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El ciclismo después de Armstrong

El ciclista estadounidense, que hasta hace poco fuera una leyenda en la Grand Boucle, marcó un antes y un después para la ronda gala.

El ciclismo del 2013 ya no es el de los años de Armstrong . Ésa es la sentencia que Christian Prudhomme, director del Tour de Francia, ha puesto acerca del tema del dopaje y de la triste historia que se destapó hace poco más de siete meses, cuando el exciclista texano aceptó que toda su leyenda había sido sólo una farsa.

Apenas hace unos meses, las épicas hazañas de ciclistas como Lance Armstrong todavía significaban momentos imborrables de la Grand Boucle. Pero ya no.

El caso de Lance Armstrong, otrora siete veces campeón del Tour de Francia, es sólo la punta del iceberg de un problema que parece interminable y que pondrá en la mira a muchos ciclistas en la edición 100 de la ronda gala, que año con año invierte 700,000 euros en la lucha contra el dopaje, según Prudhomme.

EL DOPAJE NO ES ALGO NUEVO ?EN EL TOUR

Uno de los primeros casos que se dieron a conocer en la competencia francesa fue el de los hermanos Pelissier, Henri y Francis, quienes en la edición de 1924 revelaron al periodista francés Albert Londres que se estimulaban con cocaína, cloroformo y píldoras múltiples. Corremos con dinamita , habría dicho Francis.

Para muchos deportistas, una de las razones para sumergirse en el mundo del dopaje es por una necesidad urgente de ser los mejores y, en el caso de los ciclistas, dominar en una de las carreras más extenuantes y exigentes del mundo: el Tour.

Todos los ciclistas buscan, con razón, llevarse el triunfo. En el ciclismo, es fácil tener a la mano sustancias dopantes porque todo mundo sabe que existen, el punto ahí es qué tan dispuestos están los corredores a valerse de ello para seguir siendo los mejores, o mantener sus patrocinios gracias a sus desempeños. Es un círculo vicioso que amenaza con no acabar , explica Juan Gutiérrez, especialista y jefe de Mas Deportes del diario español As.

Es justo ese intenso desafío físico el que estimula el dopaje. Es eso también lo que ha potenciado la creación de redes más sofisticadas para hacer trampa y Armstrong, de acuerdo con sus propia versión, formó parte de una de ellas cuando, en 1999, él y su equipo U.S. Postal Service dominaban el Tour.

Entonces los ciclistas eran blanco de experimentos no sólo para incrementar el rendimiento, sino también para probar los métodos más modernos de dopaje: pruebas con testosterona, cortisona, hormona de crecimiento humano, transfusiones de sangre, EPO, sólo por mencionar algunas, desafiaban los controles antidopaje que entonces estaban atrasados en comparación con la evolución de las sustancias dopantes.

Ésa fue una de las razones por las que el dopaje de Lance no pudo ser demostrado sino hasta hace poco, cuando el exciclista aceptó que había hecho trampa durante muchos años.

De acuerdo con algunos científicos, se calcula que, en aquella época de apogeo del dopaje, por lo menos 80 % de los corredores en las grandes competencias ciclísticas de Francia, España e Italia, manipulaba su sangre

Da clic en la infografía para ver más grande.

EL CICLISMO, UNO DE LOS ?DEPORTES MÁS CONTROLADOS

Pese a que la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por su sigla en inglés) se ha preocupado por mantener controlado el ciclismo, los casos de dopaje se han seguido dando. La UCI fue uno de los primeros organismos a nivel internacional en implementar el pasaporte biológico como una herramienta para mantener alejado este problema de su deporte.

Según las estadísticas de los laboratorios mundiales antidopaje, del 2003 al 2011, año del último reporte de sus laboratorios, se realizaron 1 millón 450,838 exámenes antidopaje a atletas de los 33 deportes olímpicos, de los cuales, 10.4% se hizo a ciclistas, siendo el tercer deporte más controlado, pero el que más positivos ha arrojado en este lapso.

No obstante, esto no ha servido para erradicar el problema que sigue dando casos positivos año con año. Sin embargo, algunos ciclistas y equipos también se han involucrado en el combate a este problema.

De acuerdo con Igor González de Galdeano, mánager general del Euskaltel Euskadi: El ciclismo es el deporte que más involucrado está en la lucha contra el dopaje. Hemos sido pioneros en adoptar el pasaporte biológico y el sistema de localización ADAMS; los propios equipos y ciclistas sufragamos esta lucha , asegura.

González reconoce que las cuestiones deportivas en los equipos han cambiado: En los contratos se incluyen cláusulas contra el dopaje; se trabaja en la educación del ciclista; se regula la cadena que enlaza preparación física y cuidado de la salud... En definitiva, la transparencia es total y los tramposos son totalmente rechazados, pero no hemos sabido explicar esta lucha y que la opinión pública sea consciente de ella , reconoce.

¿EXISTE SOLUCIÓN?

Aunque el dopaje es un problema que sigue siendo una amenaza y que tanto la UCI como las grandes competencias quieren combatir, la solución parece no estar tan lejos.

De acuerdo con Jaume Mas, seleccionador de España de ciclismo en pista entre el 2001 y el 2005, la estrategia para acabar con el dopaje es perseguir no sólo al deportista, sino a toda la espiral que le rodea y encontrar al que incita . No obstante, el ciclismo parece continuar pedaleando sin rumbo, siempre en contra de su gran enemigo.

rgs

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