Buscar
Empresas

Lectura 9:00 min

¿Cómo se relaciona la obesidad con la diabetes?

Branded Content

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la manera en la que el cuerpo utiliza la glucosa de los alimentos, provocando la elevación de sus niveles en la sangre. La insulina es una hormona que juega un papel importante, ya que ayuda a que las células del cuerpo utilicen la glucosa de una manera adecuada. Dependiendo del tipo de diabetes, el cuerpo puede no producir insulina (diabetes tipo 1 que suele ser una enfermedad autoinmune) o el cuerpo puede no utilizarla de manera adecuada (diabetes tipo 2).

Por otra parte, se considera como sobrepeso y obesidad a la acumulación excesiva de grasa, lo cual puede perjudicar la salud de una persona. Tanto el sobrepeso como la obesidad son enfermedades crónicas que se relacionan con factores biológicos, sociales, culturales y psicológicos; por ello, su tratamiento debe ser de una manera integral.

La Organización Mundial de la Salud señala que tanto el sobrepeso como la obesidad, así como la inactividad física, son factores de riesgo de diabetes tipo 2. Por otra parte, se estima que 62 millones de personas en el continente americano presentan esta variante de diabetes.

Aunque la obesidad y la diabetes pueden ser condiciones completamente independientes, la realidad es que son dos padecimientos que se relacionan con frecuencia, señala la Lic. Carolina Robles Estrada, nutrióloga con especialidad en obesidad y comorbilidades del Centro Médico ABC.

Una persona que vive con obesidad o sobrepeso, es común que se encuentre en un estado de inflamación crónica, esto puede resultar en alteraciones en los niveles de la glucosa y, con el tiempo, desarrollar diabetes. Mientras que, por el otro lado, alguien que vive con diabetes y no tiene un adecuado control de su enfermedad, puede llegar a presentar alteraciones en el peso, así como otras complicaciones de la enfermedad. Por este motivo son padecimientos que se relacionan entre sí.

Las influencias en el desarrollo de diabetes y obesidad

Existen muchas causas que favorecen el desarrollo de diabetes y de obesidad, entre ellas, la parte genética, que juega un papel muy importante. Sin embargo, es importante considerar es que tener antecedentes genéticos hacia cualquiera de estos padecimientos, no significa que se vaya a desarrollar, simplemente significa que, en caso de propiciar las condiciones, es más factible que se genere.

Por otra parte, la alimentación cuenta con una gran relevancia en ambos padecimientos. A esto se le suman factores como poca o nula actividad física y ejercicio, el nivel de sedentarismo, la hidratación, control del estrés y de las emociones. Todo en conjunto afectará a la persona y aumentará o disminuirá el riesgo de vivir con diabetes u obesidad.

Es recomendable que, las personas que ya viven con diabetes, lleven una alimentación balanceada, pero siempre de la mano de un asesor o asesora nutrimental, para tener una dieta personalizada, que se adapte al estilo de vida y las necesidades individuales.

Llevar una correcta alimentación permitirá controlar los niveles de glucosa, con lo cual se evitarán complicaciones de esta enfermedad. Mientras que la correcta alimentación también permitirá reducir el peso corporal, en caso necesario, o no ganar peso en grasa, comenta la Lic. en nutrición Carolina Robles.

La diabetes y los niveles de glucosa

Todas las personas, cuando comemos, vamos a generar picos de glucosa, es la manera en que nuestro cuerpo procesa los alimentos para utilizarlos como energía.

Una persona que no presenta diabetes, los picos de glucosa no suponen un problema ya que es un proceso fisiológico normal después de cada alimento. En estos casos, el cuerpo trabaja correctamente y el páncreas realiza su función al segregar insulina que alimentará principalmente al músculo, la grasa y el hígado.

Pero en una persona que vive con diabetes, la insulina puede fallar y los niveles de glucosa en la sangre no serán los adecuados, así que, al generar picos de glucosa, el azúcar en la sangre, podría traer efectos negativos para la persona.

Al nivel alto de glucosa en la sangre se le conoce como hiperglucemia y, en caso de no tratarse adecuadamente, puede traer consigo consecuencias graves para la salud, desde problemas en los pies o huesos, hasta enfermedad cardiovascular, daño renal, ceguera, neuropatías, incluso poniendo en riesgo las piernas, brazos o su vida.

Por otra parte, en las personas que viven con diabetes también puede ocurrir que no se cuente con suficiente glucosa en la sangre, a esto se le conoce como hipoglucemia. Hay que recordar que la glucosa se considera la principal fuente de combustible para el cuerpo, por lo cual, al tener niveles bajos de glucosa, se puede presentar somnolencia, debilidad muscular, sudoración, temblores, visión borrosa, dificultad para hablar, pérdida de la coordinación o desorientación.

Aunque las secuelas de la hipoglucemia no son tan graves como las de la hiperglucemia, en caso de no atenderse o controlarse, sí pueden suponer un gran riesgo para la salud.

Tanto la hiperglucemia como la hipoglucemia se pueden prevenir al seguir las indicaciones del médico que incluyen el apego al tratamiento, cambios en el estilo de vida y llevar una alimentación balanceada; todo esto en función de las características particulares de la persona y sus padecimientos.

¿Qué es una alimentación balanceada?

Al hablar de una alimentación balanceada, nos referimos a que esta debe aportar todos los nutrientes necesarios para favorecer el adecuado funcionamiento del organismo. Todas las personas deberían fomentar una alimentación balanceada con la finalidad de promover un adecuado estado de salud, así como la prevención de enfermedades mediante el consumo de los diferentes grupos de alimentos (frutas y verduras, cereales integrales, carnes, legumbres, lácteos y grasas).

Específicamente, en las personas que viven con diabetes y con obesidad, se debe incluir en su alimentación todos los grupos de alimentos, dándole preferencia al grupo de verduras y proteína.

El grupo alimenticio de las proteínas hace referencia a todos aquellos productos de origen animal como la res, el pollo, cerdo, pescados e, incluso, huevos y lácteos (quesos). Lo recomendable en el caso de las personas con diabetes u obesidad, es que se consuma proteínas bajas en grasa, es decir, carne magra, no comer la piel del pollo o del pavo, quesos frescos o bajos en grasa, pescados, así como evitar preparaciones altas en grasas. Cabe mencionar que también se cuenta con proteína de origen vegetal como las leguminosas (frijol, lenteja, garbanzo, haba, etc.), o las semillas (nueces, cacahuates, almendras, entre otras).

Por su parte, las verduras son un excelente alimento para que las consuman tanto quienes tienen diabetes como obesidad ya que ayudarán a evitar los picos de glucosa, gracias a que son altas en fibra, lo cual también ayudará a mejorar la digestión y promoverá la saciedad.

Otro grupo alimenticio de gran importancia son los carbohidratos, también conocidos como hidratos de carbono. Aquí se deberá buscar que sean complejos de preferencia, esto significa que sean altos en fibra o integrales como el arroz integral o las tortillas de maíz. También se deberá evitar el consumo de carbohidratos refinados o con azúcares añadidos, ya que favorecen los problemas en la glucosa de quienes viven con diabetes o podrían convertirse en grasas si hay sobrepeso u obesidad.

Es importante mencionar que no todas las grasas son malas y su consumo es necesario. Las grasas saludables provienen del aguacate, del aceite de oliva o de cártamo, de los cacahuates, nueces o almendras, por citar algunos.

¿Se puede prevenir la diabetes y la obesidad?

Tanto la diabetes, como la obesidad, son dos enfermedades que se pueden prevenir al llevar una vida saludable, indica la Lic. en nutrición Carolina Robles. En una persona sana, ambas situaciones son prevenibles; pero en caso de presentar uno o ambos padecimientos, al modificar nuestro estilo de vida, seguir las indicaciones médicas y, en especial, llevar una correcta alimentación, se podrá mejorar la salud de las personas.

Una persona que vive con diabetes y  que lleva un buen control de su enfermedad, tendrá una vida normal, al evitar las secuelas que se pueden generar. Mientras que una persona que vive con obesidad, podrá disminuir el excedente de grasa y, conforme realiza esto, verá mejorada su salud no solamente en el área de la diabetes, también en el área cardiovascular, los dolores articulares, disminuir las sustancias inflamatorias del organismo y reducir el riesgo de sufrir cáncer.

Por último, es importante mencionar que la diabetes no presenta síntomas o signos perceptibles, en un principio, estos comenzarán a ser perceptibles cuando la enfermedad ha progresado. Por ello, se recomienda realizar chequeos anuales, o más frecuentes si el médico lo cree conveniente, para conocer así el estado de salud. Debemos enfocarnos en recibir la asesoría adecuada, debido a que la enfermedad en cada persona será completamente diferente a la de otras personas.

Para lograr un buen control o prevención de la diabetes, lo recomendable es acudir con un médico endocrinólogo o internista, y de preferencia especializado en diabetes. Mientras que para el control de la obesidad o sobrepeso se deberá de contactar a un nutriólogo.

El tratamiento para cada padecimiento y, en especial si se tienen ambas enfermedades, se recomienda que sea integral y en conjunto, para atender todas las necesidades del paciente y, en caso necesario, canalizar con otros especialistas para llegar a un abordaje multifactorial, al ser enfermedades de no solo una causa.

En el Centro Médico ABC se cuenta con la Clínica de Diabetes y con el Centro de Nutrición y Obesidad, donde se podrá atender cada padecimiento por separado o en conjunto, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes; esto de la mano de especialistas con amplio conocimiento para atender la diabetes y la obesidad.

Temas relacionados

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas