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Economía

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Deuda no se traduce en mayor crecimiento

La Constitución permite el endeudamiento para obras públicas que generen inversión y empleos; en el 2016, representará 47% del PIB al sumar 7 billones de pesos; se gasta más en pagar intereses.

Uno de los principales problemas del Presupuesto de Egresos de la Federación es que el gobierno hace un mal uso de la deuda, pues no se traduce a un mayor crecimiento económico; además, gasta más en pagar intereses que en si por la deuda misma, aseguró Jorge Chávez Presa, director general de ITG, consultoría en finanzas públicas.

Si bien la Constitución permite sólo el endeudamiento para obras públicas que generen inversión y empleos, hoy vemos que este endeudamiento ha significado pérdidas para la sociedad porque vemos un aeropuerto y carreteras ineficientes , explicó.

Destacó que el día que se aprenda a respetar la Constitución, se respetarán las prioridades que necesita el país. Una cosa es la deuda pública para desperdiciarla y otra es usar deuda que genere mejorías en la sociedad , agregó.

De acuerdo con el Paquete Económico del 2016, el saldo histórico de la deuda del sector público rebasará 7 billones de pesos, monto que representará 47% del Producto Interno Bruto (PIB). El costo financiero para el cierre del año podría superar los 400,000 millones de pesos.

Chávez Presa expuso que si existiera una reducción del costo financiero de la deuda, habría más espacio en el presupuesto.

Agregó que del 2000 al 2012, el gasto ha sido financiado con bajos ingresos tributarios, derechos sobre hidrocarburos y con deuda pública. Entonces, no sólo no nos bastó hacer uso de un activo como el petróleo sino que tuvimos que acudir a la deuda pública .

Se debe ajustar gasto

Gerardo Esquivel, coordinador ejecutivo del Instituto Belisario Domínguez, indicó que para dejar de incrementar la deuda del sector público, la vía más adecuada es disminuir el gasto, que cada año crece más que la economía.

En la medida en que nuestros ingresos sean insuficientes, seguiremos acumulando gastos. Entonces, un ajuste en el gasto es la opción más viable para no incrementar la deuda , sostuvo.

Explicó que el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público en los últimos años ha pasado de nueve a casi 12 puntos porcentuales del PIB.

El crecimiento de la deuda ha sido motivo de preocupación. Si bien este aumento no implica en si mismo una insostenibilidad, lo preocupante es la tendencia con la que va creciendo .

Refirió que el gasto público se debe dimensionar y reorientar y no verlo sólo como un fin, sino como una herramienta que ayude a contribuir al crecimiento económico.

No es preocupante

En defensa, Luis Madrazo, titular de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), dijo que el aumento de la deuda para el 2016 debe considerarse bajo el contexto internacional que enfrenta el país.

Mencionó que del 2008 al 2014, el crecimiento del saldo histórico de la deuda fue de 10 puntos porcentuales.

No es preocupante si lo comparamos con Canadá, que creció 17 puntos, el promedio de las economías avanzadas fue de 26 puntos del PIB; Estados Unidos y Japón fue de 32 y 52 puntos, respectivamente. Entonces, nuestros niveles son relativamente bajos .

Agregó que si bien el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público van a llegar a 47% del PIB, la propuesta fiscal es que a partir del 2017 y 2018 comience a reducirse.

A través de los remanentes del Banco de México, se pagará una parte de la deuda; es la única manera en que podemos garantizar finanzas públicas más sólidas, acotó Madrazo.

Otro problema que surge del gasto público es el presupuesto que se destina año con año a los programas sociales, que de acuerdo con datos de indicadores de desempeño, 85% de los programas son ineficientes.

Vemos al gasto como sinónimo de programas sociales, pero resulta que no contribuyen al crecimiento económico, a la reducción de la pobreza ni a la inequidad. Se está haciendo más fácil regalar el dinero en nombre de los programas sociales , sostuvo, Chávez Presa.

Al respecto, Rogelio Gómez, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, dijo que para enfrentar la desigualdad y la pobreza se necesita inclusión económica y un piso de derechos sociales. No necesitamos la proliferación de programas sociales .

Comentó que en los últimos dos años la pobreza ha crecido por la desigualdad de ingresos y no por el crecimiento de programas sociales. Si bien en México hay 55 millones de pobres, si los mides por sus ingresos, entonces son 64 millones.

Esto nos diría que hay 3 millones 200,000 más pobres que hace dos años. Entre ellos, 24.6 millones no tienen un ingreso suficiente para cubrir la canasta básica alimentaria .

Destacó que el factor principal del crecimiento de la pobreza son los bajos ingresos, por lo tanto, lo que tienen que hacer las políticas sociales es garantizar derechos sociales.

Por último, Juan Pardinas, director general del Instituto Mexicano para la Competitividad, advirtió que si México no aprovecha el bono demográfico; es decir, las personas que están en edad laboral, para el 2030 la mayoría de las personas de la tercera edad serán pobres . Por ello, se debe fomentar la productividad y la inversión del capital humano.

elizabeth.albarran@eleconomista.mx

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