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Economía

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¿Estamos aprovechando a los trabajadores de mayor edad?

De tomarse las políticas correctas que faciliten el trabajo de los empleados de mayor edad, existe la posibilidad de disfrutar de ventajas económicas derivadas de la participación de estos empleados en la fuerza laboral, contribuyendo al poder adquisitivo del consumidor, a los ingresos fiscales de los países y mejoras sustanciales en el PIB.

Los trabajadores de entre 55 y 69 años de edad deberían de ser alentados y apoyados a permanecer en la fuerza de trabajo por más tiempo, lo que beneficiaría en casi dos billones de dólares al Producto Interno Bruto (PIB) de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

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Según el Índice de la Edad Dorada de PwC, el que las personas más experimentadas continúen incorporados a la fuerza laboral no sólo aumenta al PIB de la OCDE, sino que además contribuye al poder adquisitivo del consumidor y a los ingresos fiscales de los países. Estimaciones de la consultora británica señalan que también podría ayudar a mejorar la salud y el bienestar de las personas mayores manteniéndolas física y mentalmente activas.

El estudio del PwC es un promedio ponderado de siete indicadores que reflejan el impacto en el mercado de trabajo de los trabajadores mayores de 55 años en los países de la OCDE, incluidos el empleo, los ingresos y la formación académica. Islandia, Nueva Zelanda, Israel y Suecia ocupan los cuatro primeros lugares del índice. El objetivo es cuantificar hasta qué punto diferentes las economías aprovechan el potencial de sus trabajadores más experimentados.

Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas, para el 2050 el número de personas mayores de 55 años en los países de la OCDE crecerá casi un 50%, hasta alcanzar niveles que ronden los 538 millones de personas. Es una ventaja que los avances de la medicina moderna logren prolongar la expectativa de vida, sin embargo, el rápido envejecimiento de la población pone presión financiera significativa sobre los sistemas de salud, la asistencia social y las pensiones. Esto sólo aumentará con el tiempo.

Para poder contrarrestar los efectos secundarios que complican las finanzas gubernamentales derivadas de la extensión de la expectativa de vida, los gobiernos de la OCDE deben incluir dentro de sus prioridades reformas a los sistemas de pensiones y otros incentivos financieros para fomentar una jubilación posterior. Indudablemente esto aliviaría una carga financiera debido a la mayor recaudación fiscal y ayudaría a que las personas de esas edades puedan seguir contando con los beneficios que les ofrece una vida laboral activa, según las conclusiones del índice de PwC.

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Aunado a todo esto, PwC recomienda tomar medidas para apoyar el aprendizaje y la formación a lo largo de toda la vida laboral, que ayude a todas las generaciones a hacer frente al rápido progreso tecnológico, incluida la automatización que se espera que sufran las industrias con la Cuarta Revolución Industrial y la adopción de la tecnología en los entornos laborales. Estas medidas no deben de ser excluyentes de los trabajadores más jóvenes, ya que esto aumentará tanto la demanda como la oferta.

PwC sugiere que los patrones adapten políticas de trabajo flexible, opciones de jubilación parcial y el rediseño del papel pueden ayudar a satisfacer las necesidades y preferencias cambiantes de los trabajadores de más edad.

A lo largo de los países miembros de la OCDE, PwC estimó que el aumento potencial del PIB tras alargar el plazo de pertenencia al mercado laboral para los mayores de 55 años a niveles similares a los que tiene el cuarto puesto del conteo (Suecia), podría ser de alrededor de 2 billones de dólares en su conjunto.

Específicamente en México el aumento reflejado en el PIB sería de 50,200 millones de dólares, para la fecha meta y 4.4% de crecimiento del PIB, según PwC. El índice admite que existen países que pueden presentar mejores incrementos que este al tomar decisiones en las iniciativas para fomentar el alargar el tiempo de jubilación, la diferencia es que la pirámide poblacional no les favorece si continúan con sus políticas. En el caso de México, hay más población joven, por ello de tomarse medidas en este respecto se tiene enfrente una posibilidad de crecimiento, sobre todo con decisiones anticipadas.

Nuestro país ocupa el lugar número 18 del índice de PwC, y encabeza la lista (junto con Turquía y Grecia) de países con peores caídas en la calificación del estudio al descender 12 lugares en ese periodo. Según los datos de la consultora, en el 2003 México ocupaba el puesto número seis del ranking global.

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En México el porcentaje de personas de entre 55 y 64 años de edad laborando es del 54.9% una diferencia de 20.5% con respecto a Suecia.

ruy.rebolledo@eleconomista.mx

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