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Chatarrización en el 2016 cumplió sólo 50% de la meta

El esquema de chatarrización o renovación del parque vehicular se quedó corto y en buenas intenciones, principalmente por falta de financiamiento y folios, sentenció Miguel H. Elizalde Lizárraga.

El esquema de chatarrización o renovación del parque vehicular se quedó corto y en buenas intenciones, principalmente por falta de financiamiento y folios, sentenció Miguel H. Elizalde Lizárraga, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT).

Son buenas intenciones, pero para el tema específico de renovar flota, se quedó muy corto el acuerdo, pero estamos a muy buen tiempo de mejorarlo. A nosotros no se nos consultó sobre esto, por eso hacemos ahorita propuestas en términos de mejorar el esquema de chatarrización, e impulsar el financiamiento , dijo luego de su participación en un foro sobre combustibles y transporte público. La meta del 2016 era chatarrizar 6,000 unidades, 3,000 de empresas (folios que se agotaron); y 3,000 para el hombre camión, de los cuales, no se otorgaron ni 200.

Comentó que durante el 2016, de los más de 150,000 vehículos pesados con más de 21 años de antigüedad que se estima hay en el país, no se llegaron a chatarrizar ni 3,200 unidades, debido a que se agotaron los folios que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público otorga a empresas de más de cinco unidades, mientras que para el hombre camión no logró ser atractivo el esquema, porque no es sujeto de crédito o el financiamiento no era suficiente.

Entre los factores que hicieron dudar hacer cambio de flotillas fue la depreciación que ha tenido el peso frente al dólar, y agregó que ahora con el incremento del combustible es el momento de generar propuestas para fomentar la renovación de la flota quitándole el tope de 3,000 unidades que puso el esquema de chatarrización para autobuses foráneos y vehículos de carga; además de incluir en el esquema el transporte urbano de pasajeros.

Elizalde informó que según estimaciones de la ANPACT, 98% de las personas en México se mueven en autobuses y 83% de la carga terrestre se mueve en autotransporte, por lo que el aumento en el precio de los combustibles lastima a la cadena logística y usuarios. Respecto del escenario que vive la industria automotriz de vehículos ligeros, con el retiro de inversiones de Ford, dijo que a diferencia de autos, en el transporte pesado no hay más inversiones en los siguientes años, porque ya se tiene en México la capacidad instalada para producir más de 200,000 unidades. Agregó que 95% de sus envíos van a Estados Unidos pero hay otros mercados que se pueden recuperar como Colombia .

maria.rodriguez@eleconomista.mx

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