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Revisión de objetivos
La administración de cualquier tipo de entidad tiene como principal responsabilidad, el cumplir con los objetivos que le dicte su máximo órgano de gobierno, sea una asamblea de accionistas, un consejo de patronos o el ejecutivo federal, según sea el caso del tipo de entidad.
Durante todos los años que he trabajado en mi función como auditor independiente de empresas que requieren de un dictamen de contador público sobre la razonabilidad de sus estados financieros, he tenido la oportunidad de entrevistar a muchos dueños de empresas, directores generales y/o ejecutivos de alto de nivel de aquellas en las que he tenido la oportunidad de trabajar, ya sean familiares, institucionales o de tenencia gubernamental, nacionales o parte de grupos transnacionales. En todas esas entrevistas, el común denominador de la mayoría de estas es que sus planes de inversión y crecimiento son a largo plazo más allá de los vaivenes políticos o económicos.
Eso no quiere decir que los planes a corto plazo no requieran ser revisados periódicamente a fin de ajustar las estrategias a las circunstancias y tendencias que existan al momento de la revisión.
La administración de la entidad tendrá que, a partir de los resultados obtenidos y del análisis del mercado relevante para su actividad, verificar hasta donde los supuestos que se han venido utilizando para la determinación de las acciones a seguir, siguen siendo válidas.
Algunos de los supuestos a considerar son de carácter general para cualquier tipo de entidad, otros dependerán de la naturaleza de sus operaciones. A continuación, enumero algunos factores:
Las tendencias en el gusto o preferencia del público sobre las características de los productos o servicios que están disponibles para su consumo. El ignorar esto o querer mantener productos con características que el mercado considera anacrónicas, ha sido parte de la caída de muchas empresas que en su momento fueron consideradas líderes en sus áreas.
Las proyecciones de crecimiento económico en el país y mercado relevante para la actividad de la entidad. Cualquier subestimación generará que la entidad desaproveche oportunidades o pierda mercado, por el contrario, una sobreestimación generará costos y gastos improductivos o sobreproducción que pueden generar pérdidas.
La disponibilidad de las materias primas e insumos necesarios para producir los bienes o servicios que ofrece a los clientes o consumidores. La falta de previsión en la planeación del suministro puede acarrear un incremento de costos y/o la pérdida del mercado.
Relacionado con lo anterior, pero a considerar de manera muy importante, es la tendencia en los precios de las materias primas e insumos. Cualquier cambio o movimiento en estas que esté fuera del rango de variación considerado en la planeación, puede afectar negativamente el margen de utilidad o la posibilidad de mantener la competitividad de la entidad.
La disponibilidad de personal y las tendencias en los salarios en el mercado laboral relevante para la entidad. La vigilancia de la rotación del capital humano y la disponibilidad del recurso humano calificado es frecuentemente factor de éxito o fracaso de las empresas. El mantener salarios y paquetes de compensación competitivos puede ser un factor que asegure o desmotive al personal para quedarse o al potencial para considerar a la entidad como una opción válida.