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¿Cuánto le durará el sueño a Pittsburgh?

Pirates ha tenido que esperar e invertir para volver a ser protagonista.

Pirates lo vivió por última vez en octubre 14 de 1992. A dos outs de volver a una World Series, Atlanta Braves se encargó de hacer tres carreras en la baja de la novena entrada para ganar el séptimo partido y la corona en la Liga Nacional.

En Pittsburgh hubo 21 años en que su equipo de beisbol no estuvo en playoffs. Steelers, con dos anillos de Super Bowl y Penguins, con una Stanley Cup, dieron alegrías al plano deportivo en la ciudad fundada por George Washington en 1717.

Pero ayer mantuvieron el sueño, ganaron el Juego de Comodín 6-2 a los Rojos de Cincinnati y ahora se medirán al mejor equipo de la Nacional, San Luis. ¿Hasta dónde les alcanzará?

Tras aquel desenlace en Atlanta, la era de Jim Leyland acabó en 1996, pasaron por el dugout seis mánagers y se fueron más de 773.33 millones de dólares en cientos de peloteros hasta amarrar un lugar en el Wild Card este año.

La cifra en la inversión obtenida cada temporada, extraída del USA Today e ESPN, también evidencia que tras la etapa antes enunciada en que Pirates era potencia, poco a poco vino a menos el presupuesto dirigido en la conformación de un roster competitivo que sólo en tres ocasiones tuvo posibilidades de ganar el boleto a postemporada.

De hecho, cuando el equipo más invertía en una justa y no se tenían los resultados deseados, al año siguiente disminuían los recursos como fue en el 2001, cuando de 57.76 millones se redujeron a 42.32 en el 2002 y de los 54.8 en el 2003 descendió a 32.22 en el 2004, bajo la administración de Kevin McClatchy.

El cuadro filibustero ni siquiera se acercó a la media tabla entre los clubes que destacaran por el precio de su plantilla: dos veces fueron último lugar; en el 2001 y el 2003 ocuparon el puesto 18 y 19, respectivamente, y en el resto de las campañas siempre estuvieron en la parte baja. Así, el promedio de la nómina es de 36.8 millones de dólares, nada que ver con colosos como Yankees o Boston.

La misma institución del conjunto de Pennsylvania reconoce que su fuente de talento está en los drafts colegiales, por lo que los cinco veces campeones de la MLB lo más que pagaban a un elemento antes del 2012 eran 10 millones al pitcher Matt Morris. Figuras como Barry Bonds se embolsaron 4.8 millones y el lanzador mexicano Francisco Córdova llegó hasta 3.8 millones.

Ahora, en el 2013, el roster tiene valor de 66.28 millones de dólares, con el serpentinero A.J. Burnett, siendo el que más dinero se agencia con 16.5 y la marca de 94 ganados, 68 caídas, es la máxima en 21 temporadas.

diego.fragoso@eleconomista.mx

rgs

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