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El Empresario

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Decisiones para el segundo semestre

Estamos en agosto, ya bien entrado el tercer trimestre del año. En términos de futbol americano, estamos a la mitad del tercer cuarto, momento de tomar las decisiones correctivas para terminar el partido con un resultado favorable. Esas decisiones deberán estar basadas en los resultados que hemos obtenido, ya tenemos los del primer semestre y los de julio, así como el desempeño de los colaboradores. Sabemos perfectamente cuál es la tendencia del año y en dónde están las fortalezas y debilidades de las empresas.

Al igual que un entrenador de un equipo de americano, junto con su equipo de auxiliares, el líder administrador de una empresa, junto con todos sus subdirectores, debe estar atentos a la operación del negocio y verificando dónde están los riesgos y las oportunidades que pueden existir.

En un partido de futbol americano, existe todo un equipo de entrenadores y coordinadores, que están cada uno de ellos observando el desempeño de los equipos que están en el campo de juego, con objeto de verificar cuáles son las debilidades y las fortalezas que están mostrando tanto su equipo como el contrario.

De la misma manera el equipo de dirección de cualquier entidad tiene que estar monitoreando el desempeño de las áreas sobre las cuales son responsables y estar verificando en donde están mostrando debilidades el personal operativo que tiene a su cargo y cuáles son las fortalezas y oportunidades que debe aprovechar.

Los resultados ya obtenidos, dan una pauta para saber qué es lo que está funcionando correctamente, pero sobre todo permite ver en dónde están aquellos asuntos que es necesario corregir, o al menos mejorar.

El administrador de la empresa tiene todavía un último trimestre del año para mejorar los resultados de tal manera que pueda acercarse a aquellos objetivos que aprobó su consejo de administración o sus accionistas. Para lograr esto, tiene que hacer una revisión concienzuda de todos aquellos los aspectos relevantes de la operación y de la forma en la que fueron llevados a cabo. Dentro de estos asuntos está la revisión de todas las excepciones que hubo en la operación, en aspectos tales como fallas en la calidad, interrupciones de operación, ejecución del gasto, incumplimiento de metas, exceso de horas-hombre disponibles o falta de productividad de los individuos.

Cada uno de esos asuntos tendrá que ser analizado a fin de determinar las causas reales de tales excepciones, con objeto de buscar mitigarlas o eliminarlas totalmente. Si las causas son externas, entonces se tendrán que determinar aquellas acciones preventivas que logren que los efectos de los factores exógenos tengan menos consecuencias en la entidad.

Una vez determinadas las causas de las excepciones, la administración tiene que verificar en todos los aspectos importantes de la operación, en dónde pudieron haberse obtenido mejores resultados de aquellos obtenidos, aún cuando estos hayan sido buenos. A posteriori, es posible ver aquellas oportunidades que se perdieron y las razones de que así haya sucedido. Este análisis permite a los administradores tomar acciones que permitan visualizar las oportunidades por anticipado y así estar preparados para aprovecharlas.

El o los administradores de las entidades, una vez que tengan todo ese diagnóstico, deben llevar a cabo las acciones recomendadas con firmeza y disciplina, ya que sin esos factores no podrán obtener los resultados deseados.

Con todas las acciones anteriores, el administrador con su equipo podrá hacer una nueva proyección de los resultados del período que falte para terminar el año y así lograr alcanzar los objetivos y en su caso aprovechar las oportunidades.

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