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Redes sociales, un rival más en los Juegos Olímpicos

Comentarios negativos de internautas sacuden la concentración de atletas en la justa, como expuso el nadador mexicano Miguel De Lara. La psicología aporta sugerencias para reducir el peso de esos mensajes.

Foto EE: Especial

Un rival más afecta la estabilidad de los atletas en los Juegos Olímpicos: las redes sociales. Por si la propia competencia no fuera suficiente, los mensajes negativos que llegan a través de diversas plataformas impactan el rendimiento de los deportistas.

México es un caso latente de esta situación y una de las bombas explotó esta semana con el nadador Miguel De Lara, semifinalista en la prueba de 200 metros pecho. A pesar de esa actuación, fue arduamente criticado por aficionados mexicanos a través de diversas redes sociales, sobre todo a raíz de su descalificación en una prueba antes, la de 100 metros pecho.

“No esperaba tener que lidiar con el pueblo mexicano a dos días de mi prueba. Tuve que hablar con mi psicólogo y trabajar. Voy a alejarme de las redes sociales por la gran cantidad de comentarios negativos de mi propia gente”, fueron las frases más notorias del nadador en una entrevista de televisión.

No todos los atletas son propensos a reaccionar de esa forma. Para otros, los comentarios negativos en redes sociales sirven como motivación, pero hay algunos que pueden mermar su rendimiento seriamente. Eso explica a El Economista el psicólogo deportivo Fernando González Celorio.

Depende mucho de la personalidad, hay muchos que se alimentan de eso, personalidades muy fuertes a las que les encantan los comentarios negativos y otros que toman en cuenta eso para mejorar, pero hay otros a los que de verdad eso no les ayuda y les da para abajo. Dependiendo de eso es lo que se puede recomendar desde la psicología”.

González Celorio tiene más de 10 años de experiencia y ha trabajado con deportistas de futbol, beisbol, golf y otras disciplinas. Señala que lo que vio con Miguel De Lara es un síntoma de una cultura deportiva “resultadista” en México, es decir, que no está consciente del sacrificio que hacen los atletas por estar en un evento como los Juegos Olímpico, sino que únicamente demandan una medalla para no tacharlos de perdedores.

“El efecto de las redes sociales es bastante. Como sociedad tenemos mucho que aprender en el sentido de primero reconocer las cosas buenas. Si me voy a aventurar a criticar u opinar de mala forma sobre algún deportista, es porque tengo mucho conocimiento del tema y sé lo difícil que es estar ahí. Si no, lo mejor es no opinar”.

Sin embargo, eso es algo que no se puede controlar. Cientos de aficionados escriben mensajes negativos o reacciones con stickers de burla todos los días con los resultados de los atletas mexicanos en París, jactándose de tener razón en sus críticas.

Lo que conviene trabajar desde la psicología deportiva es la fortaleza del atleta para que eso no les genere un impacto grande. La decisión de alejarse o no de las redes sociales depende también de la personalidad del deportista.

“Las estrategias sobre redes sociales dependen mucho de la personalidad del atleta, pero lo que se puede hacer es tratar de estar lo más alejados posibles de las redes si no son necesarias.

“También hay que aprender a quedarse con los comentarios positivos y no tomar los negativos de manera personal, porque la gente lo hace sólo porque tiene dedos. No es una situación personal, es una situación del resultado”, sugiere el especialista.

Pone en perspectiva el caso de Miguel De Lara con el de Alan Cleland, atleta que representó a México en surf y fue eliminado en octavos de final. A pesar de tener un alcance menor al del nadador, no recibió tantas críticas en redes sociales.

“Algo que hizo diferencia, como en el caso de Cleland, es que no sabemos nada sobre surf. Pero en natación, pretendemos saber mucho porque todos en algún momento de nuestra vida hemos estado en una alberca. Pensamos que nadar es fácil y eso da el poder para opinar, pero esto ya es un aspecto más cultural”.

Prisca Awiti (judo), Alejandra Valencia, Ana Paula Vázquez y Ángela Ruiz (tiro con arco) tuvieron un termómetro similar al de Alan Cleland. Todas ellas fueron medallistas de México en París y sus comentarios fueron positivos, pero no es el caso para varios de los demás integrantes de la delegación, que día con día han participado en diferentes disciplinas.

—¿A qué se deben tantos mensajes negativos por parte de la afición mexicana?

—“Es un tema bastante fuerte. Es una parte de cultura deportiva, que está muy enfocada hacia el resultado, no hacia la participación o expectativas realistas. Uno creo que por ser mexicano y porque en ocasiones se ha ganado oro en algún deporte se tiene que ganar en todas las ediciones. Los aficionados creen que las competencias son fáciles porque los atletas que están en Juegos Olímpicos son élite y lo hacen ver así, pero ninguna disciplina es fácil”.

La psicología deportiva sigue siendo esencial para lidiar con este tipo de situaciones, además del ruido externo otras condiciones que se entrenan a lo largo del ciclo olímpico. No obstante, en unos Juegos Olímpicos todo eso se magnifica y requiere de reforzar o ajustar el acompañamiento de los profesionales de la salud mental con los atletas.

La psicóloga principal de la delegación de Gran Bretaña, Jess Thom, compartió con el diario The Guardian cuatro consejos de estabilidad mental para los atletas en París 2024.

Primero aborda el trabajo en la consciencia, porque “anima a los deportistas a reconocer que no tienen control sobre sus sentimientos, pero también que estos no tienen por qué dictar sus acciones”. En segundo lugar pone a la planificación de contingencias: “se anima a los atletas a elaborar una lista de situaciones hipotéticas para minimizar la posibilidad de que algo inesperado los desvíe del camino”.

El tercer punto es la visualización de lo que se quiere lograr en el evento; “es una habilidad que lleva tiempo desarrollar y es importante que los atletas se visualicen de la manera correcta. Por último pone la gestión del bajón post olímpico: “Para navegar por la montaña rusa emocional, los psicólogos ayudan a los atletas a gestionar las expectativas sobre lo que significará el éxito o la decepción por una medalla”.

Por su parte, Fernando González Celorio deja otra recomendación en el caso de México: “De repente nos centramos mucho en lo negativo, pero la verdad es que hay muchísimos comentarios positivos, también. Muchas veces la mayoría de mensajes son positivos, pero quizás nos da un poco más el concentrarnos en lo negativo. Por ahí podríamos trabajar en los atletas: enfocarnos más en los comentarios positivos, que en ocasiones pueden ser mucho más. Eso ayuda bastante”.

El equipo de gimnasia femenil de Estados Unidos, por ejemplo, utiliza perros como terapia emocional. Apenas en la edición anterior de los Juegos Olímpicos, Simone Biles señaló complicaciones de salud mental y en febrero de 2023 la vicepresidenta del programa de gimnasia rítmica de ese país puso en marcha un programa de tratamiento terapéutico contra la ansiedad y otros conflictos con la compañía de caninos.

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