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El Empresario

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Fraudes de gerentes provoca pérdidas de hasta 300,000 dólares

Uno de cada cinco gerentes comete fraude, las causas principales suelen ser problemas financieros, controles internos y beneficios económicos.

Las empresas con planificación financiera tienen mayores posibilidades de sobrevivir.Shutterstock.

Uno de cada cinco gerentes comete algún tipo de fraude, lo cual impacta gravemente en las organizaciones, señala un estudio realizado por MIDOT. 

El Reporte de Integridad Laboral destaca que 20% de los gerentes es responsable de cometer fraude, una conducta nociva que impacta gravemente a las empresas, y que se mantiene como un problema recurrente, especialmente entre quienes ocupan cargos directivos.

Además, datos de la Asociación de Certificadores de Fraude (ACFE) señalan que las pérdidas provocadas por empleados de mayor rango pueden ser hasta 22 veces mayores que las generadas por colaboradores de otros niveles del escalafón.

Mientras que un fraude cometido por algún empleado tiene un impacto en promedio de 30,000 dólares, cuando estos son cometidos por un gerente las pérdidas de hasta 300,000 dólares por caso, en tanto cuando son cometidos por los dueños o ejecutivos puede llegar a ser de 675,000 dólares.

Esta cifra pone en relieve la importancia de fortalecer la integridad dentro de las empresas, pues un colaborador en una posición alta o fundamental para la operación de la organización, tardará y será más difícil en ser descubierto.

“Detectara un gerente o ejecutivo que comete fraude es un proceso más complicado y cuanto más tiempo pase sin ser descubierto mayor es el daño económico”, señala Fernando Calderón, director general de Midot Latam.

El informe señala que si se identifica el fraude dentro de los primeros dos años, las pérdidas pueden rondar los 500,000 dólares por persona involucrada, una cifra que podría ser devastadora para cualquier organización.

Fraudes más comunes

El fraude más común que cometen, tanto gerentes como colaboradores, es el de nómina, por ello MIDOT recomienda mantener un control riguroso sobre la nómina, porque de no hacerlo se abre la puerta a que algunos supervisores puedan incluir a familiares o amigos como empleados ficticios, o asignarles horas extras que nunca se trabajaron.

Otro fraude común se da en el área de ventas, donde los colaboradores pueden coludirse con clientes para ofrecer descuentos a cambio de sobornos. Estas acciones no solo afectan los ingresos de la empresa, sino que también pueden distorsionar los resultados de ventas y comisiones, favoreciendo prácticas poco éticas. Para prevenirlo, el análisis constante de los precios, descuentos y notas de crédito es crucial.

Los gastos corporativos y de viajes son otra área vulnerable. Las tarjetas corporativas, aunque útiles para facilitar operaciones, son frecuentemente abusadas cuando no existen controles adecuados. Los empleados pueden realizar gastos personales que se disfrazan como empresariales, lo cual puede pasar desapercibido si no hay una supervisión rigurosa.

El fraude con proveedores también es una práctica común, ya que, en este caso, los empleados pueden crear “proveedores fantasmas” y generar facturas por productos o servicios inexistentes.

¿Qué detona este delito?

Es importante mencionar que los casos de fraude no ocurren en un vacío sino que, responde a un conjunto de factores que facilitan o incentivan su aparición.

“La falta de estructuras adecuadas en las organizaciones y de un sistema de evaluación, así como la escasa capacitación en estos temas, son detonantes de este acto contraproducente para las compañías; muchas pymes -por ejemplo- se encuentran muy vulnerables ante este tipo de delitos”, precisa Calderón.

No obstante, los valores y la ética personal de los empleados también juegan un papel fundamental. En este sentido, el Triángulo del Fraude, un modelo ampliamente aceptado en la comunidad empresarial, sugiere que existen tres causas principales:

  • La presión por problemas financieros. 
  • La oportunidad generada por la falta de controles internos. 
  • La atracción hacia los beneficios potenciales de cometer el fraude.

Estas condiciones, cuando se juntan, incrementan de manera significativa las probabilidades de que un empleado decida cometer fraude.

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Editora El Empresario. Periodista especializada en emprendimiento, pymes, creación de negocios, management y liderazgo. Desde el 2017 coordina El Empresario

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