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Ser figura de la copa es garantía de éxito

El torneo continental ha sido, en ocasiones, sólo el inicio de la gloria para algunos.

Consagrarse de manera individual en la Copa América es prácticamente una garantía de que de cara al futuro los éxitos seguirán apareciendo. De acuerdo con una revisión hecha por El Economista, 71% de los futbolistas que concluyó como los goleadores o los elementos más valiosos del certamen de 1993 a la fecha, a la postre continúan cosechando campeonatos en sus carreras.

La historia del lado de los éxitos la inicia el ex guardameta argentino Sergio Goychochea, quien tras ser el mejor en Ecuador 1993 regresó del Olimpia de Paraguay al River Plate de su país para coronarse en 1995, ya en el ocaso de su carrera.

En la siguiente edición, Uruguay 1995, otro pampero destacó, ahora como el mejor romperredes. Gabriel Batistuta marcó en cuatro ocasiones y después continuó cosechando triunfos en el futbol italiano, campeonato en el que sumó una Liga, una Copa y dos Súper Copas de Italia. En esa misma edición el uruguayo Enzo Francescoli fue nominado al más valioso y luego ganó tres Ligas con River Plate.

Para Bolivia 1997, el mejor artillero fue Luis El Matador Hernández, con seis dianas. Su actuación le valió recibir una oportunidad en Boca Juniors, club que le dio pocas oportunidades. Al año siguiente se convirtió en el mejor anotador mexicano en mundiales con cuatro anotaciones en Francia 98, y en el 2002 se coronó con América.

En esa misma competencia, Ronaldo fue nombrado el mejor jugador, y de ahí en adelante se cansó de obtener títulos. Fue vendido del Barcelona al Inter de Milán, con el que ganó una Copa UEFA. Más tarde con el Madrid ganó dos ligas, una Súper Copa de España y una Intercontinental. Con Brasil fue campeón del mundo en el 2002.

En Paraguay 99 fue turno de Rivaldo, quien emuló a Ronaldo y acaparó los reflectores. El carioca después ganó la Champions y una Copa de Italia con el Milán. Más tarde sumó otros tres campeonatos locales con el Olympiacos, dos copas griegas y dos ligas en Uzbequistán con el FK Bunyodkor Tashkent. Además, en el 2002 fue campeón del mundo.

Dos años más tarde, en Colombia, el volante de la selección anfitriona Víctor Aristizábal se proclamó campeón de goleo. Tras esa buena participación, el jugador se fue del Deportivo Cali al futbol brasileño, torneo en el que sumó dos títulos con el Cruzeiro para luego volver a su país y ganar tres ligas con el Atlético Nacional.

De ahí hay que brincar hasta la edición de Venezuela 2007, torneo en el que Robinho fue el mejor jugador y luego acumuló siete títulos caseros en su paso por el Madrid, el Milán y Santos de Brasil. Además, con Brasil ganó el Bronce en los olímpicos de Beijing 2008 y la Copa Confederaciones del 2009.

En la edición previa a Chile 2015, en Argentina 2011, Paolo Guerrero fue el monarca de goleo con cinco tantos. Luego de su destacada participación, el peruano ganó el campeonato, la Recopa Sudamericana y el Mundial de Clubes con el Corinthians.

Ese mismo año Luis Suárez fue nombrado el jugador más valioso. Tras adjudicarse esa distinción, el uruguayo ganó una Carling Cup con el Liverpool y este año acaba de conseguir un triplete con el Barcelona (Liga, Copa del Rey y Champions), hazaña en la que tuvo un papel fundamental.

Luego de brillar en Copa América, no tuvieron suerte

José Luis Dolgetta es el primer futbolista del que hay que hablar del lado de los que tras brillar en este torneo ya no tuvieron la misma suerte. Y es que tras coronarse campeón de goleo en 1993, el venezolano se mantuvo en la Liga local de su país sin poder festejar nada más.

El mexicano Luis García también sufrió la misma suerte. Y es que luego de ser el mejor romperredes en 1995, regresó de La Real Sociedad de España al futbol mexicano y jamás pudo volver a coronarse. Apenas un título de goleo con Atlante fue lo más destacado que consiguió.

En el 2001 el hondureño Amado Guevara fue nombrado el mejor jugador, pero tras sorprender en Colombia, el catracho desfiló por Costa Rica, Estados Unidos y la Liga de su país, donde pudo volver a ganar un campeonato hasta el 2011 con el Motagua.

Finalmente hay que hablar de Adriano, crack brasileño que se robó la Copa América del 2004. Si bien después ganó dos Series A, dos Copas de Italia y tres Súper Copas de Italia, no se puede hablar de éxito en su caso cuando su carrera se fue a pique debido a su adicción al alcohol y problemas extra cancha al grado de que desde hace tres años no tiene equipo.

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