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Los planos, la táctica y el pizarrón

En su juventud, Espinoza tuvo que elegir entre ser Ingeniero Civil o dedicarse al futbol. Ahora como entrenador platicó con El Economista de su convicción por este deporte y sobre cómo levantará a Atlas del mal inicio de torneo.

Gerardo Espinoza perdió el acento sinaloense. Es justificable. Nació en Guamúchil (Sinaloa, 1984), pero a los 13 años se fue a vivir a la Guadalajara, la ciudad a la que parece que siempre va a regresar. Y hasta el momento, ya ha vuelto en tres ocasiones.

El futbol lo llevó ahí. Sus condiciones como mediocampista y defensa central llamaron la atención de las divisiones juveniles del Atlas. Cuenta que fue difícil abandonar a sus padres tan joven, pero lo hizo porque quería cumplir su sueño de convertirse en futbolista profesional. Esa meta la cumplió cuando debutó con los Zorros en 1999. Aquel plantel lo dirigía Ricardo Antonio La Volpe, entrenador que lo llevó a jugar a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

—¿La Volpe ha sido el técnico que más ha influido en su carrera?

—No puedo decir que sólo él, han sido muchos. Por ejemplo con José Guadalupe Cruz me coroné en Atlante y fui su auxiliar hace tiempo en Atlas. Cuando eres entrenador, te das cuenta de que muchos de los técnicos que tuviste influyeron en ti.

—¿En qué momento decidió que quería ser entrenador?

—En el 2013, cuando jugaba en el Querétaro. Me di cuenta de que me empezaron a gustar los parados tácticos y el manejo de los partidos. Posteriormente, comencé a estudiar en la Escuela Nacional de Directores Técnicos, primero en el plantel Querétaro y luego en el que está ubicado en Puebla. Luego, fui auxiliar de varios entrenadores hasta que me dieron la oportunidad en Atlas.

—Si no se hubiera dedicado al futbol, ¿cómo le hubiera gustado ganarse la vida?

—Quería ser Ingeniero Civil. Recuerdo que cuando llegué a Guadalajara seguí estudiando y me gustaba. Concluí la secundaria, la preparatoria y empecé a estudiar la Ingeniería, pero entonces tuve que tomar la decisión de mantenerme en ese camino o convertirme en futbolista profesional, porque se me presentaron las posibilidades para hacerlo y sentía que tenía el talento suficiente para lograrlo. Al final, tomé la decisión que me llevó hasta aquí.

—¿Por qué le gustó Ingeniería Civil?

—Me parece interesante cómo se construyen los edificios y todo lo que rodea ese proceso. Además de que es una carrera en la que se necesita ser ordenado, disciplinado.

—¿Cómo aplica el orden en los equipos que ha dirigido?

—Los jugadores deben ser versátiles en el club que dirija. Por un lado, deben ser ordenados cuando defiendan, que se replieguen bien, en bloque.

Pero cuando tengo la pelota, me gustan los futbolistas que tengan creatividad, agresividad y que tengan una mentalidad ganadora. Deben tener todas esas cualidades.

—¿Quiénes son los jugadores en Atlas que tienen esas características?

—Bryan Garnica, Andrés Andrade, Edyairth Ortega y Clifford Aboagye. Tengo varios futbolistas que pueden cumplir con esa función.

—En días pasados insistió en que estaba preocupado por el equipo, ¿cuáles fueron los aspectos que detonaron ese sentimiento?

—Mi preocupación se dio principalmente en el partido de Copa MX ante Zacatepec (derrota, 2-1). La actitud no me dejó tranquilo, porque a mí me gusta que mis equipos sean agresivos.

Entiendo que para revertir este mal arranque de torneo debemos corregir esos grandes detalles, porque el talento para hacerlo lo tenemos.

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