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“Yo soy una marca”
La construcción de su branding le cambió la vida y asume su rol de figura pública con su personalidad reservada.
“Es importantísimo invertir en tu branding personal, porque al final de cuentas, en este momento, yo soy una marca”, expresó Oribe Peralta, vestido con un traje azul a cuadros, casual, con tenis blancos y playera del mismo color.
La barba la adoptó como look desde el 2015, justo después que consiguió con la Selección Mexicana el título de la Copa Oro, y el peinado lo mantiene desde el 2016, cuando fue el invitado especial en la inauguración de una barbería. Con esa imagen se presentó en una ponencia que compartió junto a un actor, un productor, director de cine y dos publicistas.
El delantero se tiñó el cabello rubio cuando jugó en Monterrey (2004), tuvo la cabeza casi afeitada en su regreso a Santos (2006) y durante el proceso de la selección olímpica, comenzó a experimentar con su imagen (2011), con peinados y cortes del estilo urbano, según los expertos en moda.
“La gente debe entender que las figuras públicas somos gente común y corriente (...) trato de transmitirles que no nos vean como futbolistas o influencers, que somos personas que también cometemos errores, nos equivocamos y nos gusta disfrutar de la vida”, explica Oribe Peralta en entrevista para El Economista.
En el 2014, el atacante tenía en su cuenta de Twitter 246,000 seguidores y en cuatro años su influencia aumentó 11 veces a los 2.7 millones de personas que siguen a Oribe en el ámbito digital.
Peralta asume las contradicciones de su profesión; por un lado la atención mediática que recibe, pero con una personalidad reservada, que incluso lo ha llevado a aceptar en diversas ocasiones que no le agradan las entrevistas.
Su trascendencia lo llevó al Advertising Week, un evento de publicidad y redes sociales donde el delantero manifiesta que quiere generar empatía con los aficionados, borrar esa barrera de figuras inalcanzables a través de la comunicación en su perfil de Twitter; aunque, ¿qué coincidencias tendrás con la gente cuando tienes un salario de 2.5 millones de dólares anuales, contratos de publicidad y recientemente extendiste tu contrato con América y no tienes que preocuparte hasta el año 2020?
—Actualmente, las actividades del futbolista profesional traspasan el ámbito deportivo, deben atender áreas que antes no existían, como patrocinios, redes sociales, conferencias. ¿Cómo te has preparado para enfrentar ese nuevo rol?
Cualquier persona puede estar expuesta a esto, ahora más con las redes sociales y la difusión que hay en los medios, tienes que irte preparando para todo lo que venga. El futbol te deja abiertas las posibilidades a muchas cosas y tienes que aprovechar esos momentos y tratar de sacarle el mayor provecho, porque la carrera del futbolista no dura tanto como la de un doctor o profesor.
Debes sacarle el mayor provecho a esto y mientras más te juntes con las personas indicadas, que te pueden poner en donde tú quieres estar, esto sale mucho mejor.
—¿Te ha costado trabajo asimilar la atención mediática de los aficionados?
Sí me ha cambiado, porque soy alguien que está totalmente tranquilo, que no habla mucho y que se enfoca en hacer lo que le gusta, y para lo que creo que nací, que es disfrutar del futbol; pero conforme vas avanzando en esta carrera te das cuenta de que hay más cosas para crecer, tanto como persona, jugador y también como alguien que está expuesta a los medios.
—En anteriores ocasiones has mencionado que no te agradan las entrevistas, pero las personas quieren saber de ti. ¿Cómo asumes esa responsabilidad y qué mensaje te gustaría transmitir a los aficionados?
No me gusta mucho aparecer, estar en algunos eventos, pero el mensaje que le puedo dar a la gente es el mismo que doy dentro de la cancha, de esfuerzo, de nunca rendirse y siempre dar el máximo, porque al final de cuentas eso es la vida, seas como seas, siempre habrá que verle el lado positivo a las cosas. Es algo que pasas en la vida diaria, si tú te dejas caer por alguna cosa que te pase, no vas a salir de ese hoyo, ni aunque te ayude alguien, no vas a salir si tú no quieres.
Eso me gustaría decirle a la gente, que se esfuerce, que no se dé por vencida tan fácil y que siempre trate de ver el lado bueno a las cosas, aunque a veces parece que no hay, siempre hay algo positivo.
—¿Cómo influyeron los comerciales de Pepsi para tu posicionamiento como figura del futbol nacional?
Me ha ayudado muchísimo el hecho de que marcas como Pepsi y algunas otras se hayan fijado en mí, me deja muy tranquilo y consciente de que estoy haciendo bien las cosas dentro de la cancha; después, son empresas que buscan un perfil y para ellas lo llené y eso hizo que las campañas fueran exitosas.
—¿Cómo gestionas la popularidad y que los aficionados sientan cercanía a través de las redes sociales?
Trato siempre de compartir y leer todo lo que me ponen. Soy alguien que se ríe muchísimo de sí mismo, de todo lo que hago, creo que en algunas cosas exagero.
La gente debe entender que las figuras públicas somos gente común y corriente, que tal vez nos dedicamos a cosas donde estamos más expuestos a los medios, que estamos en televisión, pero que somos personas comunes. También, de vez en cuando, se pueden tomar unas cervezas, que pueden ir a bailar y que no tiene nada de malo. Eso trato de transmitirle a la gente, que no nos vean como futbolistas, actores, como influencers, que somos personas que también cometemos errores, que nos equivocamos y nos gusta disfrutar de la vida.
—¿Cómo afectaría a tu proyecto de carrera y de vida el estar, o no, en el Mundial de Rusia 2018?
Sería algo muy bonito porque sería mi último Mundial y estoy trabajando para llegar, pero sé que esa última decisión no depende de mí. Estoy enfocado en trabajar para ello, pero al final la decisión la tiene el entrenador. Si me toma en cuenta, estaré encantado de representar a México y si no, también disfrutaría de algo que muchas ocasiones no tengo, que son vacaciones largas y estaría con mi hijo, que se gradúa de la primaria.