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5 razones por las que soy suscriptora de Convoy

Los radioescuchas que perdieron su predilección por escuchar estaciones de FM como Radioactivo 98.5, Ibero 90.9, Reactor 105.7 se han encaminado hacia la iniciativa de Olallo Rubio en busca de una alternativa sonora.

Foto EE: Cortesía ConvoyFoto EE: Cortesía Convoy

“No somos radio, somos Convoy”. Ha sido el lema de la plataforma generadora de contenido de audio independiente por streaming creada por el exlocutor de Radioactivo, Olallo Rubio y una pequeña comunidad de locutores apasionados y pioneros de la radio alternativa en la Ciudad de México. Bajo un modelo de negocio por suscripción como el de Spotify o Netflix, con un costo de 49 pesos al mes, la plataforma de Convoy ha logrado evolucionar la radio en línea en México.

Los radioescuchas que perdieron su predilección por escuchar estaciones de la FM como Radioactivo 98.5, Ibero 90.9, Reactor 105.7 se han encaminado hacia esta plataforma en busca de una alternativa sonora, que la frecuencia modulada dejó de ofrecerles. A casi tres años y medio de su lanzamiento, Convoy ha formado una comunidad que transita sobre un terreno que han hecho suyo, el digital. En redes sociales, también ha desplazado a espacios radiofónicos y en un día cualquiera puedes encontrar como tendencias los hashtags de los contenidos de su barra programática diaria, como #QuéPasóOlallo, #HolaConvoy, #ConvoyENVIVO.

 

Olallo Rubio, reconocido por sus podcasts y documentales, ha llevado el concepto de radio en vivo a un universo digital. También funciona como fiestas privadas, donde los locutores a manera de djs interactúan con el público por medio de la escucha de sets e intercambio de códigos bien identificados por el radioescucha. La aplicación convoynetwork.com, disponible en App Store y Google Play, ofrece por el pago del servicio online una programación musical disponible las 24 horas del día, noticias, mixtapes, miniseries, podcasts y entrevistas con artistas, músicos, cineastas, periodistas y más. 

Una de las preguntas recurrentes con este tipo de medios de paga es precisamente, ¿por qué pagar por contenido que fácilmente, y sobre todo de forma gratuita, podríamos encontrar en línea, redes sociales o en radio abierta? 

Acá algunas de las razones por las cuales invierto tiempo y dinero en Convoy:

1. Barra programática

Conformada por un selecto grupo de locutores clavados con la música, la crítica y la libre opinión. Durante la programación diaria, transmiten una barra musical que hace un recorrido entre la historia y lo nuevo en géneros musicales afines a los míos. No pasa un día sin que descubra o recuerde alguna canción, grupo o proyecto musical.

2. Podcasts

Fanática de la forma narrativa que emplean para abordar la música desde cualquier ángulo, sin perder detalle alguno del contexto y su influencia en la construcción de los hechos. Además del enfoque y la profundidad con la que se apoderan de las distintas temáticas, dando siempre un ángulo singular que acaba por involucrar al escucha.

3. No hay anuncios

No existe publicidad alguna durante la programación, ni al usar la aplicación. Ningún tipo de anuncio que no sean los referidos a donaciones sobre los nuevos proyectos del equipo o lanzamiento de los mismos.

4. Contenidos de audio on demand

Además de la programación continua de radio en vivo, tienes acceso a los programas anteriores.

Los podcast están disponibles offline, lo que permite escucharlos desde cualquier sitio y a todas horas, sin la necesidad de una conexión a internet. De modo que, tienes acceso a distintos tipos de contenido de audio, crear tu propia programación o escuchar lo que te plazca en el momento.

5. Acceso rápido

La funcionalidad de la app e incluso su uso en computadora es tan práctico como la de cualquier otro proveedor musical. La facilidad de llevar contigo los audios y poder acceder desde cualquier dispositivo a la radio es una gran ventaja.

Nuestros hábitos de consumo de los principales medios —periódicos, radio, televisión— se han ido adaptando a la forma de vida online. ¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a pagar por un medio que siempre ha sido de acceso libre?

julia.perez@eleconomista.mx 

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