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Congelados, 1,900 megawatts de capacidad eléctrica renovable

De ese total, alrededor de 900 megawatts son eólicos y 1,000 megawatts son fotovoltaícos; la suma equivale casi a 10% de la capacidad total instalada de ambas tecnologías en el país.

Por distintos motivos, que van desde adiciones de capacidad de generación o solicitudes de retrasos para entrar en operación por parte de los permisionarios durante la pandemia, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) tiene permisos detenidos por al menos 1,900 megawatts de parques renovables listos para arrancar, a decir de los generadores privados afectados por esta situación. 

Los permisos corresponden en aproximadamente 900 megawatts a generación eólica, además de otros 1,000 megawatts de generación fotovoltaica en grandes parques. Este volumen conjunto equivale a casi 10% de la generación mediante estas tecnologías instalada en el país. 

Según el analista y consultor del sector energético nacional, Víctor Ramírez Cabrera, entre los proyectos que no han podido iniciar operaciones porque no se les ha otorgado un permiso están algunos adjudicados en las subastas eléctricas de la administración pasada, además de otros del mercado mayorista e incluso algunos que solicitaron ampliaciones para autoabasto. En su mayoría corresponden a inversionistas italianos, franceses y españoles, aunque cabe señalar que entre las grandes empresas se cuenta con capital estadounidense y canadiense. 

"Es una muy mala noticia que no se haya tocado el tema de los retrasos en el otorgamiento de permisos para el sector eléctrico que se dio en México para empresas inversionistas de los socios de la región en la cumbre entre mandatarios de América del Norte”, dijo el experto, “la falta de permisos para energía renovable más barata no sólo afecta a los generadores sino a la propia Comisión Federal de Electricidad (CFE) que despacha con sus plantas más caras”. 

Ramírez Cabrera detalló que, según distintos empresarios, los permisos para varios parques en todo el país no se han discutido en el Pleno de la CRE porque en muchos casos fueron solicitudes de ampliaciones de capacidad o de los plazos de operación por la falta de personal para concluir con las instalaciones a partir de las restricciones por el Covid-19 desde el 2020. 

Sin embargo, la CRE suspendió sus otorgamientos y cerró sus ventanillas aun después de que el gobierno federal entró en funciones meses después. Desde entonces, la CRE lleva a cabo sus sesiones obligatorias una vez al mes y aunque ha acelerado el otorgamiento de permisos para petrolíferos, con más de 500 entregas para nuevas gasolineras el año pasado, en materia eléctrica continúa con poca actividad. 

Incluso el parque eólico Amistad 2, ubicado en Coahuila, que logró ganar en la subasta de 2017 la italiana Enel y con el cual el gobierno federal presumió que México llegó a los costos más bajos de generación renovable en el mundo, se mantiene en espera de su permiso para el parque de una capacidad de 100 megawatts que requirió de una inversión de 115 millones de dólares. 

“La situación de falta de permisos y nueva capacidad complica las cosas ante las consultas que se llevan a cabo rumbo al posible panel de solución de controversias tras las consultas solicitadas por el gobierno estadounidense”, dijo Víctor Ramírez.

karol.garcia@eleconomista.mx

Karol García es reportera de Empresas y Negocios.

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