Lectura 7:00 min
México: check-in listo a Qatar con maletas de dudas
Aunque el Tri confirmó su octavo Mundial consecutivo, el proceso de Gerardo Martino sigue sin la aprobación del público. Tiene siete meses para trabajar en ofensiva y relevo generacional, sus tareas pendientes.
“El problema no es que México clasifique, sino lo que va a demostrar allá (en Qatar). Si viene jugando así de mal, ¿para qué sirve clasificar?, solo va a hacer el ridículo”, exclamó Guillermo Vázquez Villanueva, un aficionado de 26 años, a las afueras del estadio Azteca previo al partido de la selección mexicana contra El Salvador, en el cierre de las eliminatorias para el Mundial 2022. Guillermo no tenía dudas de que el Tri ganaría el boleto a Qatar en ese partido, pero sí mostraba un gesto de desagrado al platicar de lo que le espera ya en la competencia.
Aunque el Tri cumplió con la tarea de calificar a su octavo Mundial consecutivo con una victoria final de 2-0 ante El Salvador (le bastaba con el empate para lograrlo), tiene encima una losa de dudas, incertidumbre y rechiflas por parte de sus aficionados. Mientras en países como Perú o Marruecos el público se rindió en aplausos a sus entrenadores por el rendimiento en las actuales eliminatorias, en el estadio Azteca retumbó un abucheo cuando el sonido local mencionó el nombre de Gerardo Martino en la alineación contra el conjunto salvadoreño.
El Tri venció a El Salvador con goles de Uriel Antuna y Raúl Jiménez desde el primer tiempo (minutos 17 y 44), situación que generó emoción en los aficionados, ya que en los últimos tres partidos en el Azteca solo había caído un gol y fue hasta el minuto 80 (penal de Jiménez contra Panamá). Aunque México manejó el juego sobre la escuadra centroamericana (56% de posesión) y tuvo al menos otro par de opciones claras, la ausencia de anotaciones en la segunda parte volvió a generar silbidos en el graderío e incluso abucheos cuando ingresaron Héctor Moreno, Luis Romo y Jesús Manuel ‘Tecatito’ Corona.
“Nos encanta ver un partido de garra, que no jueguen con miedo, que vayan hacia adelante y que si meten un gol vayan por otro, y si son tres, que vayan por cuatro, pero meten uno y las instrucciones son para guardar el marcador. Entonces, es un futbol horrible”, calificó César Pérez Hernández, aficionado de 63 años.
En estas eliminatorias por primera vez se jugó el formato Octagonal en Concacaf, lo que aumentó la carga de partidos de la ronda decisiva de 10 a 14 (siete de local). El balance de México fue de ocho victorias, cuatro empates y dos derrotas, es decir, 66% de efectividad en la recolección de puntos. Con ello terminó como sublíder de la región, pero no fue suficiente para disipar las molestias y críticas por las formas más allá de los números.
“No encuentro ninguna mejora clara o contundente de la selección mexicana en la era de Gerardo Martino. Se fue de más a menos, se perdieron muchos conceptos que ya se tenían bien trabajados con Juan Carlos Osorio (entrenador en el proceso a Rusia 2018), la selección se fue desdibujando y se volvió incapaz de responder en la mayor parte de los momentos que la definían, cuando había que responder, resolver, ganar o ser contundentes. Ahí, el equipo simplemente no tuvo el aplomo para ser de respeto e imponer condiciones”, analiza para El Economista, Luis Fernández CEO de Under Data, consultora especializada en datascouting de futbol profesional.
El especialista observa al menos cuatro falencias del Tri durante la era de Gerardo Martino: falta de contundencia, vulnerabilidad defensiva en balón parado, mínimo impulso al relevo generacional e incapacidad de gestión para arreglar relaciones con jugadores.
“El balón parado siempre es algo que duele mucho a los equipos mexicanos y ya se venía con un trabajo previo importante (en la gestión de Osorio para Rusia 2018), se habían minimizado los goles que entraban por esa vía y ahora se vuelve a ver un equipo muy vulnerable y con poco trabajo en ese aspecto. Otro tema, con distintas causas, es la falta de contundencia. No fue tanto la falta de generación de llegadas, sino la falta de contundencia, el no meter la bola porque no hay un centro delantero, hoy, que esté en gran momento, que sepas que te va a resolver las jugadas”.
En el proceso a Qatar 2022, México empató su peor cuota goleadora individual en una eliminatoria, con Raúl Jiménez registrando tres goles y siendo el máximo anotador. Esa cifra se dio también rumbo a Sudáfrica 2010, aunque en aquella ocasión con seis jugadores: Cuauhtémoc Blanco, Jared Borgetti, Fernando Arce, Carlos Vela, Andrés Guardado y Pavel Pardo.
No obstante las dudas a balón parado, un acierto para Martino está en cuestión defensiva, pues el Tri tuvo su promedio de goles en contra por partido más bajo desde que se juegan las rondas de Hexagonal u Octagonal en Concacaf (hace siete Mundiales). La cifra fue de 0.57, por debajo del 0.7 que se tuvo en el proceso a Rusia 2018 y a Francia 1998. Los únicos partidos en los que la selección mexicana recibió dos goles (nunca recibió más de tres) fueron en sus visitas a Canadá y Estados Unidos, los otros dos países calificados a Qatar. Además, igualó su mejor racha sin recibir gol en eliminatorias al cerrar con cinco.
El Mundial comenzará el 21 de noviembre, por lo que México y las otras 28 selecciones clasificadas en marzo tienen cerca de ocho meses para prepararse. En las últimas ediciones, el Tri ha celebrado partidos amistosos en Estados Unidos, uno de despedida de su afición en el estadio Azteca y luego una especie de gira cerca del país donde se celebrará la competencia (o dentro de él) para definir a su plantel. Ese tiempo debe ser aprovechado para erradicar los vacíos que ha dejado Gerardo Martino, explica Luis Fernández.
“Tiene mucho tiempo ahora para hacer campamentos, tener más amistosos y la oportunidad de trabajar más días con el grupo, de estar llamando a más jugadores en donde tenga dudas y no jugársela solo con un grupo muy reducido de los que ya conoce. Ahí va la mayor fortaleza, en esa capacidad de impulsar la competencia por un lugar en la lista mundialista y no solamente el grupo compacto con el que ha venido trabajando, porque eso no te va a generar que todos lleguen en su mejor momento”.
Durante sus casi tres años al frente de la selección mexicana, Gerardo Martino ha utilizado a 82 jugadores, pero en la eliminatoria a Qatar solo 31 tuvieron minutos, siendo Guillermo Ochoa el más consistente con 1,170, seguido de Héctor Herrera con 827 y César Montes con 810. Sin embargo, jóvenes como Carlos Acevedo o Israel Reyes no recibieron la oportunidad.
Ya con el boleto en la bolsa, Martino reflexionó sobre la consigna para él y la selección mexicana en los próximos ocho meses: “Elevar el nivel futbolístico nos generaría otro tipo de expectativas a la hora de jugar el Mundial (...) Tenemos que trabajar en la posibilidad de poder recuperar un nivel futbolístico y trasladarnos a ocho o 10 meses atrás, el último muy buen partido que jugamos a pesar de haber perdido fue la final de Concacaf en junio pasado, de ahí en adelante no pudimos recuperar ese nivel, la expresión futbolística del equipo no alcanzó para estar conforme con el rendimiento”.
México no se ausenta de una Copa del Mundo desde Italia 1990, cuando fue inhabilitado por la FIFA por el caso de los cachirules. La racha de ocho clasificaciones es la sexta más importante después de Corea del Sur, España, Alemania, Argentina y Brasil. No obstante, desde Estados Unidos 1994 hasta Rusia 2018 no ha podido ir más allá de los octavos de final.
Los otros calificados en Concacaf son Canadá y Estados Unidos, que regresan después de sus últimas participaciones en México 1986 y Brasil 2014, respectivamente. El cuarto boleto fue para Costa Rica, que disputará la plaza directa a Qatar en un repechaje intercontinental en junio contra Nueva Zelanda, actual campeón de la eliminatoria en Oceanía.