Lectura 3:00 min
Olimpiada no influye en la lucha contra obesidad
La Olimpiada Nacional ha servido como escenario de atletas que inician sus carreras, como las de María Espinoza, Ana Gabriela Guevara o Paola Espinosa, pero la realidad es que no ayuda a incentivar que los niños y jóvenes se muevan.
Hace dos décadas, la Olimpiada Nacional (ON) nació para desarrollar el deporte juvenil en México. Pero parece que ese objetivo no se ha logrado alcanzar pese a los años, al menos no en cuanto activar a la población y masificar el deporte.
En contraparte, a propósito de la élite, parece ser que el desarrollo ha sido aceptable. Tan sólo en los últimos Juegos Olímpicos, seis de las siete medallas que se consiguieron fueron de deportistas que triunfaron en la ON.
Los datos no son alentadores en lo que respecta del público en general. De acuerdo con la última encuesta nacional de salud publicada en el 2013, 14.4% de hombres y 17.0% de mujeres, de 15 a 69 años, no realiza ninguna actividad física.
En tanto, las mujeres se declaran más sedentarias (46.6%) que los hombres (35.9 por ciento). El mayor porcentaje de sedentarios corresponde al grupo de 85 y más años, tanto en hombres (66.2%) como en mujeres (82.6 por ciento).
Los números son más crudos aun si se toma en cuenta que la población infantil, la cual se supone debería ser el objetivo de la ON, sigue aumentando en el índice de sobrepeso y obesidad. Por ejemplo, en el 2006 en este rubro había 4 millones 158,800 niños de entre cinco y 11 años de edad que sufrían de este problema, mientras que el año pasado se reveló que uno de cada cuatro niños padece sobrepeso u obesidad.
Irónicamente, Baja California, una de las entidades que se ha ubicado en los últimos años en los primeros lugares del medallero, ocupa el primer lugar en obesidad infantil.
La ON ya se ha convertido en un evento selectivo: no cualquiera llega. Es un gran evento y, como parte de su política de desarrollo, los estados han buscado tener un evento similar para llegar a más personas , explica Juan Manuel Rotter, ex nadador y director general de Corporate Games.
Si separamos el tema del deporte de un programa de activación física para combatir los problemas de obesidad tendría que haber otra política pública que en el pasado se ha implementado y comienza a funcionar .
Y es que el no tener una política pública y no incentivar a los niños a hacer deporte deriva en que en el futuro, esos niños sean jóvenes con problemas de obesidad o con enfermedades que se desencadenan por lo mismo.
De acuerdo con un estudio realizado en el 2013 por el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México sobre activación física y salud, 34% de la población en México, a pesar de ser preponderantemente joven, manifiesta tener al menos uno de los síntomas del síndrome metabólico (diabetes y hipertensión, entre otros) y 20% de ellos habla de sobrepeso.
El sobrepeso y la obesidad son cuestiones que implican, además de daños a la salud, un costo elevado a los gobiernos. Y es que, según un reporte de la consultora PWC, el costo anual por pacientes diagnosticados con alguna enfermedad relacionada con este problema puede alcanzar los 536,000 millones de pesos al año para el gobierno.
Así, la Olimpiada Nacional deberá seguir buscando ser un estandarte no sólo para atletas de alto rendimiento, sino también para la población que necesita incentivarse para combatir la obesidad y hacer más deporte.