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Economía

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En el primer trimestre del año, la economía mexicana creció 2.7%

La estimación oportuna del PIB trimestral conforme a cifras originales y elaborada por el INEGI señala que éste mejoró su crecimiento real anual de 2.4 a 2.7 por ciento.

La estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) trimestral conforme a cifras originales y elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala que éste mejoró su crecimiento real anual de 2.4 a 2.7%, entre el cuarto trimestre del año pasado y el primero del año en curso, cifra que resulta ser también la más alta desde el tercer trimestre del 2015, cuando registró 2.8%, indica Carlos González Martínez, analista del Grupo Financiero Scotiabank.

Desde su punto de vista, el avance fue inducido por el factor estacional de la Semana Santa, que este año cayó en abril y no en marzo, como ocurrió en el 2016, lo que propició una mayor cantidad de días laborables en el primer trimestre de este año, frente al registro del mismo periodo del 2016, favoreciendo con ello la comparación anual.

Detalla que la expectativa del mercado ubicaba el crecimiento para el primer tercio del año en 2.5%, aunque otras lo esperaban incluso en 2.0 por ciento. En el mismo lapso del año anterior la economía mexicana creció 2.2 por ciento.

La aceleración del PIB en el primer tercio del 2017 fue generalizada a sus tres grandes componentes. Destaca que la vigorosa tasa de avance del sector agropecuario se acentuó de 6.4% al cierre del 2016 a 6.9% en el primer tercio del 2017; la debilidad industrial se moderó levemente, al subir su ritmo de 0.0 a 0.2%, y el dinamismo del sector servicios se intensificó de 3.4 a 3.7 por ciento.

En resumen, la estimación oportuna del PIB trimestral revela que su medición anual sin ajuste estacional aceleró a su mayor ritmo en seis trimestres ante la mejora de sus tres grandes componentes, mientras que su variación trimestral desestacionalizada se moderó un poco, ya que la debilidad industrial neutralizó la aceleración de los sectores agropecuario y de servicios.

En conjunto, tales resultados auguran un mejor desempeño económico para el 2017, aunque habrá que tomar en cuenta que el efecto Semana Santa actuará en sentido inverso en el segundo trimestre. Recordó el especialista de Scotiabank que no debe soslayarse la persistencia de riesgos de baja para el crecimiento, asociados con una posible aplicación de medidas proteccionistas en Estados Unidos, el proceso de normalización de la política monetaria de la Reserva Federal de ese país, las tensiones geopolíticas existentes en algunas zonas del mundo y una posible baja en la calificación de deuda soberana de México.

Respecto a esto último, indicó que la calificadora de riesgos Moody’s recientemente ratificó a México la calificación de A3 , ante una disminución en el riesgo de Pemex sobre las finanzas públicas y el avance en el proceso de consolidación fiscal, pero mantuvo su perspectiva Negativa, dada la preocupación existente por potenciales choques externos derivados de posibles cambios en las políticas comerciales de Estados Unidos, que tendrían un impacto negativo en la actividad económica y afectarían el referido proceso de consolidación fiscal.

En su medición trimestral ajustada por estacionalidad, el PIB redujo ligeramente su ritmo, de 0.7 a 0.6%, ya que la mejora en la tasa de avance de dos de sus tres grandes componentes, agropecuario de -0.3 a 0.7% y servicios de 0.8 a 1.0%, fue contrarrestada por un modesto deterioro en la del sector industrial, que de 0.2 pasó a 0.0% en el primer tercio del 2017.

luis.caballero@eleconomista.mx

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