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Brecha de premios, deuda que persiste en WTA

Las jugadoras siguen poniendo el radar en este tema y vislumbran con buenos ojos una posible unificación con el circuito varonil (ATP) para tener los mismos incentivos en metálico

Gabriela Dabrowski mostró su don en el tenis por primera vez, a los siete años de edad.

La relación entre la Asociación Mundial de Tenis Femenil (WTA, por sus siglas en inglés) y las jugadoras aún no es totalmente color rosa a 50 años de su nacimiento. Una de las espinas que sigue incomodando en cada torneo es la diferencia de premios respecto al circuito varonil (ATP), que sigue en desventaja.

Fue en 1973 cuando nació la WTA y, también, se dio la llamada ‘Batalla de sexos’, en la que Billie Jean King derrotó a Bobby Riggs en un partido de exhibición que, desde entonces, es tomado como una bandera del potencial femenil en el tenis para derrumbar el argumento de que los hombres son mejores.

La propia Billie Jean King constituyó la WTA y poco después impulsó la equidad de premios económicos en el Grand Slam del US Open entre hombres y mujeres. Pero a más de medio siglo de distancia, las jugadoras sienten que aún hay acciones por realizar para reducir esa brecha respecto a los varones.

El Economista consultó a cuatro jugadorras de la WTA de diferentes nacionalidades (una ya retirada) para conocer su opinión sobre esta deuda histórica.

Las personalidades que compartieron su análisis son Gabriela Sabatini (Argentina), ganadora de 27 títulos, incluyendo un Grand Slam; Storm Hunter (Australia), campeona de dobles del WTA 1000 Guadalajara 2023; Caroline Dolehide (Estados Unidos), subcampeona de singles también en Guadalajara; y Emiliana Arango (Colombia), uno de los perfiles emergentes más fuertes rumbo al cierre de esta temporada.

Avances en cinco décadas

Los torneos que han puesto la muestra de la equidad de premios económicos son los de mayor escala tanto en el WTA Tour como en el ATP Tour: los Grand Slams. Después de que el US Open irrumpiera con esa equidad desde 1973, poco a poco se unieron Australia, Roland Garros y Wimbledon, que fue el último en 2007.

El récord de premios parejos se dio esta temporada dentro del US Open, donde Coco Gauff se llevó tres millones de dólares tras su primer campeonato de Grand Slam, al igual que Novak Djokovic en la rama varonil; la cifra más baja dentro de esta categoría se mantiene en el Australian Open, con menos de dos millones.

“No es algo que se esté haciendo de un día para otro, se viene trabajando de muchos años atrás, por eso hace 10 años esto estaba en marcha. En estaa intención de poder equiparar a la mujer con los hombres sí se están logrando muchas cosas, se está acercando mucho eso y cada vez creo que va a ser mejor”, reflexiona Gabriela Sabatini.

A mediados de este año, la WTA lanzó un comunicado con un proyecto en el que pone a 2027 como el límite para lograr la equidad de premios en eventos combinados de categorías 1000 y 500, como Indian Wells, Miami, Madrid y Roma, así como equidad en los eventos de una semana de esas mismas categorías para 2033.

“Sé que la WTA está trabajando muy bien en todos estos temas de preparar a las jugadoras mentalmente. Con respecto a lo económico, también sé que está trabajando muchísimo, de hecho, creo que quieren empezar a hacer algo en conjunto con la ATP, de jugar más torneos juntos, quizás esa sea una buena idea”, agrega la multicampeona argentina.

Unificación con ATP a la vista

A pesar de estos intentos, cuya pionera fue Billie Jean King a inicios de la década de los 70, aún se perciben grandes diferencias de premios entre WTA y ATP. Una de las más marcadas de esta temporada fue en el Abierto de Roma, de categoría 1000 para ambas ramas. En la varonil otorgó 1.2 millones de dólares al campeón y en la femenil fue menos de la mitad, con un premio de 422,000 dólares.

“Sí hay una gran diferencia salarial en el nivel Masters, incluso cuando jugamos los mismos eventos. Eso se ve en Roma y en varios torneos a lo largo del año, lo cual es difícil. Es un poco frustrante porque estamos jugando y ese es nuestro trabajo. Sé que la WTA ha elaborado un plan para los próximos años para igualar los premios en metálico y están de acuerdo con la ATP en eso. Eso es muy emocionante”, explicó a El Economista, Storm Hunter, doblista australiana.

Hunter fue campeona de dobles en el WTA 1000 de Roma de este año junto a Elise Mertens, llevándose un premio de 209,496 dólares, mientras que los ganadores varoniles, Hugo Nys y Jan Zielinski, se quedaron con 422,051.

“Obviamente la paridad no llegará de inmediato, pero así es como funcionan los negocios y eso lleva tiempo. Sé que la WTA tiene un plan y sé que eso llegará pronto, lo cual es emocionante, no sólo para nosotros, sino también para las jugadoras más jóvenes que vienen, de 19 y 20 años y las de los torneos juniors. Es genial que, con suerte, una vez que jueguen como profesionales, el premio en metálico sea igual en todos los ámbitos para ellas”, continúa la australiana.

La ATP anunció el programa Baseline en esta temporada, que dará inicio a partir de 2024 y que consiste en apoyar a tenistas jóvenes, así como a los que van escalando en el ranking e incluso a los que se lesionan con un fondo de ahorro de entre 75,000 y 300,000 dólares anuales. Es algo que se puede replicar en WTA.

“Definitivamente, más que ayudar sólo a los jugadores jóvenes, es a todo el mundo. Creo que el tenis es un deporte muy costoso y al final todos necesitamos ayuda, sobre todo las jugadoras de un ranking un poco más bajo se beneficiarían bastante con ello”, definió a este diario la colombiana Emiliana Arango, una de las cartas más sorprendentes en el reciente WTA 1000 de Guadalajara al alcanzar los cuartos de final.

Tiene 22 años y apenas empieza a consolidarse en el WTA Tour, pero su visión está puesta en la paridad de premios: “La verdad que ojalá y si podamos llegar a un momento en el que las mujeres podamos ganar lo mismo que los hombres. Se ha hecho muchísimo para cerrar esa brecha, pero ojalá podamos seguir trabajando para hacer lo máximo posible para que cierre del todo”.

La estadounidense Caroline Dalohide, el ‘caballo negro’ del Guadalajara Open 2023 tras ser subcampeona con el lejano ranking 111, también observa los avances de la WTA con buena percepción.

“Creo que el plan financiero que trae la WTA (hacia 2027 y 2033) es fantástico, para que todos los torneos estén empezando a avanzar en la dirección correcta, incluso están acelerando el proceso. Entonces creo que, por lo que parece, vamos en la dirección correcta”.

Otra noticia positiva para las jugadoras es que en marzo de este año la firma de capital privado CVC Capital Partners invirtió 150 millones de dólares a la WTA, algo que la presidenta de este organismo, Micky Lawler, observa como un acelerador para los planes de desarrollo de un producto mediático que apunte a la igualdad salarial.

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