En junio, el aumento en el precio de las frutas y verduras aceleró, nuevamente, la inflación anual, de acuerdo con el informe divulgado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En el sexto mes del año, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) reportó un avance mensual de 0.38%, con lo que la tasa anual se ubicó en 4.98 por ciento. De esta manera, la inflación se aceleró por cuarto mes consecutivo y alcanzó su mayor nivel desde junio del año pasado, cuando se situó en 5,06 por ciento. El mercado ya descontaba una aceleración de la inflación, lo que pondría el asunto complicado a Banxico, dado que continúa fuera del rango objetivo de 3% +/- 1 punto porcentual. En este sentido, señaló que si bien un menor crecimiento económico este año podría hacer que la inflación se desacelere en el segundo semestre; Sin embargo, alcanzaría el objetivo de Banxico hasta el 2025. “Es posible que la dilución de los choques de años pasados ya no contribuya al proceso de desinflación en mercancías. En segundo lugar, la depreciación cambiaría observada en junio, de extenderse, ejercería algo de presión al alza sobre los bienes importados. Tercero, si bien prevemos que cedan algo, los servicios mantendrán cierta renuencia a bajar, principalmente por el traspaso de las presiones salariales acumuladas, además de que algunas genéricas tienden a ajustarse con un mayor rezago. Dicha renuencia se agravaría en caso de que en los próximos años se mantenga una agresiva política de salario mínimo, y, además, las expectativas de precios se anclen en niveles superiores a la meta de 3 por ciento. En cuarto lugar, la latencia de tensiones geopolíticas y eventos climáticos adversos pueden mantener elevados los precios de productos energéticos y alimentarios”, añadió. Al interior del informe del Inegi se observó que en junio fue la inflación no subyacente la que presionó el índice general, y explicó en gran medida la aceleración observada. En este sentido, se aceleró un 7,67% anual, explicado principalmente por un aumento de 10,36% en el rubro agropecuario. Dentro de éste, las frutas y verduras se encarecieron un 19,73% anual y los pecuniarios en un 2,89 por ciento. En el caso de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, la inflación que reportaron fue de 5.28 por ciento. Del lado de la inflación subyacente, que elimina de su cálculo los bienes y servicios con precios más volátiles, continuó desacelerándose en junio, al llegar a un nivel de 4,13 por ciento. En el rubro de mercancías se reportó una inflación de 3,28%, y en los servicios –la mayor presión dentro de este índice– el alza fue de 5,15 por ciento. “(Los servicios) parecería que están dando señales de haber alcanzado ya su punto máximo; Sin embargo, seguiremos pendientes de la vivienda y la educación a corto plazo (...) del lado contrario, los retos han aumentado para el fondo, donde las presiones y volatilidad en los precios de frutas y verduras han dificultado la realización de pronósticos precisos”, aseguraron estrategias de Banorte. ana.martinez@eleconomista.mx