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La inteligencia financiera
El emprendedor y el empresario que manejan una pequeña o mediana empresa tienen la necesidad de llevar a cabo dos funciones primordiales: operar y administrar los recursos, tanto humanos como materiales y financieros. Reconociendo que los humanos y materiales dependen de la disponibilidad de los recursos financieros.
De una buena administración financiera depende el éxito o fracaso de cualquier actividad. La obtención de los recursos financieros para la actividad de la entidad o proyecto proviene de diversas fuentes, sean internas o externas.
Las internas son fundamentalmente las que genere la persona o entidad que esté desarrollando el proyecto.
Los recursos externos pueden provenir de diversos proveedores, desde donativos, aportaciones gubernamentales, préstamos, colocaciones de bonos de deuda y aportaciones de capital, sea del propio empresario o de terceros, o mediante colocaciones en los mercados.
Una vez que los recursos financieros son obtenidos, deben ser utilizados de acuerdo con presupuestos detallados y con una planeación financiera muy precisa. Los recursos financieros serán aplicados, como ya lo vimos, en recursos humanos y materiales; sin embargo, puede haber un desfase entre la obtención de los recursos y su utilización, por lo que los recursos deberán ser invertidos en algún instrumento de inversión durante ese lapso.
Seleccionar en que instrumento financiero invertir los recursos financieros no utilizados debe hacerse de acuerdo con un criterio basado en el riesgo. El principio básico que, si se requiere un mayor rendimiento, el riesgo crecerá, por lo tanto, la decisión será determinada en función al apetito, al riesgo de la administración de la entidad o el empresario quiera aplicar.
Como ejemplo del apetito al riesgo, comparto dos casos reales:
Cuando aparecieron las primeras criptomonedas, muy pocas personas creían en ellas y los expertos no las recomendaban por que no tenían sustento en activos reales. El 28 de abril de 2013, el Bitcoin empezó a cotizarse en 134.21 dólares, conforme pasó el tiempo y muchos millennials y otros inversionistas con más apetito al riesgo empezaron a comprarla, el precio fue subiendo, con algunas bajas. Pero si alguien invirtió desde el origen y los conservó, al 7 de julio de 2024 ya tienen un valor de 55,849 dólares, lo que significó que en once años tuvo un rendimiento del 41.578%. El riego era altísimo pero la recompensa mucho mayor.
Cuando Elon Musk y otros inversionistas fundaron Tesla el 29 de julio de 2010, hicieron una oferta pública inicial en NASDAQ que salió con un valor inicial de 17 dólares por acción, al 16 de julio de 2024 las acciones de Tesla se cotizaron en 256.56 dólares por acción, es decir un rendimiento en diez años de 1.508%, no tan alto como el del Bitcoin pero, de todas maneras, es un rendimiento bastante bueno del 107% anual promedio.
Existen una gran variedad de opciones de inversiones, el criterio es qué tanto se es conservador o agresivo a la hora de seleccionar el instrumento, siempre asesorado por un experto.