Lectura 4:00 min
El que es buen líder, por su mente empieza
Para ser un jefe consciente de las emociones ocultas, propias y de tus subordinados, es necesario despertar
Cuántas veces has dicho o escuchado a alguno de tus compañeros que se siente decepcionado de su jefe, porque éste tiene sus favoritos, o que el grupo de tal departamento son unos críos inmaduros que hacen bullying a los que no son como ellos. Seguramente has sido testigo de cómo la chica del escritorio del rincón se esmeró tanto en conseguir la aprobación de su jefe, que terminó enamorada de él.
Éstas y otras situaciones son cotidianas en las empresas, porque en éstas recreamos las dinámicas familiares en las que transferimos a los superiores la imagen idealizada -u odiada- del padre /madre; y en los subordinados, la de los hijos. También llevamos a la oficina los recuerdos y fantasías de nuestra vida pasada, expone Shelley Reciniello en su libro El líder consciente.
Llevar una empresa ya es complicado, y parece un exceso tener que ocuparse de aquello que parece oculto, como son las emociones humanas propias y de los colaboradores, pero como dice la autora “te guste o no, para hacer negocios hoy en día es preciso moverse por los terrenos psicológicos soterrados de las personas que conforman la organización”.
Doctora en psicología clínico-social por la New School for Social Research y miembro de la Sociedad Internacional para el Estudio Psicoanalítico de las Empresas, Reciniello expone en éste, su primer libro, los nueve fenómenos psicológicos que más perjudican a las empresas y minan de forma sistemática el liderazgo.
Uno de ellos es el equipaje emocional que todos cargamos y que no dejamos en el estacionamiento al entrar a la oficina. En la línea de Sigmund Freud, Reciniello considera que actuamos de forma irracional porque nos motivan fuerzas inconscientes que nuestra mente consciente trata de controlar. Se trata de miedos, frustraciones, motivaciones producto de nuestras experiencias infantiles o con otras personas, que entran en juego cuando interactuamos con otras personas, quienes traen su propia carga emocional, y son el motivo de que, muchas veces, se tuerzan las cosas en las empresas.
La organización, indica, tiene una vida inconsciente. El antídoto para frenar su impacto negativo es hacer lo inconsciente consciente y construir una cultura de conocimiento a partir de eso.
“Es crucial que seas consciente y comprendas el poder de la mente inconsciente”, invita la autora, “ya que tus motivaciones, ambiciones y miedos junto con las de cada uno de tus empleados, dan forma a la organización”.
Para ser un líder consciente hay que despertar y esto implica estar atento a los comportamientos no conscientes en la empresa. Para ello, es necesario asegurarse que cada uno de los miembros entiende el porqué de lo que se está haciendo. También es importante dar y recibir retroalimentación, y sentirse cómodo con “no saber” y tomarse el tiempo para comprender una situación.
A lo largo de las 190 páginas que componen su obra, Reciniello va desglosando cada uno de los principios psicológicos y ejemplifica su impacto negativo a través de situaciones cotidianas, cercanas al lector. Por supuesto, también propone el antídoto para remediar o enfrentar cada una de éstas, de manera que el líder, a quien va dirigido el libro, vaya abonando a su despertar.
El líder consciente es también un libro para todo aquel que crea que el liderazgo es un privilegio que conlleva una responsabilidad, y eso implica tener una moral que transcienda el concepto de legal, que vea en el legado no una forma de perpetuar el control, sino de crear un mejor futuro; de respetar la dignidad humana y de sentirse orgulloso del trabajo realizado y de lo que hemos aportado a él.