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El vestidor de los finalistas

De un lado está el Bigotón del Bosque con su política democrática; por el otro, Van Marwijk con su jefatura casi unidireccional.

Son los dos estilos de directriz. Y lo cierto es que ambos han sido tan exitosos que han llegado hasta la final de la Copa del Mundo. De un lado está el Bigotón del Bosque con su política democrática; por el otro, Van Marwijk con su jefatura casi unidireccional.

Ambos han llevado las relaciones humanas de sus equipos como mejor les ha parecido y aunque opuestas, las dos han dado resultado.

El líder amable

Vicente del Bosque se autodefine como un líder amable . Quienes rodean al entrenador español aseguran que incluso son los jugadores quienes le han ayudado a definir las tácticas de juego. Pregunta a sus pupilos si les parece tal o cuál cosa, pero siempre él tiene la última palabra.

Los futbolistas siempre quieren que se les tome en cuenta, por eso se respeta más al entrenador que pide opinión y no cree tener toda la razón , argumenta a El Economista, Óscar Ruggeri, excampeón del Mundo en México 1986.

Del Bosque tiene como filosofía preguntar a sus jugadores sobre las características de su rival en caso de jugar con él o enfrentarse ya en varias ocasiones con el mismo oponente.

El personal a su cargo asegura que nunca ha recibido un mal trato de él, ni siquiera cuando los niveles de presión son los más altos. Luego de la derrota 1-0 ante Suiza, Vicente se encerró dos horas con el grupo y una de sus frases más importantes fue: Yo les creo y les tengo toda la confianza . Luego vino la remontada.

Un líder enérgico

Van Marwijk es casi lo opuesto a Del Bosque. Es un técnico con poco diálogo personal a menos que sea necesario, como lo fue en una discusión entre Robben y Van Pierse. Pero por lo demás, no perdona indisciplinas ni por más figura que se sea. El entrenador de Holanda opta por una política de austeridad y en sus hoteles de concentración no quiere lujos ni ostentosidad.

Sabe su defecto de no ser un publirrelacionista y por eso llamó a Frank de Boer y Phillip Cocu para tener de cerca al grupo y entendieran mejor sus ideas.

Todos los grupos tienen problemas, pero lo mejor es saber cómo resolverlos. Algunos técnicos son muy severos y esa forma les ha funcionado, pero va más allá de si es un técnico que charla o no, depende del compromiso de sus futbolistas , confiesa Teófilo Cubillas, exjugador peruano quien disputó tres Copas del Mundo.

Van Marwijk es un técnico que es fan del orden y lo denota incluso en el vestidor, ya que no permite que nada esté fuera de su lugar.

Sus charlas técnicas son un monólogo donde los jugadores sólo escuchan. Y es que más de 10 o hasta 15 horas analizando a un rival le dan argumentos para plantear el juego.

Así los dos equipos tienen sus formas de dirigirse entre ellos mismos y más allá del resultado que dictará el campeón, queda claro que las relaciones humanas por muy opuestas que sean también serán exitosas conforme lo quieran las plantillas.

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