“El éxito es saber cómo te levantas tras caer”

Carmen Larbalestier mira con angustia las últimas maniobras de su hijo, Lewis Hamilton. El piloto de Mercedes logra rebasar al español Fernando Alonso y ella aplaude la maniobra y respira hondo. En la última vuelta en el Autódromo Hermanos Rodríguez, ella lo observa de pie y tras confirmarse la novena posición de su hijo, aplaude y expresa: “¡Oh, my god!”. No fue una carrera sencilla, cuando desde la largada un golpe de Sebastian Vettel lo obligó a ir a pits y ocupar la última posición.

Lewis no tenía tiempo para rendirse, porque nunca lo ha hecho. Una tercera parte de la carrera estuvo en el último lugar y a partir de la vuelta 27 fue que comenzó la remontada.

“La fortaleza de mi corazón fue lo que me permitió seguir adelante”, comentó el piloto de Mercedes. Sabía que la batalla no sería nada sencilla.

Su ambición lo llevó a ocupar la novena posición, que era el resultado mínimo que necesitaba para convertirse en tetracampeón de la Fórmula 1 e igualar a Sebastian Vettel y Alain Prost. Es el único británico con dicha cantidad de títulos en la principal categoría.

La mamá de Hamilton caminó lo más rápido posible del hospitality de Mercedes al área del Foro Sol. Mientras su hijo recorría el Autódromo y celebraba su hazaña.

Lo que culminó Hamilton fue un cúmulo de sacrificios, cambios y aprendizajes.

“El año pasado me alejé, di unos pasos atrás, cambié la comunicación con mi equipo, mi entrenamiento, me desafié a mí mismo. Ha sido un año duro”, comentó Lewis, aunque también acepta que hay un equilibrio en todos los aspectos de su vida.

Ya que narró que cuando fue durante la temporada a la fábrica de Mercedes el ambiente era distinto, a diferencia de los últimos tres años.

“Todos tienen el espíritu de cooperación y dan ese paso extra para ayudarme. En el pasado, si se daba ese paso extra era para Nico Rosberg y era un conflicto”.

Para él no existe carrera perfecta, porque son los pequeños errores los que hacen perder pequeñas centésimas de segundo.

La presente temporada trató de tener el menor número de equivocaciones, ya que reconoció que es doloroso para un atleta practicar una y otra vez para que un error cueste mucho.

Una parte del presente año se dedicó a reducir la diferencia con Sebastian Vettel.

Son 11 temporadas y cuatro títulos, que lo ubican entre los mejores pilotos de la principal categoría del automovilismo.

¿Cómo defines el éxito?, se le cuestiona al originario de Stevenage, Inglaterra.

“No estaba listo para esta pregunta. Me han hecho el mismo cuestionamiento en otras ocasiones y nunca tenía una gran respuesta.

La definición de éxito es trabajo en equipo, determinación, crecimiento, las personas dicen que es más el destino que la travesía, pero yo pienso  que es la forma en cómo llegas a un sitio, de qué forma te levantas cuándo caes y asocio todo eso con el éxito”.

Y añadió que tiene la fortuna de tener una gran familia que lo ha apoyado para llegar al punto en el que se encuentra, además, del apoyo que recibe del equipo, “que han ayudado a crear esta oportunidad excelente en mi vida, que me permiten explorar mis habilidades y me permiten brillar de la forma que lo hago cuando conduzco el monoplaza”.

La preparación de Lewis comenzó en los Los Cabos, Baja California Sur y nueve meses después concluyó lo que había trabajado durante la temporada, con su cuarto título.

Verstappen, dominio de punta a punta

Max Verstappen, de la escudería Red Bull, aprovechó el incidente del inicio de la carrera y dominó de punta a punta. Fue la tercera victoria del holandés de 20 años en su carrera dentro de la F1.

El podio lo completaron los finlandeses Valtteri Bottas (Mercedes) y Kimmi Raikkonen (Ferrari).

“Sentí un toque en el inicio pero pude mantenerme adelante y después de ver lo que pasó sólo me dediqué a cuidar mis neumáticos y el coche”, dijo Verstappen. “Sabía que el auto era bueno pero no que iba a serlo tanto. Fue una buena carrera, y después de lo que pasó la semana pasada fue una carrera perfecta”.

yesme.cortes@eleconomista.mx