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Estados Unidos, en carrera contrarreloj para aprobar presupuesto federal
Ayer 21 de marzo, fue presentado un texto con fondos por 1.2 billones de dólares que permitiría financiar al gobierno hasta finales de septiembre.
La carrera contrarreloj comenzó nuevamente en el Congreso de Estados Unidos para intentar cerrar, antes del fin de semana, el presupuesto federal acordado ayer 21 de marzo, y alejar así la amenaza de una parálisis de servicios públicos.
Los negociadores de la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y el Senado presentaron a primera hora de ayer un texto con un presupuesto por 1.2 billones de dólares, que permitiría financiar al gobierno federal hasta finales de septiembre.
Este texto debe ser aprobado por las dos cámaras del Congreso antes del viernes a medianoche para evitar que se corte el flujo de fondos a dependencias públicas, entre otros.
Son 1,012 páginas, producto de duras negociaciones, que contienen además muchas medidas diplomáticas.
Por ejemplo, el proyecto de ley prohíbe todo financiamiento directo de Estados Unidos a la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, la Unrwa, en el centro de una controversia desde que Israel acusó a 12 de sus 30,000 empleados de estar involucrados en el ataque de Hamas del 7 de octubre.
En el texto se destinan fondos a Taiwán. También hay medidas sobre inmigración, un tema explosivo en la campaña electoral. La iniciativa prevé contratar agentes para la policía fronteriza.
Para cerrar el presupuesto, el proyecto de ley incorpora una letanía de medidas, como la prohibición a las embajadas estadounidenses de izar la bandera arcoíris de la comunidad LGBT, algo que algunas embajadas tenían costumbre de hacer en fechas específicas.
Dejá vu
Estados Unidos está empantanado desde hace meses sin adoptar una ley de presupuesto que cubra todo el año fiscal 2024, que termina el 30 de septiembre.
Otro texto aprobado el 9 de marzo ya había asegurado financiamiento para otra parte el presupuesto del 2024.
En medio de tensiones en el Congreso por la campaña electoral, el Legislativo sólo ha logrado aprobar leyes de corto plazo para prolongar el presupuesto federal por algunos meses, incluso días.
Cuando estos financiamientos de corta duración están por expirar, como ocurrirá hoy, surge el fantasma de la parálisis del Estado federal, lo que los estadounidenses llaman shutdown.
Este impopular shutdown supone que los controladores aéreos no recibirán su paga, oficinas públicas permanecerán cerradas, así como los parques nacionales, y mucha ayuda alimentaria no llegará a destino, entre otras consecuencias.