Lectura 3:00 min
El compromiso climático
Desde el jueves pasado y hasta el 12 de diciembre, se lleva a cabo en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, la COP 28, organizada por las Naciones Unidas respecto al cambio climático, la cual reúne a líderes de gobiernos, negocios, ONG y sociedad civil para alcanzar soluciones al problema del calentamiento global.
Dentro de este marco, todos lo involucrados buscan discutir y llegar a acuerdos sobre acciones que permitan alcanzar soluciones para reducir de forma importante las emisiones de contaminantes a la atmósfera y alcanzar las metas fijadas en el Acuerdo de París de 2015.
Los objetivos y los acuerdos están fundamentalmente dirigidos a los gobiernos y grandes empresas que pueden tener un impacto, esto con la intención de que implementen políticas y asignen recursos para poder alcanzar las metas establecidas.
En este ámbito me atrevo a decir que, en México, desde los años 80, que empecé a trabajar, mucho se ha logrado. Recuerdo que dentro de mis primeros empleos atendía empresas en Paseo de la Reforma, en Ciudad de México, y cuando había mucha contaminación no se alcanzaba a ver el edificio de enfrente y se sentía el smog en las calles.
También existen objetivos que la sociedad y pequeños empresarios pueden y tendrían que llevar a cabo para contribuir al éxito de las iniciativas.
Así mismo, los medianos y pequeños empresarios están sujetos a cumplir con las normas que el gobierno les imponga en cuanto a emisiones y cuidado del medio ambiente.
Esto trae retos a la administración de dichas entidades. El primero es sobrevivir ante escenarios de inflación, mayor competencia y en algunos casos, liquidez. El segundo es mantener e incrementar los puestos de trabajo con los que contribuye al desarrollo del país, y por último tener la capacidad de atender iniciativas del cambio climático y de desarrollo social.
De ahí la importancia que los empresarios y su equipo administrativo empiecen desde ahora a involucrarse más en estos temas y analizar dentro de sus actividades qué acciones pueden llevar a cabo dentro de las iniciativas planteadas, pueden proyectar iniciativas a mediano y largo plazo que contribuyan y que al mismo tiempo puedan ser conciliadas y complementarias con sus planeaciones estratégicas.
Por supuesto, dependiendo de la actividad que desarrolle la empresa, el impacto será mayor o menor, las acciones internas que pueda implementar un negocio de prestación de servicios será muy diferente a aquellas que tenga que implementar una empresa industrial que se dedique a la extracción o transformación.
Derivado de todo lo anterior, el Consejo Internacional de normas de Información Financiera (IFRS) creó un grupo complementario llamado IFRE Sustainability, para contribuir a las iniciativas de conservación, la cual emitió dos normas llamadas IFRS S1 e IFRS S2, dirigidas a dictar requerimientos generales de revelación de sostenibilidad. En posteriores entregas, daré más detalles al respecto.