Buscar
Deportes

Lectura 3:00 min

Las cosas siguen más o menos igual: no ganan

Guillermo Vázquez, entrenador de los felinos, advirtió que todavía falta mucho que trabajar con el equipo para mejorar su nivel y resultados.

El diagnóstico de Pumas sigue siendo incierto, ni siquiera el regreso de Guillermo Vázquez a la dirección técnica del equipo pudo revertir la racha negativa en casa. Ayer los universitarios empataron a un gol contra Tijuana, con lo que consiguieron su primer punto en su estadio, pero ni el juego ni las reacciones al terminar proyectan una mejoría en el desempeño.

Con su habitual parsimonia, Memo Vázquez advirtió que al equipo le falta mucho que trabajar, que el camino será largo.

Por lo pronto, ante Xolos mandó algunos mensajes, tanto a la afición como a la directiva. La titularidad de Eduardo Herrera y Leandro Augusto destacaron, ya que con Trejo su participación había sido mínima. Ésa fue la apuesta del estratega, asegurarse de que en su cuadro titular existiera gente que él ya conocía, que comprende de su idea futbolística.

En la praxis, los cambios no lucieron como esperaba, por eso la incertidumbre acecha el seno auriazul, porque aún camina por el torneo sin encontrar una respuesta a su crisis.

Por eso, que Leandro Augusto ocupara la posición de extremo izquierdo desnuda las carencias de la plantilla, de otorgarle la posición de revulsivo a un futbolista de 37 años, mientras en la banca cuatro refuerzos extranjeros del equipo contemplan el juego.

En el partido fue Herrera el más incisivo, primero con un remate de cabeza que pasó por encima de la portería de Cirilo Saucedo y luego con un remate, a pase de Martín Romagnoli, al espacio que no pudo controlar adecuadamente el delantero y lo hubiera dejado mano a mano con el portero visitante.

Pumas, sin adueñarse del juego, mostraba la obligación de buscar el gol, y al mismo tiempo, en la banca, Memo hacía un recital de indicaciones, señas y lamentos, producto de lo que veía en la cancha.

En la banca sí hubo un cambio. Guillermo Vázquez hacía todo lo posible para trasladar sus ideas a los jugadores, a veces sin respuesta, pero siempre intentándolo, estando ahí, en la frontera de la cancha, desde donde apenas unas semanas atrás sólo emanaba temor.

El partido parecía encaminarse para Pumas, gracias al gol de Eduardo Herrera, que tras una serie de rebotes, conectó el esférico a las redes, pero nuevamente salió a relucir el miedo a perder del conjunto del Pedregal y cinco minutos después del gol auriazul, Richard Ruiz empató el encuentro, también al aprovechar una desatención de los locales justo antes del final del primer tiempo.

Ya para la parte complementaria relucieron las deficiencias de Pumas, un equipo incapaz de generar peligro en la portería rival, entonces el técnico auriazul entró en desesperación.

Al final no hubo más peligro que el de un conato de riña en la última jugada; por lo demás, Memo Vázquez se retiró de la cancha en pleno ensimismamiento, convencido de que sacar a su equipo de la crisis le costará mucho trabajo y, como él mismo dijo en conferencia, también mucho tiempo.

eduardo.hernandez@eleconomista.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas