Transición de Abierto de Los Cabos bajo parámetros sólidos

• Tres top 10 confirmados para febrero

San José del Cabo, BCS.- “Estamos más que listos para la transición”, expresa sonriente José Antonio Fernández, director del Abierto de Tenis de Los Cabos (ATC), al cierre de la edición 2023, que fue la última celebrada en verano y que tuvo calificación positiva antes de su próximo reto: cambiar de fecha a invierno a partir de 2024.

La calificación positiva del ATC 2023 se deriva de los datos confirmados por su director, que apunta a récords en cuanto a derrama económica y afluencia: “Puedo garantizar que por lo menos vamos a estar arriba de los 111 millones de pesos o llegando a los 112, lo importante es que seguimos creciendo, vamos en una tendencia al alza”, comentó a El Economista en el último día del evento.

Aunque aclaró que los datos oficiales en cuanto a derrama, afluencia e impactos se revelarán hasta finales de septiembre (tras el análisis de una consultora externa), estimó que la edición 2023 también contó con la asistencia de al menos 31,000 aficionados, lo que supone cifras inéditas para el torneo, nacido en 2016.

El último parámetro había sido la edición 2022, que arrojó 109 millones de pesos en derrama económica y 29,800 asistentes para marcar el récord. En el verano de despedida el diagnóstico de los organizadores es que ambas cifras se superaron, en gran parte por el engagement que generó el campeón, el griego Stefanos Tsitsipas.

“También generamos la ocupación de más de 4,500 de cuartos en seis diferentes hoteles contratados, en los cuales estuvieron jugadores, patrocinadores, staff y miembros de ATP. Es un dato que activa mucho la economía, incluyendo todo lo que se generó de empleos directos e indirectos. El evento nos demanda cada vez más necesidades, el balance es sumamente positivo, estamos muy contentos con esta séptima edición y última con este calor”.

En estos dos últimos años con asistencia promedio de 30,000 aficionados, el torneo ha mantenido la exigencia en su cartel al asegurar al menos a un top 5 del ranking mundial, como fueron Daniil Medvedev en 2022 y Tsitsipas en 2023. Esa es una tendencia que continuará para 2024, pues Los Cabos ya se ha ganado la preferencia de los jugadores, enfatizó Fernández.

“Van a esperar un cuadro que nunca habían visto en Los Cabos, eso sí lo puedo garantizar, un cuadro plagado de estrellas con tres jugadores top 10 por el momento. Será un año histórico con condiciones climatológicas favorables, será la mejor edición al menos en cuanto a jugadores”.

El director del ATC confirmó que el campeón de 2023, Stefanos Tsitsipas, será parte del cartel de Mextenis en 2024, que por primera vez ofrecerá dos torneos en semanas consecutivas. El Abierto de Los Cabos será del 19 al 24 de febrero e inmediatamente después comenzará el Abierto de Acapulco, de jerarquía ATP 500.

Respecto a la preferencia que Los Cabos se ha ganado entre jugadores top, como declaró el propio Tsitsipas después de ganar el título de este fin de semana, José Antonio Fernández mencionó que se debe no sólo a las comodidades que ofrece la plaza, sino también a la flexibilidad que ofrece en el calendario.

En esta última edición en verano, el Abierto de Los Cabos es la primera parada de una ruta que sigue en los Masters de Toronto y Cincinnati y que culmina con el US Open, con recorridos que no superan las seis horas en vía aérea. Para 2024 ese beneficio continuará para los jugadores, ya que después de participar en Los Cabos y Acapulco podrán dar el salto a los Masters de Indian Wells y Miami, con distancias cercanas a Estados Unidos.

“En febrero, Los Cabos va a estar en la misma semana de los Abiertos de Doha y Río, mientras que Acapulco en la misma de Dubai y Santiago. Hay un swing en Sudamérica de arcilla y un swing en los países árabes de cancha dura. Nosotros tendremos la gran ventaja de la cercanía con Indian Wells y Miami y, teniendo estos lugares paradisiacos como son Acapulco y Los Cabos, nos volvemos un swing muy fuerte en el cual hemos visto la preferencia que ya tienen los jugadores, nos han buscado ya muchísimos agentes que quieren participar”.

Fernández también subrayó que el ritmo de crecimiento económico del ATC puede incluso acelerarse en 2024 gracias a la jerarquía que se han ganado entre 2016 y 2023, además de las mencionadas ventajas de escalas para los tenistas en el Tour.

“La derrama económica sin duda alguna será mayor en 2024. Conforme hemos visto el comportamiento en los últimos años, considero que para el próximo año deberá estar por arriba del crecimiento promedio, estimando un aumento del 12% de lo que tengamos este año. En promedio, hasta ahora, hemos tenido crecimientos del 5 o 6% cada año, por lo que será prácticamente el doble con el cambio a febrero”.

El director del ATC agregó que en la edición 2023 destacó un 91% de asistencia al Cabo Sports Complex, el escenario principal del torneo, durante la jornada de cuartos de final, que cayó en miércoles. Para la final entre Stefanos Tsitsipas y Alex De Miñaur se garantizó el 100% de boletos vendidos.

Con este panorama, ¿el cambio de fecha a febrero los acerca más al objetivo de subir de nivel el ATC de 250 a 500?

“Ahorita nos estamos concentrando en tener el mejor torneo ATP 250 del mundo, ese es el reto más importante desde que compramos esta franquicia y creo que lo hemos hecho muy bien. Una vez que sigamos cumpliendo con eso tendremos la posibilidad de pensar en que las ATP nos voltee a ver y que los jugadores también aprueben subir el nivel, porque así se dan las cosas, y que también haya una franquicia que se venda para poderla comprar. Se tienen que conjugar varias cosas, no dependen de nosotros, si así fuera, este plan sería a tres años, pero como no, es difícil decir una fecha. Probablemente nos quedemos toda la vida siendo el mejor torneo 250 y no pasa nada, sería maravilloso”, respondió Fernández a El Economista.

El ATC 2023 cerró este sábado 5 de agosto con el título del griego Stefanos Tsitsipas en singles, así como el del mexicano Santiago González y el francés Edouard Roger-Vasselin en dobles. La bolsa total del torneo fue de 852,480 dólares, la más alta de su historial, que comenzó con 721,030 en el verano de 2016.