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Hugo disfruta regreso a casa
El timonel tuzo fue ovacionado por la afición que aún no acepta la presencia de Mario Carrillo en el banquillo auriazul.
Con el silbatazo final apareció Hugo Sánchez dando pasos firmes hacia el vestidor, acompañado de 20,000 personas que coreaban su nombre, situación que provocó que, con todo y la derrota de 1-0 que Pumas propinó a Pachuca, el entrenador de Tuzos levantara los brazos, saludara a los fanáticos locales y finalmente se llevara la mano derecha al corazón, en signo de agradecimiento.
No importó que Mario Carrillo ganara su tercer partido de forma consecutiva como local, el estratega de la UNAM de nueva cuenta fue recibido y despedido en medio de consignas de fuera Carrillo , en una misma tarde en la que, en pleno compromiso, todo el estadio se le entregó al técnico visitante.
Ayer, CU vivió uno de sus partidos más extraños, con aplausos, gritos y cánticos a favor del entrenador que en el 2004 hiciera bicampeón al club, y que en esta ocasión fue capaz de dejar de dar indicaciones a los futbolistas de Pachuca para levantar el brazo y cruzar los brazos en su pecho, agradeciendo las muestras de cariño que llegaban desde las gradas.
Hugo disfrutó su momento, su regreso a casa , como él mismo lo comentó previo al duelo. Su llegada al área técnica se dio entre una veintena de fotógrafos a los que Sánchez Márquez sonrió constantemente, siempre con las manos en los bolsillos.
Así, parado al filo de la línea que delimitaba su espacio, el pentapichichi vivió su partido, dando apenas una que otra indicación, siempre pidiendo que le entregaran la pelota a Nery Castillo.
Quizá porque vivía su reencuentro, pero el entrenador de Tuzos apenas lanzó gritos y cruzó palabras con el cuarto oficial, como es su costumbre. De pronto su figura cubierta con una playera rosa y saco negro parecía una estatua, siempre con las manos en los bolsillos.
Fue cerca del final, cuando parecía que se llevaba un punto, que Hugo se despojó de su saco y comenzó a acomodar a su gente en defensa, situación que no evitó el gol de David Izazola, tanto que casi lanzó a Sánchez a la cancha, con sus brazos abiertos, exigiendo respuestas a sus pupilos sobre la desatención que acababan de tener.
Al final, con la derrota a cuestas, Hugo abandonó la cancha agradeciendo la ovación que llegaba desde las gradas, al mismo tiempo que Jesús Martínez, presidente de Pachuca, molesto, aceptaba sentirse decepcionado por la pobre campaña de su plantel.