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Carambola de Moody’s alcanza a la CFE
Las finanzas de la Comisión Federal de Electricidad enfrentan desafíos en cuanto a la deuda y sus vencimientos, los altos costos de operación por los costos de sus combustibles y por la dependencia de la empresa de las transferencias federales para subsidiar las tarifas básicas.
La reducción a la nota de la deuda soberana seguida por la de Petróleos Mexicanos (Pemex) llevó a la agencia Moody’s a reducir también este martes un peldaño la calificación de la Comisión Federal de Electricidad de México (CFE) de "Baa1" a "Baa2" –todavía en grado de inversión medio inferior– y cambió su perspectiva a "estable" desde "negativa".
Y es que las finanzas de la CFE tienen problemas en cuanto a la deuda y sus vencimientos, los altos costos de operación por los costos de sus combustibles para generación y por la dependencia que la empresa tiene con el gobierno federal en cuanto a las transferencias para subsidiar a los usuarios del servicio básico.
Para empezar, la CFE llegó a una pérdida neta de 106,260 millones de pesos al cierre del 2021, la peor en su historia, misma que fue 24% superior a la del año anterior, y que además resultó 10,889 millones de pesos superior a la pérdida no dictaminada anual que se publicó en febrero, según reportó la empresa en sus resultados dictaminados del 2021.
Al cierre del ejercicio de 2021, los costos de operación de la estatal eléctrica fueron de 602,148 millones de pesos, lo que significó un incremento de 24.4% respecto al mismo periodo del año anterior, como consecuencia, principalmente del incremento en el precio de gas natural ocasionado por la emergencia climática en Texas en el mes de febrero y la volatilidad en los precios de los combustibles registrada en el segundo semestre de 2021, según la propia CFE.
Para este año, la CFE esperan transferencias por 73,000 millones de pesos de parte de Hacienda para que se mantengan las tarifas a los usuarios domésticos de bajo consumo por debajo de la inflación. El año anterior, el subsidio costó 70,000 millones de pesos igual que en el 2020.
Pero además, al 31 de diciembre de 2021 el saldo total de la deuda de la CFE fue de 393,900 millones de pesos, saldo 8.4% mayor al registrado al cierre de 2020, de 363,500 millones de pesos. De este monto, casi 10% corresponde a deuda de corto plazo, a pagarse este año.
El viernes, la agencia recortó la calificación de México a "Baa2" desde "Baa1", argumentado tendencias económicas y fiscales que prevé seguirán mermando el perfil crediticio de la nación, y el lunes bajó a "B1" desde "Ba3" la de la petrolera estatal Pemex.
Y hace un mes, la empresa eléctrica nacional realizó su primera operación de Administración de Pasivos en los mercados internacionales de bonos bajo el formato 144 A / RegS por un monto objetivo de 1,000 millones de dólares. La operación consistió en la recompra voluntaria de seis bonos. En primer lugar, se privilegió la recompra por hasta 500 millones de dólares del bono “Note 4.875% due 2024”, con vencimiento en 2024. Esta operación permitirá reducir el riesgo de refinanciamiento en dicho año del vencimiento de 1,250 millones de dólares de bono señalado, según la empresa.
La deuda que ha adquirido la CFE sería para refinanciar la deuda actual, mientras que sus proyectos de inversión en nuevas centrales avanzan lento, puesto que la central fotovoltica de Puerto Peñasco, Sonora, que requiere una inversión de más de 1,648 millones de dólares y será 46% propiedad del gobierno estatal y el resto de la CFE, tendría sus primeros 120 megawatts instalados a finales de este año, pero llegaría al máximo de capacidad de diseño, de 1,000 megawatts, hasta el 2028.
Por otra parte, el Plan de Negocios de la estatal contempló en el arranque de la presente administración, las seis centrales de ciclo combinado a gas natural con una capacidad conjunta de 4,322 megawatts instalados en Baja California, Baja California Sur, Veracruz, Sonora y Yucatán, que conforme a los precios unitarios de este tipo de proyectos de la CFE tendrán un costo conjunto de alrededor de 35,000 millones de pesos, pero que no han podido adjudicarse y arrancar su construcción, a pesar del sofisticado instrumento para su financiamiento denominado fideicomiso maestro de inversión (FMI) a través del uso de utilidades acumuladas y futuras de CFEnergía y posibles recursos de capital de emisiones de la Fibra E.