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Osmar Olvera encarna la filosofía del "sin miedo al éxito"
A sus 20 años, el clavadista mexicano ya hizo historia con dos preseas en Juegos Olímpicos y cortando una sequía de casi siete décadas. Mentalidad y valentía lo guiaron a esto desde la infancia.
“Sin miedo al éxito” es un dicho frecuente en México para animar a las personas a hacer cosas que se piensan varias veces. El clavadista Osmar Olvera es la encarnación de esa filosofía popular y la prueba más clara está en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Olvera Ibarra cerró su participación en París 2024 con dos medallas: una plata junto a Juan Manuel Celaya en 3 metros sincronizados y un bronce en trampolín individual de esa misma altura.
El bronce definió una participación histórica para Osmar, ya que con eso rompió 40 años para México sin tener a un atleta que ganara dos medallas en una misma edición de los Juegos Olímpicos; el último había sido el marchista Raúl González en Los Ángeles 1984.
Un dato todavía más añejo: el único clavadista mexicano que había ganado dos medallas en unos mismos Juegos había sido Joaquín Capilla en Melbourne 1956, con un oro en 10 metros y bronce en 3. Ahora comparte mérito con Osmar Olvera, aunque pasaron casi siete décadas entre uno y otro.
“Hace más de 60 años que ninguno había podido ganar dos medallas en una edición, eso habla de la complejidad que es ganar al menos una medalla. El hecho de llegar bien preparado por dos medallas a los 20 años es algo increíble, algo que debemos de admirar porque no es normal”, comenta para El Economista, Iván García, ex clavadista olímpico mexicano.
‘Pollo’ García conoció a Osmar Olvera cuando era un niño menor de 15 años que se mudó de la Ciudad de México a Guadalajara para vivir su sueño de ser clavadista profesional. Desde entonces ya aplicaba la filosofía del “sin miedo al éxito”.
“Lo conozco desde niño y puedo decir que desde ese entonces, cuando empezó a despuntar en Jalisco, se veía que era un niño con mucho talento, que tenía un ángel espectacular. No tenía miedo y eso es muy importante en los clavadistas, arriesgarte a hacer cosas nuevas y él desde chiquito nunca le tuvo miedo a nada. Nosotros, Germán (Sánchez) y yo, estábamos haciendo clavados de alto grado de dificultad y él desde muy chiquito decía ‘ayúdenme a hacerlo’. Eso no lo hace cualquier niño”.
Olvera Ibarra nació el 5 de junio de 2004 en la Ciudad de México y llegó a los clavados porque uno de sus tíos lo llevó a unas pruebas en el Centro Nacional de Alto Rendimiento (CNAR) a los cuatro años. El mismo Osmar llegó a contar que desde los dos buscaba algo para aventarse al agua, como los hombres de su papá.
En realidad la familia siempre ha tenido una influencia importante en su trayectoria deportiva. Sus padres, su tío y su abuela materna son profesores de educación física, aunque a eso se agrega que su tío es entrenador de natación y su papá de futbol americano.
“Esto que hizo Osmar fue por méritos propios y de su familia, porque los apoyos para toda la delegación de clavados y deportes acuáticos en México han estado nulos prácticamente en todo el sexenio. México debería de avanzar mucho más en el deporte y seguramente habría muchas más medallas”, agrega Iván García, medallista de plata en Londres 2012.
Sus genes le dieron el impulso para ser deportista, pero él se encargó de explotarlo al máximo siendo un niño. Afrontó la mudanza a Guadalajara y luego a Monterrey para forjarse en el alto rendimiento. Encontró la mejor alfarera para su talento en Ma Jin, entrenadora originaria de China que radica en México desde 2003 y que ha tenido a su cargo a referentes como Paola Espinosa y Rommel Pacheco.
“Lo que podemos apreciar es que es una entrenadora muy técnica y tiene mucha sabiduría. Osmar encontró en ella una excelente mancuerna porque él, casi por naturaleza, viene fuerte y con mucho talento. Necesitaba alguien que lo pudiera pulir y le diera técnica para usar el trampolín a su favor”.
A los 13 años, Osmar Olvera ya estaba compitiendo en una Serie Mundial de Clavados en Rusia, aunque su primera medalla en el panorama internacional caería en 2019 en otra Serie Mundial en Canadá.
Pero su explosión ha sido entre 2023 y 2024, ganando cinco medallas en Copas Mundiales de Natación (entre Canadá, Alemania y China), cuatro más en Campeonatos Mundiales de Clavados (entre Japón y Qatar, destacando un oro), además de otras tres preseas áureas en los Juegos Panamericanos de Santiago.
Las cerezas en el pastel fueron las medallas en París 2024, siendo sus segundos Juegos Olímpicos con 20 años recién cumplidos.
Pero su filosofía no para ahí. “Quiero más para llegar al oro”, fueron sus primeras palabras después del bronce individual en París, donde destacó con una calificación de 500.40. Sólo los chinos Xie Siyi (medallista de oro), Wang Zongyuan (de plata) y el mexicano rebasaron los 500 puntos en esta prueba, lo cual exhibe la jerarquía de Osmar.
“Otra de sus características es una mentalidad inquebrantable. Tiene muy claro lo que quiere hacer, cómo lo tiene que hacer y mucho valor para competir. Son muy pocos los deportistas que tienen ese temple a la hora de la hora, que no les tiemblan las piernas y Osmar lo ha demostrado.
—¿En qué ha mejorado más Osmar desde su infancia?
“Para empezar, su físico. Tiene un buen preparador físico, es un monstruo en el trampolín, tiene demasiada fuerza y eso le ayuda mucho. También se ve el sello de su entrenadora, que le ha dado demasiada técnica. En sus estribos se veía seguro, con un ritmo muy bueno y eso es por trabajo. También, no sé si esté trabajando con un psicólogo, pero se ve muy seguro. Transmite seguridad de que viene a ganar sin importarle quién está delante y eso lo transmite tanto a los jueces como a los rivales, los pone nerviosos”.
Ahora son seis los atletas con más de una medalla para México en unos mismos Juegos Olímpicos. Olvera es el más joven a sus 20 años, ya que Rubén Uriza (ecuestres) tenía 24 en Londres 1948, Joaquín Capilla (clavados) tenía 28 en Melbourne 1956, Raúl González (marcha) tenía 32 en Los Ángeles 1984, Humberto Mariles (ecuestres) tenía 34 en Londres 1948 y Joaquín Pérez (ecuestres) tenía 43 en Moscú 1980.
“Desde chiquito llegó a hacer clavados muy difíciles, por eso es lo que es”, insiste ‘Pollo’ García, que está fungiendo como analista de clavados para Claro Sports en París 2024.
“Tenía 13 años cuando empezó a hacer las dos vueltas al frente con tres giros, que es con el clavado que cerró (en París), el cual tiene súper dominado, por eso lo hace con total tranquilidad y dominio. Ese clavado lo empezamos a hacer Germán y yo, ahí era donde nos veía y nos copiaba, era un niño muy inquieto, con mucha energía y nunca se rajó”.
Osmar Olvera seguirá preparándose para llegar a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 como uno de los máximos referentes del mundo en clavados. Tendrá 24 años y aún se espera lo mejor de él. Lo que se espera que cambie en ese proceso es el apoyo de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) a los atletas mexicanos de deportes acuáticos.
“Muchas veces la gente se queja de por qué México no le gana a los chinos (en clavados), simplemente porque no tenemos la infraestructura y apoyo que tienen ellos. Sin miedo a equivocarme, puedo decir que el mexicano es más talentoso que el chino, la diferencia es la infraestructura, apoyo y todas esas cuestiones que lamentablemente en México parece que les duele apostar al deporte”, concluye el ex compañero de Osmar Olvera.
Mexicanos multimedallistas en una edición de Juegos Olímpicos:
- Humberto Mariles (ecuestres). Ganó dos oros y un bronce en Londres 1948 a los 34 años.
- Rubén Uriza (ecuestres). Ganó un oro y una plata en Londres 1948 a los 24 años.
- Joaquín Capilla (clavados). Ganó un oro y un bronce en Melbourne 1956 a los 28 años.
- Joaquín Pérez (ecuestres). Ganó dos bronces en Moscú 1980 a los 43 años.
- Raúl González (marcha). Ganó un oro y una plata en Los Ángeles 1984 a los 32 años.
- Osmar Olvera (clavados). Ganó una plata y un bronce en París 2024 a los 20 años.