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Economía

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¿Sería viable en México un impuesto a los jets privados y yates de lujo?

Los ingresos que se obtendrían por un impuesto a los jets privados y yates de lujo no va a ser una recaudación que cambie por sí sola el panorama fiscal del país, pero sí tendría un efecto importante en la percepción de la población.

Jets privados. Foto EE: Archivo.

Un impuesto que grave los jets privados y los yates de lujo sí sería viable en México y ayudaría a que haya más justicia fiscal en el país, dijo Diego Merla López, coordinador de justicia fiscal de Oxfam México.

Esta semana, un conjunto de organizaciones de la sociedad civil lanzaron la ‘Alianza por la justicia fiscal’ y dieron a conocer una serie de propuestas que deberían de considerarse para llevar a cabo una reforma fiscal progresiva en México que proteja los derechos humanos, reduzca la desigualdad y logre un desarrollo sostenible.

Una de las propuestas es explorar la posibilidad de un impuesto a los jets privados y los yates de lujo, pues, destacan, México es el segundo país con más jets privados en el mundo.

De acuerdo con las organizaciones de la Alianza, entre las que están el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), México Evalúa, el Programa Universitario de Estudios de Desarrollo de la UNAM y otras, los ingresos que se recauden por un impuesto de este tipo podrían destinarse a la mitigación y adaptación del cambio climático.

Un impuesto para combatir la crisis climática

Diego Merla López, coordinador de justicia fiscal en Oxfam México (una de las organizaciones que forma parte de la Alianza), aseguró que un impuesto de este tipo sería completamente viable en el país.

Dijo que a nivel global, regional e incluso en México, la sociedad exige que se tomen cada vez más medidas para abordar la crisis climática y las desigualdades que ésta ha creado, lo cual se podría hacer a través de un impuesto a este tipo de bienes de lujo.

Mencionó que mientras personas ricas como Taylor Swift pueden utilizar sus jets privados para trasladarse por todo el mundo, o como Ricardo Salinas Pliego que utiliza sus yates lujosos para pasear por Europa (emitiendo una enorme cantidad de contaminantes), la inmensa mayoría de la población no tiene acceso a ese tipo de medios de transporte y hábitos de consumo.

Por lo tanto, un impuesto a los jets y los yates tendría el objetivo de lograr una mayor justicia fiscal en la que se les cobren más impuestos a los contribuyentes que más contaminan el medio ambiente.

“Quienes ya están viviendo las peores consecuencias del cambio climático son quienes menos impactan negativamente en profundizar la crisis climática. Y quienes más impactan son quienes están más seguros”, explicó el coordinador de Oxfam México.

De acuerdo con un estudio de la misma Oxfam México, el 1% más rico del país contamina más que el 80% de la población, además de que entre 2000 y 2019 ese 1% duplicó sus emisiones de CO2, mientras que el resto de la población las redujo en un 30 por ciento.

Pedro Canabal, socio de comercio exterior e impuestos en Baker Tilly México, opinó que un impuesto de este tipo no sería viable en México debido a que resultaría inequitativo e incluso inconstitucional.

“Violaría todos los principios de igualdad y de proporcionalidad en un impuesto”, comentó Canabal. “No sirve, al contrario fomentaría la evasión, haría que se simulen operaciones. Al rato en vez de registrar jets privados, van a decir que son taxis”.

¿Cómo se cobraría un impuesto de este tipo?

En el mundo, ya existen impuestos a los bienes de lujo como los jets privados y los yates, aunque todavía es algo que apenas se comienza a implementar.

Por ejemplo, en Canadá se cobra desde septiembre de 2022 un impuesto a las ventas e importaciones de jets privados, yates y coches de lujo, siempre y cuando se realicen para consumo personal.

En el caso de los jets privados y carros de lujo, se cobra una tasa de 10% sobre el valor total del vehículo si su precio es de 100,000 dólares canadienses (alrededor de 1.23 millones de pesos) o más.

Para los yates de lujo, igualmente se cobra una tasa de 10% sobre el valor del vehículo, pero el coste debe ser igual o mayor a los 250,000 dólares canadienses (alrededor de 3.08 millones de pesos).

Mientras que en Chile igual desde 2022 se empezó a cobrar un impuesto a los helicópteros y jets privados, yates y coches cuyo valor sea igual o superior a los 40 millones de pesos chilenos (682,000 pesos mexicanos).

El fisco chileno cobra una tasa anual de 2% sobre el avalúo fiscal o valor de mercado del vehículo de lujo, esto adicional al pago de permisos de circulación.

Diego Merla López mencionó que como la conversación sobre este tipo de impuestos es tan nueva, en el caso de México se tiene que evaluar cuál sería la manera que más convendría en el contexto del país para cobrar este gravamen.

“Hay una posibilidad que es cobrar el uso de puertos y aeropuertos por parte de estos vehículos y eso podría permitir que la recaudación se eleve desde el nivel local , y entonces también ya estás hablando del fortalecimiento de las finanzas locales, que es otro tema en México porque los estados y los municipios recaudan muy poquito”, declaró.

En Reino Unido también se ha planteado una propuesta para aplicar un impuesto de este tipo. En Estados Unidos, se ha propuesto incrementar el precio del combustible que usan los jets y los yates.

Pedro Canabal aseguró que en caso de aplicar un impuesto a los vehículos de lujo, habría que considerar aspectos como el hecho de que hay jets privados que se utilizan como ambulancias aéreas.

“Entonces, a una ambulancia área, ¿le vas a poner un impuesto de este tipo? Pues es indebido, porque son para prestar servicios públicos, entonces hay que tener cuidado con este tipo de iniciativas”, consideró.

¿Realmente serviría para reducir la desigualdad?

El coordinador de justicia fiscal de Oxfam México aseguró que si bien un impuesto a los bienes de lujo como el que se propone no es una medida que por sí sola va a resolver el problema del cambio climático o la desigualdad, un conjunto de iniciativas de este tipo sí pueden abonar a “generar un sistema fiscal que sea más justo”.

Otras de las propuestas que hace la Alianza encaminadas a reducir la desigualdad y combatir el cambio climático son que la tenencia sea un impuesto verde que, en el caso de los vehículos de alto valor, se calcule con base en sus emisiones contaminantes; que se limiten los beneficios fiscales para las personas de más ingresos; que se equiparen las tasas impositivas a las rentas obtenidas por trabajo y capital, entre otras.

Por su parte, Pedro Canabal dijo que impuestos a bienes de lujo como el que propone la Alianza no reducen en lo absoluto la desigualdad ni tampoco contribuyen a un desarrollo sostenible.

“Ya hubo un caso así, el famoso impuesto suntuario, que era un absurdo y gravaba el salmón, el caviar y los bienes de lujo, y no funcionó”, manifestó el socio de Baker Tilly México.

Merla López reconoció que los ingresos que se obtendrían por un impuesto a los jets privados y yates de lujo no va a ser una recaudación que cambie por sí sola el panorama fiscal del país; sin embargo, destacó que sí tendría un efecto importante en la percepción de la población.

“Sí es muy importante porque contribuye a que haya una percepción de que hay más justicia en el sistema fiscal”, afirmó. “En la medida en que percibamos que las personas más ricas contribuyen con lo que les corresponde, hay más disposición de la población para contribuir también”.

Reportero de economía y finanzas públicas. Estudió en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.

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