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Los desperdicios de unos son el emprendimiento de otros: dos pymes sustentables
Del cartón, ropa, vidrio y otros ingredientes Aura y Dulce han creado negocios que buscan fomentar la cultura del reciclaje
Al día se recolectan más de 120,000 toneladas de basura en México, de los cuales, 944 gramos son generados por una persona, que coadyuvan a la contaminación del país, de acuerdo con la Secretaria del Medio Ambiente. De esto, 31.5% puede aprovecharse para darle una segunda vida, lo cual hacen algunos emprendedores.
Una de ellas es Aura Venus, quien desde hace ocho meses dio vida a Casiopea, emprendimiento enfocado en el reciclaje de ropa y venta de segunda mano.
“Yo crecí con la cultura de reparar las cosas. Mi abuelita siempre nos arreglaba la ropa que heredábamos de los primos y hermanos, desde pantalones, playeras, de todo, no había para niño y niña, era pareja la herencia y siempre lo hacía con mucho amor. Esos eran los hábitos de mis abuelos y hoy busco seguir fomentándolo”, platicó en entrevista.
En Casiopea el objetivo es tomar esas prendas “inservibles” o que nadie quiere, que encuentra en bazares, tianguis y todo tipo de lugares, y darles una nueva vida para venderlas en Instagram, a precios accesibles (desde 150 a 800 pesos dependiendo la prenda), pues el objetivo es generar conciencia de hábitos responsables.
La industria de la moda es la segunda más contaminante en el mundo, indica la Organización de las Naciones Unidas, lo que se ha agravado con el fast fashion, ropa creada a gran escala y con poca durabilidad. Además, cada prenda tiene una huella hídrica muy alta, por ejemplo 7,500 litros por un pantalón de mezclilla.
“Esa ropa no dura, se deshace y la solución es comprar otra, porque es accesible y fácil, lo que genera más basura”, dijo la curadora y rescatista textil.
En México, las fibras sintéticas son de los desperdicios más comunes y que se pueden aprovechar.
Muebles de basura
A este cambio de conciencia se suma Dulce Montes, quien desde hace 13 años emprendió con Hecho Verde, tienda que con materiales en desuso crea accesorios como lámparas, pantallas, candelabros, bolsas, velas aromáticas en cáscaras de frutas y muebles.
“Usamos de todo, desde botellas hasta casetes con los que hacemos lámparas. Trabajamos con el material que tengamos al momento o lo que los clientes nos traigan, porque nos pueden pedir algo especial con lo que tengan en casa, también pueden adquirir productos ya hechos en la página”.
La idea surgió como un proyecto en la universidad, pero al ver el potencial comenzó a recolectar materiales como cartón, vidrio, plástico, para crear diferentes productos. Dichos materiales también son de los más desechados y aprovechados en el país.
Hace cinco años Dulce comenzó a vender en tienda física a la par de su página web, teniendo ventas en todo el país, incluso; algunos de sus productos han viajado a otros países gracias a turistas que han visitado su establecimiento.
Los costos van de los 25 pesos por unos aretes, hasta miles por los muebles, que son los más costosos de la gama. Todo dependerá de las necesidades de los clientes.
También tiene una cafetería donde promueve el reciclaje y conciencia ambiental, por ejemplo, usando las cajas para hacer porta vasos, entre otros aditamentos.
Romper estigmas
Tanto Aura como Dulce emprendieron con la misión de hacer una diferencia en el mundo y dar otra vida a lo que se desecha.
Ambas han vivido críticas sobre su negocio: “no es momento”, “es un juego”, “es basura”, “está usado”, entre otros; sin embargo, eso las ha motivado a demostrar el impacto que pueden dejar.
“Es difícil tener contentos a todos, pero esto es muy divertido. Siempre te dirán que no funcionará, pero esto es lo que me apasiona porque aunque no me pagaran, igual lo haría. Hay que dejar esas voces atrás”, indicó Dulce.
Para Aura, este es una oportunidad para demostrar que la segunda mano puede ser calidad, durable si se le da adecuado tratamiento y exclusivo porque son prendas únicas. Por ello, además de la ropa, las cajas y bolsas de envíos son reciclados y biodegradables, y colabora con una lavandería sustentable, donde lleva la ropa a preparar.
En los siguientes meses Aura lanzará su portal en línea para que más personas se unan al movimiento de second hand, mientras que Dulce seguirá con planes de expansión.
“Hay que compartir otros hábitos de consumo, entender (en el caso de la ropa) que se puede reparar y reciclar. Es una falta de respeto no hacerlo”, finalizó Aura.