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Green Bay, un latido de 101,000 corazones

La ciudad de Green Bay vive para los Empacadores. En esa población residen poco más de 101,025 aficionados, los necesarios para poder llenar el Estadio de los Vaqueros de Dallas. No más. Esos 101,000 corazones, son los campeones de la Liga.

Arlington. La ciudad de Green Bay vive para los Empacadores. En esa población residen poco más de 101,025 aficionados, los necesarios para poder llenar el Estadio de los Vaqueros de Dallas. No más. Esos 101,000 corazones respiran NFL. Esos 101,000 corazones, son los nuevos campeones de la Liga.

Y tenía que coronarse en un duelo histórico. Ante un rival legendario, los Acereros de Pittsburgh y en casa de un equipo que se cansó de ganarles en la década de los 90, los Vaqueros de Dallas. Pero ayer, Green Bay fue tan grande como su historia y derrotó 31-25 a Pittsburgh. El trofeo Vince Lombardi vuelve a casa.

Los Empacadores iniciaron su camino al triunfo en el nombre de un desconocido. Jordy Nelson, quien en toda la campaña sumó 45 recepciones, fue el encargado de romper el cero en el estadio de los Vaqueros de Dallas. En un drive de 80 yardas, Aaron Rodgers completó un pase de 29 yardas con su receptor para colocar adelante 7-0 a los Empacadores de Green Bay.

Por su parte, Nick Collins se encargó de hacer sufrir aún más a los aficionados de Pittsburgh, tras interceptar al Roethlisberger y llevar el ovoide hasta las diagonales. Al final del primer cuarto, Green Bay ya ganaba 14-0 y la respuesta de Pittsburgh no llegaba. Greg Jennings recibió un pase de 21 yardas de Rodgers para incrementar la ventaja 21-3, después de un gol de campo de Shaun Suisham. En ese momento, la situación para los Acereros lucía más que complicada. Los Empacadores mantenían el impulso que tuvieron en playoffs, en los cuales, se les vio imbatibles.

En el estadio no eran mayoría, pero los aficionados de verde y amarillo ya sentían cerca el campeonato, pese a los ensordecedores gritos de la afición con la toalla terrible en la mano.

Fue en el final del segundo cuarto cuando Pittsburgh recordó que era campeón de la Conferencia Americana y estaba jugando el Super Bowl. Hines Ward consiguió la primera anotación para los Acereros, al recibir un pase de ocho yardas de Roethlisberger. Ya en el tercer cuarto, el corredor Rashard Mendenhall avanzó ocho yardas y el marcador en el Estadio de los Vaqueros lucía 21-17, aún a favor de Green Bay.

Los Empacadores otra vez tuvieron vida, cuando Desmond Bishop recuperó un balón suelto de Mendenhall, que fue capitalizado por Jennings, al recibir otro pase de Rodgers en las diagonales. Pittsburgh volvió a responder y luego de un drive de 66 yardas y poco más de cuatro minutos, consiguió recortar la distancia 28-25 con una anotación de Mike Wallace, en un pase de 25 yardas.

La tarea para Roethlisberger y su equipo era complicada. Con dos minutos y siete segundos, Crosby hizo bueno un gol de campo; 31-25 con poco tiempo jugar.

Roethlisberger lo intentó, pero esta vez no fue suficiente. Big Ben no pudo repetir el regreso de hace dos años ante los Cardenales de Arizona.

Con el triunfo en Arlington, los Empacadores sumaron su cuarto título de Super Bowl. El primero, cuando la historia recién comenzó en 1966. Sumó su segundo un año después y no volvió a hacerlo hasta 1996. A 15 años de aquel triunfo, Green Bay, con sus 101,000 aficionados vuelve a celebrar. El triunfo, el título, es de ellos.

Este es un tremendo esfuerzo. Estamos orgullosos, el trofeo de Vince Lombardi va a casa , comentó el entrenador de los Empacadores, Mike McCarthy. Ni la nieve, ni jugar en casa de los Vaqueros, ni la nueva Cortina de Acero los detuvieron. Green Bay ya es el nuevo monarca de la NFL. jpgarcia@eleconomista.com.mx

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