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Jordan Spieth, una estrella sin reflectores en Mayakoba
El estadounidense estira su mal momento que arrastra desde la temporada pasada. En la Riviera Maya estuvo ausente su buen juego y apenas se le escuchó la voz.
Playa del Carmen, Quintana Roo. El 26 de octubre pasado la organización del Mayakoba Golf Classic anunció la participación de Jordan Spieth para jugar en el torneo. Era una gran noticia para el evento: el número 13 del ranking mundial y una estrella en plenitud que presume tres majors en su palmarés venía a jugar por primera vez el torneo. Pero todo salió mal.
“Estaba enojado y pocas veces sonreía”, dice Michel Martínez, fan que siguió a Spieth los primeros dos días del Mayakoba Golf Classic. “No es para menos. Lo he seguido esta campaña y ha jugado mal varios torneos, incluso desde la temporada pasada”.
Spieth no pasó el corte del torneo, luego de que terminara con tres golpes debajo de par al finalizar la ronda del viernes. En el campo tuvo problemas para finalizar sus tiros en el green y en ningún momento estuvo cerca de los punteros.
El juego del texano fue tan silencioso como su presencia en los eventos de prensa del torneo. No dio una rueda de prensa previa y cuando terminó la ronda del jueves y viernes evitó dar declaraciones a los miembros de la prensa mexicana. También a los integrantes de comunicación de la PGA les fue negada una respuesta del astro de 25 años.
Las únicas palabras que dio referentes a Mayakoba fueron previo al torneo y que se publicaron en el portal de éste. Dijo que se sentía feliz de jugar en el Mayakoba Golf Classic, pero esa alegría no se notó en el campo de golf El Camaleón.
“Hace unos meses que ha tenido problemas con el putt”, menciona Santiago Porras, otro aficionado que siguió al estadounidense. “Parece que tiene la cabeza en otro lado”.
Spieth ha padecido una serie de sucesos negativos. Deportivamente, no ha terminado entre los primeros 10 lugares de un torneo desde el noveno puesto que consiguió en el Abierto Británico que se realizó en julio pasado. Desde entonces, consiguió dos duodécimos lugares y en Mayakoba no pasó el corte por primera vez en los últimos nueve eventos que disputó.
A esa mala racha de resultados también se le suma la derrota del equipo estadounidense en la Ryder Cup. Spieth fue parte del representativo de la Unión Americana, que se vio envuelto en una polémica, en la que varios de sus representantes estuvieron en desacuerdo por las parejas que conformó para jugar el evento Jim Furyk, el capitán del combinado.
En Europa arrasó el torneo con marcador de 17½ a 10½.
“Ella (Annie Verret, su novia) es la que se encarga de la mayoría de los detalles de la boda. También está encargada de sacar mis cosas de donde vivía”, dijo Spieth la semana pasada, sobre la boda con su prometida, que se realizará a finales de este mes.
Spieth es un golfista fuera de serie
Se convirtió en profesional cuando tenía 19 años (2012) y luego se volvió un coleccionista de títulos y galardones individuales. En el 2013 ganó el trofeo al novato del año del PGA Tour y, dos años después, fue reconocido como el golfista del año, el que lideró el circuito en ganancias y el campeón de la FedEx Cup.
En su palmarés tiene 14 títulos del PGA Tour, entre los que destacan sus tres majors: el Masters de Augusta (2015), el US Open (2015) y el Abierto Británico (2017). Sólo le queda pendiente ganar el PGA Championship para ganar todos los grandes y se quedó cerca de conseguirlo en el 2015, cuando terminó en segundo lugar.
“En el golf 80% es mental. Como todos los golfistas pasan por ese tipo de bloqueos o de malas rachas. El éxito de muchos es romper su barrera mental. El problema es: ¿Cómo lo hará?”, se pregunta Rigoberto Hernández, un maestro de golf local y que siguió al texano en el Mayakoba Golf Classic.