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El Empresario

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Escritura y deformación del lenguaje en redes sociales y otros medios de comunicación

A todos nos ha pasado que tenemos que escribir un texto, queremos contar una historia o compartir información importante y no hay espacio suficiente para ahondar en detalles. El mensaje tiene que ser breve y concreto; además, dado nuestro ritmo tan acelerado de vida, el tiempo ya tampoco es suficiente para pasar toda la información completa. ¿Qué hacemos entonces?

A todos nos ha pasado que tenemos que escribir un texto, queremos contar una historia o compartir información importante y no hay espacio suficiente para ahondar en detalles. El mensaje tiene que ser breve y concreto; además, dado nuestro ritmo tan acelerado de vida, el tiempo ya tampoco es suficiente para pasar toda la información completa. ¿Qué hacemos entonces? Tratamos de sintetizar el mensaje lo más que se pueda, y eso incluye no sólo el fondo, sino también la forma, es decir, cómo mandamos el mensaje para que éste sea más corto. Esto lo vemos en palabras abreviadas e incluso el cambio de la ortografía para poner dos o tres palabras con unas cuantas letras. Esta situación cada vez se hace más frecuente debido al uso e incremento exponencial de las redes sociales, que limitan el número de caracteres para plasmar nuestros pensamientos, historias o información relevante. Esto ha llevado a una inminente deformación del lenguaje escrito.

Dicha deformación no se limita a las redes sociales; de hecho, éstas no la provocaron. Este fenómeno inició con los mensajes de texto SMS, que en 150 caracteres aprox. (que incluyen signos de puntuación y espacios) obligaban a reducir la información sin perder el núcleo del mensaje. Esto nos fue llevando a poner mensajes sin mucho sentido y casi en tono de telegrama; poco a poco se volvió una costumbre y se expandió a otros medios. Luego siguió el correo electrónico, que aunque tiene espacio ilimitado de texto, siguió con esa tendencia de reducir los mensajes a su mínima expresión para gastar el menor tiempo y energía posibles en transmitir la información que era motivo de dicho correo. Además, entró en escena otro fenómeno (hablando en este caso de México): la influencia constante que recibimos de nuestros vecinos del norte. Con la llegada del Internet, también nos volvimos susceptibles a recibir la influencia del lenguaje escrito en inglés, esto es, palabras sin acentos, un solo signo de admiración o interrogación, etc., y lo aplicamos a nuestros mensajes escritos diarios (mensajes SMS, correos electrónicos, chat, redes sociales, etc.). Por último, la tendencia fue más allá y se trasladó al chat, donde, aunque de igual manera hay espacio ilimitado para pasar información, también aplicamos la deformación del lenguaje al manejarlo incompleto e incorrecto.

A continuación pondremos algunos ejemplos de dicha deformación y qué hacer para que esta tendencia no se vuelva la norma.

Abreviaciones: Lo primero a lo que recurrimos para reducir un mensaje es abreviar las palabras, a fin de que no pierda sentido lo que queremos transmitir. Dichas abreviaciones pueden ser en una misma palabra, esto es, reducirla a su mínima expresión, es decir, una letra. El ejemplo más común es “que”, la cual reducida queda como “q” o incluso “k”. Otro ejemplo es la palabra “porque” que queda “pq” o “pk”, “también”, que queda “tmb”, “verdad” que queda “vdd”, “aproximadamente” que queda “aprox.”, etc. Otro tipo de abreviación es de una frase que se reduce a unas cuantas letras, siendo el ejemplo más claro “te quiero mucho” que ya casi todo mundo usa como “tqm”. En lenguaje más familiar y amistoso, otro ejemplo puede ser “no te creas”, que queda “ntc”, etc.

Cambios de ortografía y puntuación: Esta situación ha crecido de forma exponencial, sobre todo en la generación de jóvenes que a partir de los 12 o 13 años ya usan teléfonos celulares, Internet y todo lo que eso conlleva. Esto debe prender focos de alarma, ya que de seguir así, esta tendencia afectará el aspecto educativo significativamente, pues los estudiantes aplicarán este lenguaje deformado a todos los campos de su vida y no aprenderán a seguir reglas para escribir correctamente, y más adelante será mucho más complicado corregir este problema. Los cambios de ortografía más importantes son los siguientes: palabras sin acentos, omisión de signos de puntuación (comas, puntos, signos de admiración e interrogación) que muchas veces hacen que el mensaje pierda sentido, y cambios de letras (sobre todo con la letra “q” que cambian por “k”, por ejemplo “k”, “pk” “aunk”, “kiero”, etc.).

Aunque es comprensible que siempre busquemos dar mensajes más breves a causa de nuestra falta de tiempo y espacio del portal donde queremos transmitirlos, no hay que caer en el abuso, ya que los mensajes pierden sentido y crecemos con la idea de que si todo mundo lo usa, entonces es correcto, lo cual muchas veces no es el caso. Apeguémonos a usar este tipo de abreviaciones sólo en las redes sociales, donde sí hay un límite real de espacio, pero no lo apliquemos a aspectos más serios de nuestra vida, como es el caso de los discursos de venta o de negociaciones. La escritura correcta siempre dará la mejor impresión al cliente y nos redituará satisfactoriamente.

En caso de tener cualquier pregunta sobre los servicios lingüísticos profesionales, no dude en contactarnos: http://www.dna-translation.com o contacto@dna-translation.com.

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