años de competencia, en los que logró sus ingresos más altos: alrededor de 2.4 millones de dólares por ganar Roland Garros 2019, 2.2 millones por Wimbledon 2021 y 4.4 millones por Australian Open 2022, que fueron sus tres coronas de Grand Slam en su carrera.
En específico, la temporada 2019 fue la más lucrativa de su trayectoria, pues alcanzó un ingreso total de 11.3 millones de dólares por las coronas en Roland Garros, en Miami, Birmingham y las WTA Finals de China. En ese año también fue finalista de singles en el China Open y el International de Sídney. Se quedó cerca de igualar el récord de ganancias en un año para una tenista, que ostenta Serena Williams con 12.3 millones de dólares en 2013.
Gracias a estas actuaciones, Ashleigh Barty hizo su primera aparición en el ranking anual de Forbes de las ‘Atletas femeninas mejor pagadas’ en 2020, recapitulando los 13.1 millones de dólares totales de 2019, que incluían sus ganancias en la cancha y fuera de ella a través de patrocinios. Con esa cantidad, la australiana se ubicó en el tercer puesto dentro de las deportistas con mejores ingresos del mundo, solo detrás de Naomi Osaka (37.4 millones) y Serena Williams (36 millones).
Barty volvió a aparecer en dicho ranking de Forbes en 2021 con 6.9 millones de dólares que la pusieron en el octavo lugar; de esa cantidad, tres millones procedían de acuerdos fuera de las canchas, lo que reflejó cómo logró la consolidación de su marca a nivel global.
Al momento de anunciar el cierre de su carrera el 22 de marzo de 2022, Barty ostentaba acuerdos comerciales con ocho marcas: Jaguar, Kayo, Vegemite, Head, Fila, Rado, Uber Eats y Gillette; de acuerdo con estimaciones de medios especializados, sus ingresos fuera de la cancha rondan los 20 millones de dólares, aunque nunca se caracterizó por ser una figura mediática.
El legado deportivo de Barty se conforma por 15 títulos de singles y 12 de dobles, además de seis y nueve subcampeonatos, respectivamente. Su efectividad promedió un 75% entre ambas ramas y cautivó a los críticos por su fuerza a pesar de tener una estatura de 1.66 metros.
“Realmente creo que es valiente porque, con todas las expectativas alrededor, no hay muchas personas que se detengan en este punto y pongan su felicidad en primer lugar. Ese es un ejemplo no solo para los tenistas u otros atletas, sino para todas las personas”, mencionó Iga Swiatek, reciente campeona de Indian Wells, sobre la decisión de Ashleigh Barty de retirarse a los 25 años.
“Quiero perseguir otros sueños. Hay tantas cosas por hacer y sueños que perseguir que no implican necesariamente viajar por el mundo, estar lejos de la familia o fuera de casa que es donde siempre he querido estar”, dijo Barty sobre su intempestivo retiro en un video presentado a través de sus redes sociales, aunque no dio detalles sobre su futuro o algún otro argumento.
El retiro de Barty hace recordar al de Justine Henin en 2008, cuando dijo adiós ostentando el número 1 del ranking de la WTA durante 61 semanas. Sin embargo, la belga volvió a jugar dos años después. También Bjorn Borg se congestionó con las exigencias y se retiró a los 26 años, en 1983, regresando ocho temporadas más tarde. Ahora la incertidumbre ronda a Ashleigh por ver si algún día volverá, recordando que ya entre 2014 y 2016 hizo una pausa para dedicarse al críquet, pero retornó al tenis.
kg