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Gigantes se renueva para brillar
El equipo que se coronó en el 2012 recibió el calificativo de irreductible, que ganó seis partidos seguidos con la soga al cuello al borde de la eliminación.
Los Gigantes de San Francisco que conquistaron la Serie Mundial del 2010 fueron definidos como un conjunto de jugadores excéntricos, como Tim Lincecum, complementado con descartes de otros clubes, y que hizo de ganar sufriendo una especialidad.
El equipo que se coronó en el 2012 recibió el calificativo de irreductible, que ganó seis partidos seguidos con la soga al cuello al borde de la eliminación. ¿Qué se puede decir del que inesperadamente está este año en la serie de campeonato de la Liga Nacional? Es una amalgama de las dos versiones previas.
Menguados por las lesiones que dejaron fuera a su as Matt Cain, al jardinero central y primer bate Ángel Pagán, al segunda base Marco Scutaro y el año irregular de Lincecum, San Francisco dejó escapar la amplia ventaja de 9.5 juegos que tenía a inicios de junio sobre los Dodgers en su división. Su récord tras el Juego de Estrellas fue un mediocre 35-31, logrando aferrarse el segundo Wild Card de la Liga Nacional.
Al dejar en el camino a Washington, un adversario que tuvo el mejor récord del circuito en la temporada regular, San Francisco ganó tres de los cuatro juegos de la serie de primera ronda.
Más allá los equipos de la era Bochy, con el núcleo integrado por el tercera base Pablo Sandoval, el receptor Buster Posey y el abridor Madison Bumgarner, es que los años pasan y el equipo se afinca con sus lanzadores. Hudson, Jake Peavy y el venezolano Yusmeiro Petit pasaron a ser las nuevas cartas en la rotación tras la baja de Cain y cuando se le perdió la confianza a Lincecum.
Mientras otros sufrían con bullpens frágiles, el relevo se ha mantenido sólido con la dupla del mexicano Sergio Romo y Santiago Casilla.