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El covid-19 obligó a la reinvención de espacios: casa y oficina, con más impacto
Los lugares de hábitat y de trabajo requieren ciertas amenidades que se adapten a la nueva realidad
A partir de la pandemia por el Covid-19, las personas en confinamiento dieron mayor importancia a las amenidades disponibles en su casa, pero también fue necesario hacer adaptaciones para contar con condiciones para continuar con su labor diaria.
Ante escenario, tendencias como el coworking, coliving y cohousing, las cuales ya existían previo a la emergencia sanitaria, cobraron relevancia al permitir adaptarse más rápidamente a los cambios urgentes, explicó Gaya.
Para la empresa, especializada en la construcción y diseño de interiores, es necesario pensar en la “reinvención de los espacios” tanto de trabajo, como de vivienda, pues no solo representan una oportunidad de trabajo, sino que son hitos para una nueva planeación inmobiliaria.
Compartir: el mantra para casa y oficina entre los más jóvenes
Para las nuevas generaciones (millennials y centennials) los espacios funcionales son más relevantes que poseer propiedades, de acuerdo con la firma.
Sin embargo, al momento de compartir no solo se trata de espacios amplios, sino que atiendan necesidades de conectividad, ya que los nuevos modelos de trabajo requieren más empleos de tecnología, que ofrezcan amenidades a bajo costo, pero que también ofrezcan facilidad de movilidad para reducir tiempo de traslados.
“Debido a que, tanto empresas como individuos, buscan reducir costos en la actualidad, las expectativas para el cohousing, coworking y coliving como oportunidades de negocio son muy altas a futuro”, explicó Gaya en su blog.
“No podemos dejar de señalar que estos modelos cada vez están interactuando más gracias al avance tecnológico generado por la pandemia. En el cual, todos nos vimos orillados a incrementar nuestra interacción con medios digitales”.
Oportunidad de reacomodo y de negocio
El coworking, el coliving, así como el cohousing son modalidades emergentes que atienden desde el segmento de la vivienda hasta el espacio laboral, reduciendo los costos de los usuarios para acceder a mejores servicios y condiciones.
En el caso del coworking es un esquema de negocio que ofrece espacios corporativos compartidos en ubicaciones dentro los principales corredores de negocio, pero a un menor costo que en las rentas tradicionales de los edificios.
Sin embargo, no solo ofrece el espacio físico, sino que la intención es también fomentar alianzas y sinergias entre diferentes empresarios que buscan este tipo de locación, que al estar en un mismo espacio puede compartir ideas y establecer relaciones profesionales” explicó Gaya.
“Si bien en México la forma de trabajo se había mantenido, hasta cierto punto, bajo un esquema tradicional donde era necesario asistir de manera presencial, la contingencia del Covid-19 llegó a romper el paradigma que negaba que los colaboradores podían ser igual de productivos trabajando a distancia”, apuntó Gaya.
“Bajo ese contexto, el coworking en México representa una alternativa para fomentar una mayor flexibilidad operativa en las empresas al ofrecer la posibilidad de implementar diversas ‘oficinas satélite’ a lo largo de las ciudades o, incluso, del país entero”.
La vivienda también se comparte
Mientras que el coliving ha surgido como una experiencia de vivienda para personas que buscan establecerse de manera temporal en una ubicación, especialmente por condiciones de trabajo, mientras que el cohousing permite compartir amenidades como salones, gimnasios, áreas de juego o jardines, pero cada quien su vivienda privada.
“Aunque podría pensarse que el objetivo de ambos modelos es prorratear gastos para obtener beneficios económicos, la principal diferencia entre uno y otro radica en su concepto.
“Mientras que el coliving es un modelo que responde a las necesidades de una vivienda temporal para los profesionales del mundo moderno, el cohousing es un modelo residencial pensado a largo plazo, en el cual su diseño y planeación va acorde a las necesidades y valores de la comunidad”, detalló Gaya.
Sin embargo, ambas tendencias se colocan como un modelo de negocio que los jóvenes ven de manera positiva por permitir adaptar la casa a sus patrones de vida y como una nueva experiencia en relación con los modelos tradicionales.